En Gaza todo era un desastre desde que Hamas se hizo cargo de gobernar esa franja. Cuando digo que todo era un desastre, me refiero a todo: sanidad, agua, alcantarillado todo. Pero los gobernantes de Gaza, con el dinero que tenían, decidieron que el mejor modo de emplearlo era realizando un ataque terrorista a gran escala contra sus vecinos israelíes.
Esto ya
nos da una idea de cómo trata el
grupo terrorista Hamas a sus propios conciudadanos.
Si para
lograr su objetivo de odio, hubiera que inmolar a todos los palestinos, no lo dudarían un
segundo. Lo repito, el gobierno de Gaza no tiene como objetivo mejorar
las condiciones de vida de sus propios ciudadanos, sino la destrucción de
Israel. Ya me diréis vosotros si, en una situación así, no era de sentido común
levantar un muro entre Gaza e Israel.
Una
última consideración, el que más dinero envía a los palestinos no es ningún
país árabe, sino la Unión Europea. Israel lleva años advirtiendo que parte
de esos fondos acaban financiando el terrorismo. Ahora, ¡ahora!, han dicho que van a revisar esas ayudas para que no
acaben donde no tienen que acabar. En fin, sin comentarios.
Ahora
mismo, con toda sinceridad, no veo mejor solución que el favorecer la emigración palestina
de Gaza. Vivirán mejor en
cualquier lugar del mundo. (Los de la Cisjordania pueden seguir donde están,
ellos no han atacado a Israel). Mientras los gazatíes sigan ahí en esa pequeña
franja de terreno desértico, continuarán siendo rehenes de ese
grupo al
que ninguna votación democrática logrará ya echarlos. Es una solución
triste, no digo que sea justa, pero sí que es la
opción que yo tomaría para mi familia si yo viviera ahí. Es la mejor opción
entre toda una lista de malas opciones.
Creo que,
después de 75 años de lucha y experimentos, hay que comenzar a fomentar opciones realistas que pongan el bien de los palestinos en el centro de la
discusión, y no a la tierra.
P. FORTEA
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