VILLA OLIMPIA

 “Villa Olimpia” es la casona y huerta del doctor Abel de Matto, nacido en Cusco, persona ilustre de Huacho del siglo pasado por su cargo de médico legal de la provincia de Chancay; era cirujano, atendía partos y enfermedades de señoras desde el inicio del siglo XX.

Aparentemente estrenó su casa en el año 1923 y como ofrenda de amor le puso: "Olimpia", el nombre de su esposa, pues ella y sus hijos se mudaron a vivir acá.

 Ocho años después falleció el doctor, su viuda, Olimpia Fernández, vendió la casona a la congregación de los hermanos Maristas. Ellos la ocuparon como residencia en 1932, cuando fundaron el colegio San José de Huacho, hasta el día de hoy; esto fue posible por la intervención del padre párroco Luciano Codina, de la orden Claretiana, quien conducía la catedral por aquellos años.

La casona es una buena muestra del estilo arquitectónico Tudor, específicamente -neo Tudor inglés-, en su época fueron frecuentes en Lima, Barranco y La Punta en el Callao. Originalmente se denominaron: chalet, por el concepto de vivienda sin patio interior y con campo alrededor. La obra fue dirigida por el ingeniero y arquitecto Carlos V. Luna, él dirigía una oficina técnica de construcciones asociada al depósito de madera, en Huacho, de Federico Luna, en 1922. Esta casona de estilo Tudor ya es centenaria.

Fue construida sobre bases de cemento diablofuerte, techo a dos aguas de madera, paredes de quincha. Tiene un pequeño sótano, dos plantas y un tercer piso formado por buhardillas, conectados con una escalera caracol, adicionada al edificio. El segundo piso ha sido de dormitorios y salas de estar. Losetas de la época, puertas y mamparas, ventanales, escaleras y cercos han sido trabajados en pino Oregón.

Es antisísmica, pues poco la han afectado los más de tres terremotos fuertes que han sucedido en su larga vida. En general, la casona está bien conservada, aunque en términos de arquitectura de paisaje se va viendo ahogada por las líneas crudas y crecientes del cemento de las nuevas aulas y toldos por la radiación UV descontrolada del siglo XXI.

Por: Alejandro Smith Bisso