Alvaro Munero:
"En medio de la faena, de repente se sentó en el borde de la arena"... Más tarde, en la entrevista, Álvaro dijo: “De repente no vi los cuernos, sino los ojos del toro”. "Se paró frente a mí, y me miró. Se quedó mirándome, no quiso atacarme. La inocencia misma que todos los animales tienen en sus ojos, me estaba observando, rogando ayuda. Y yo, leyéndolo en sus ojos, me sentí como la PEOR criatura del mundo y detuve la batalla. Entonces, me alejé todo lo que pude, y empecé a luchar contra este mundo".
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