EL 5 DE OCTUBRE ES LA FIESTA DE SANTA FAUSTINA
La devoción a
la Divina Misericordia no
es nueva, viene de antiguo. Sin embargo, en los últimos años ha
arraigado en varios grupos de apostolado en España y en todo el mundo, siguiendo la
herencia de Faustina Kowalska.
Este carisma se extiende
rápidamente y en él ya han profundizado muchos fieles que quieren seguir los pasos de esta santa polaca, cuya
fiesta (de la santa) celebra la Iglesia el 5 de octubre.
En 1922, Helena Kowalska, una joven polaca de 18 años, pidió permiso a sus
padres para ingresar en un convento, porque se sentía llamada
a la vida religiosa. Tras recibir su negativa, Helena fue poco a
poco entregándose a una vida de frivolidades.
Sin embargo, sus aficiones y vanidades no conseguían satisfacer su corazón. Un
día de 1924, durante un baile, mientras todos se divertían, sintió una profunda tristeza. Tuvo entonces una de sus
primeras visiones de Jesús crucificado que, con el cuerpo cubierto de llagas,
le decía: “Helena, hija mía, ¿hasta
cuándo me harás sufrir; hasta cuándo me negarás?”.
Al instante, la joven abandonó el baile y se dirigió a la iglesia más cercana,
que resultó ser la catedral de San Estanislao de Kostka. Allí pidió al Señor ayuda para
saber qué hacer, pidió perdón por sus pecados y escuchó cómo Jesús le decía: “Ve inmediatamente a Varsovia, allí entrarás en un
convento”. Así fue
como, en agosto de 1925, y no sin dificultades, Helena Kowalska pasó a ser sor
Faustina. Posteriormente, describiría en su diario de casi seiscientas páginas,
desde 1931 hasta 1938, diversas visiones místicas de Jesús en su Pasión.
Vivió 13 años como religiosa y
murió en 1938, a los 33 años, de tuberculosis. Su fama de santidad fue
multiplicándose. En 1966, sus restos fueron trasladados a una capilla, sobre la
cual, con el tiempo, se construiría el santuario de la Divina Misericordia de
Cracovia.
DOCE PROMESAS DE JESÚS
Esta devoción y el eco de las promesas que Jesús hizo a santa Faustina se
universalizaron cuando –siguiendo las indicaciones recogidas en esos escritos–
san Juan Pablo II instituyó la Fiesta de
la Divina Misericordia cada primer domingo de Pascua tras el domingo de Resurrección. En 2016
cobró nueva fuerza después de que el Papa Francisco se apoyase en ella para convocar el Jubileo
de la Misericordia.
La Iglesia ha reconocido la veracidad de las visiones
místicas de santa Faustina,
incluidas las doce promesas que Jesús le hizo para quien venerase su Divina
Misericordia a través de su imagen y rezase la Coronilla en la Hora de la
Misericordia (a las tres de la tarde).
Entre esas doce promesas destaca la de que “por la
propagación de la Divina Misericordia durante toda su vida, el
alma será protegida por Cristo como una madre cariñosa protege a su hijo recién
nacido y, a la
hora de la muerte, no será para ella Juez, sino Salvador”.
REZAR Y ACTUAR
Ahora, las realidades eclesiales que han surgido en torno a esta devoción
comienzan a unirse alrededor del Apostolado de la Divina Misericordia y el lema: “Lo único que puede cambiar el mundo es la
misericordia de Dios”.
Según cuenta a Misión el sacerdote Pedro
Miret, presidente del
Apostolado de la Misericordia en Valencia, en España estos grupos “comenzaron como una devoción de varios sacerdotes, a
quienes se fueron uniendo otras personas para profundizar en el amor de
Dios y rezar juntos”.
En su diario, santa Faustina relató sus experiencias más íntimas con Dios
En España, el Apostolado lleva pocos meses instituido como asociación pública
de fieles, y busca unificar su identidad y objetivos. Para ello, en octubre de
2016 se celebró en Madrid el Congreso Nacional de la
Divina Misericordia (www.divinamisericordia.es), al que asistieron
varios obispos y más de cuatrocientos miembros de grupos de toda España.
Estos grupos aglutinan a sacerdotes, religiosos y seglares que desean vivir la misericordia en sus vidas,
y que trabajan las enseñanzas de formación y oración que reciben desde
Cracovia.
Además, rezan la Coronilla en la Hora de la Misericordia, se forman en las Escrituras, profundizan en los mensajes que
el Señor dejó por medio de santa Faustina y realizan obras de misericordia
espirituales y materiales para llevar el amor infinito de Dios a todos, y que
la misericordia no sea un lema
abstracto, sino un proyecto de vida concreto.
¿POR QUÉ SE REZA LA
CORONILLA?
Según afirma santa Faustina, en una de sus visiones místicas –aprobadas por la
Iglesia– Jesús le animó a propagar el rezo de la Coronilla, y le explicó: “Deseo conceder gracias inimaginables a
aquellos que confían en mi Misericordia”.
Quien la rece “recibirá gran misericordia a
la hora de su muerte; los sacerdotes la recomendarán a los pecadores
como su último refugio de salvación; y aun si el pecador más empedernido
hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la
gracia de Mi infinita Misericordia”.
En otra ocasión, Jesús pidió escribir a santa Faustina que “cuando se rece esta Coronilla en presencia del
moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez, sino como
Misericordioso Salvador”.
¿CÓMO SE REZA?
Se utilizan las cuentas del rosario. Se inicia con un Padre nuestro, un
Avemaría y un Credo. Al iniciar cada decena, en la cuenta del Padrenuestro, se
reza: “Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la
Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero”.
En las cuentas del Avemaría, se reza: “Por su dolorosa Pasión, ten
misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Al finalizar, se repite tres veces: “Santo Dios,
Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.
¿CUÁL ES LA HORA DE LA
MISERICORDIA?
Según afirma santa Faustina Kowalska, en otra de sus visiones místicas de
Jesús, fue Él mismo quien le dijo: “A la hora de
las tres, implora mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete
en mi Pasión, especialmente en mi desamparo en el momento de la agonía. Esta es
la hora de mi gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré
entrar dentro de mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusaré nada al alma que me lo pida
por los méritos de mi Pasión”.
(Artículo publicado originariamente en Revista
Misión, www.revistamision.com, por Blanca Ruiz Antón en 2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario