TODO LO QUE DEBES SABER SOBRE UNA DE LAS GRANDES APARICIONES MARIANAS
MILLONES DE PEREGRINOS ACUDEN CADA AÑO AL SANTUARIO DE FÁTIMA.
El 13 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, una
de las advocaciones marianas más universales y conocidas a pesar de que hace
poco más de un siglo que se produjeron las proféticas apariciones de la Virgen a Lucía, Francisco y Jacinta, los jóvenes videntes,
conocidos como los tres pastorcitos.
María se apareció por
primera vez a estos niños el 13 de mayo de 1917, en un contexto histórico dramático, en plena Primera
Guerra Mundial, y con el comunismo a punto de devorar definitivamente a Rusia,
país del que la propia Virgen hablará a los videntes. En las apariciones hay
una fuerte llamada a la conversión y a la penitencia como reparación por los
pecados contra Dios, se recuerda la importancia del Inmaculado Corazón de
María, y sobre todo, se insiste en la necesidad de rezar diariamente el
Rosario, algo que Nuestra Señora reiteraría en numerosas ocasiones.
Fátima estuvo
rodeada además de sucesos extraordinarios como el Milagro
del Sol, pero también de un mensaje secreto que la Virgen transmitió a
Lucía, y del que se ha hablado durante décadas. Dos de las tres partes fueron
hechos públicos, pero la tercera no fue revelada por la Santa Sede hasta el año
2000.
***
-¿CÓMO
FUERON LAS APARICIONES DE LA VIRGEN EN FÁTIMA?
Las apariciones de la Virgen en
Fátima vinieron precedidas por el encuentro del Ángel con
los tres pastorcitos. La primera aparición angélica se
produjo en la primavera de 1916. Sor Lucía recogía así aquel momento: “Al
llegar junto a nosotros, nos dijo: ¡No temáis! Soy el Ángel de la Paz, y
arrodillándose en la tierra, bajó la frente hasta el suelo, diciéndonos: Rezad
conmigo, Dios mío, yo creo y espero en Vos, os adoro y os amo. Os pido perdón por
los que no creen, no os adoran, no esperan en Vos, ni os aman”. Los
niños aprendieron esta oración y la repitieron tres veces. Entonces el Ángel
les confirmó que “los Corazones de Jesús y María
están atentos a la voz de vuestras súplicas”. Hasta en dos ocasiones más
el Ángel se apareció en los siguientes meses. En una les pidió insistentemente
que rezaran y que ofrecieran sacrificios y oraciones. Y la última tuvo un
marcado cariz eucarístico, pues apareció portando un cáliz y sobre él una
hostia.
Fue ya el 13 de mayo de 1917
cuando se produjo la primera de las seis
apariciones de la Virgen. Fue en Cova da Iría. Aquí María les lanzó una
pregunta a Lucía, Francisco y Jacinta: “¿Queréis
ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros
como reparación de los pecados con que es ofendido y de súplica por la
conversión de los pecadores?”. Ellos respondieron que sí, a lo que la
Virgen les dijo: “Tendréis que sufrir mucho, pero
la gracia de Dios os fortalecerá”. Además les hizo otra petición
importante: “Rezad el Rosario todos los
días para alcanzar la paz el mundo y el fin de la guerra”.
La segunda
aparición se produjo el 13 de junio de ese mismo año. Entre otros
mensajes la Virgen dijo que Jesús quería “establecer
en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”. Y añadió: “A quien la abrazare le prometo la salvación y será
querida su alma por Dios como flor puesta para mí para adornar su Trono”. Y
por último le dijo: “Mi Inmaculado Corazón será tu
refugio y el camino que te conducirá a Dios”.
La tercera de las apariciones fue
el 13 de julio de 1917. Aquel día se congregaron ya más de 4.000 personas.
Además de insistir en que rezaran el Rosario, pidió a los pastorcitos: “Sacrificaos por los pecadores y
decid muchas veces, especialmente cuando hagáis un sacrificio, ¡Oh Jesús!, es
por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados
cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.
Además, aquel día la Virgen dio un mensaje secreto a Lucía, que dividido en tres partes
fue hecho público en dos fases. Una en los años 40 y la tercera parte en el año
2000. (Más abajo se profundizará en el secreto de Fátima).
La cuarta aparición se produjo ya
el 19 de agosto. La fecha del día cambia, puesto que los niños no pudieron
acudir a Cova da Iría puesto que los encerraron en un calabozo
junto con otros presos en una localidad cercana a Fátima, donde fueron interrogados e intentaron
sobornarles para que revelaran los secretos. Fue entonces el 19 de ese mes
cuando la Virgen se les apareció y la Virgen, con rostro triste, les dijo: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los
pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y
rece por ellas”.
El 13 de septiembre, fecha de la
quinta aparición, había ya más de 30.000 personas presentes en las
inmediaciones de Cova da Iría. En esta aparición volvió a insistir: “Continuad rezando el Rosario para alcanzar
el fin de la guerra” y les informó de que “Dios está contento con vuestros sacrificios”.
Justo un mes después, el 13 de
octubre, se produjo la sexta y última aparición, en la que además se produjo un
hecho tan extraordinario que abrió los ojos a ateos y escépticos. Más de 70.000
personas se congregaron en lo que fue el “Milagro del Sol”. En la anterior aparición la
Virgen ya avanzaba que “en octubre haré un milagro
para que todos crean”. En este milagro el sol giró tres veces sobre sí
mismo lanzando fajas de luz de variados colores en todas las direccione,
pareciendo que se iba a desprender del cielo y caer sobre los presentes. 10
minutos después el sol recuperó su estado normal. Ese mismo día, la Virgen se
presentó como la “Señora del Rosario”, volvió
a animar a su rezo e insistió en que en aquel lugar le construyeran una
capilla.
-¿QUIÉNES
FUERON LUCÍA, FRANCISCO Y JACINTA, LOS VIDENTES DE FÁTIMA?
Los tres videntes de Fátima,
conocidos popularmente como los tres pastorcitos, fueron Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto. Los
tres eran niños, y provenían de familias campesinas pobres y católicas. Ninguno
de los tres sabía leer o escribir. Todos vieron a la Virgen durante las
apariciones, pero sólo Lucía pudo hablar con ella. Jacinta sólo escuchaba las
conversaciones entre su prima y Nuestra Señora, mientras que Francisco tan sólo
oía a Lucía.
De este modo, Lucía era la mayor de los tres y
la que más protagonismo tuvo en las apariciones. Tenía 10 años cuando
comenzaron y falleció en 2005 cuando tenía 97 años, cumpliendo el encargo que
le había dado la Virgen de hacer “conocer y amar” a
la Virgen.
Actualmente en proceso de
beatificación, Lucía dos Santos siguió viviendo en Fátima hasta cuatro años
después de las apariciones, momento en el que el obispo de Leiria le sugirió que
se trasladara a Oporto a un colegio de las Hermanas Doroteas para así
protegerla del creciente número de peregrinos que llegaban al lugar. En 1925 decidió ingresar en la vida religiosa en esta
misma congregación. Hizo
el noviciado en Pontevedra (España) y más tarde se trasladó para seguir su
formación a Tuy, localidad gallega muy cercana a la frontera con Portugal. Ya
en 1946 regresó a Portugal para después entrar en el
Carmelo de Coímbra. Pudo
volver a Fátima para encontrarse con los Papas Pablo VI y Juan Pablo II en las
visitas que el primero realizó 1967, y el segundo en 1982 y el 2000.
Francisco Marto nació en
1908 y tenía 9 años en el momento de las apariciones. En una de las apariciones
la Virgen dijo sobre él que tenía que rezar muchos rosarios para ir al cielo.
Tras ellas, este pastorcito se convirtió en un alma contemplativa volcada en la
oración y en la reparación. En 1918 enfermó gravemente de neumonía y el día
antes de su muerte en abril de 2019 dijo a las otras dos videntes: “Yo me voy al Paraíso, pero desde allí pediré
mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”. Murió el 4 de abril de 1919, fue beatificado en
el año 2000 por San Juan Pablo II y canonizado por Francisco en el 2017, en el
centenario de las apariciones.
Jacinta Marto era la
más pequeña de los tres pastorcitos. Tenía tan sólo siete años cuando se
produjo el encuentro con la Virgen. Aterrada por una de las visiones del
infierno que les enseñó Nuestra Señora, desde entonces su único afán era salvar
tantas almas como pudiese. Enfermó con su hermano de neumonía y además le
surgió una dolorosa llaga en el pecho. Padeció grandes dolores y en una
confesión a su prima Lucía le dijo: “Sufro mucho, pero ofrezco todo
por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de
María”. Murió el 20 de
febrero de 1920 a los 10 años de edad. Fue beatificada y canonizada junto a su
hermano Francisco, y la fiesta de ambos es precisamente el 20 de febrero, fecha
de su muerte.
-¿CUÁL
ES EL MENSAJE DE LA VIRGEN EN FÁTIMA?
En las apariciones de
Fátima hay varios mensajes
importantes y en los que la Virgen insistió: el rezo diario del Rosario, la
llamada a la conversión, el ofrecimiento para la reparación de los pecados y la
importancia del Inmaculado Corazón de María.
En primer lugar, hubo un aspecto
que la Virgen reiteró una y otra vez: urgió a los creyentes a rezar
el Rosario, y además todos los
días. De hecho, en Cova da Iría se presenta como la
“Señora
del Rosario”.
En su encuentro con los
pastorcitos, Nuestra Señora pedía insistentemente el rezo del Rosario “para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la
guerra”, pero también para interceder por “todas
las almas, especialmente las más necesitadas”.
Otro de los elementos importantes
de las apariciones en Fátima es el Corazón Inmaculado de María que la propia
Virgen mostró a los tres videntes. “Mi Inmaculado
Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios”, dijo.
En otra ocasión pronunció otra de las frases más conocidas de estas apariciones: “Mi
Corazón Inmaculado triunfará”.
Del mismo modo, otro eje central
de estas apariciones es la importante llamada a la
conversión y a la penitencia, así como a la reparación por los pecados. En la
primera aparición la Virgen preguntó a los niños si se querían ofrecer a Dios
para soportar los sufrimientos que les enviase en reparación por los pecados
con los que Él es ofendido. Y en otro momento les pidió: “rezad,
rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que van muchas almas al infierno por no haber quién se
sacrifique y pida por ellas”.
-¿QUÉ
ES EL SECRETO DE FÁTIMA?
Uno de los aspectos más
llamativos de estas apariciones es el conocido como “secreto
de Fátima”. Hay que
remontarse a la tercera de las apariciones, donde Lucía recibió un mensaje
secreto que estaba dividido en tres partes. Las dos primeras partes fueron
reveladas en una carta de la vidente al obispo de Leiria en 1941. La tercera,
con la que tanto se ha especulado durante décadas, fue transcrita en otra
carta en 1944. La Santa Sede hizo pública esta
tercera parte en el año 2000.
ESTAS SON LAS TRES
PARTES DEL SECRETO DE FÁTIMA, TAL Y COMO LO RELATABA SOR LUCÍA:
PRIMERA
PARTE: “Nuestra Señora nos mostró un gran mar de fuego que parecía estar debajo
de la tierra. Hundidos en este fuego [estaban] los demonios y almas, como si
fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana, que
flotaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían,
juntamente con nubes de humo, cayendo para todos los lados, semejantes al caer
de las chispas en los grandes incendios, sin peso ni equilibrio, entre gritos y
gemidos de dolor y desesperación, que horrorizaba y hacía temblar de pavor. Los
demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales
espantosos y desconocidos, pero transparentes y negros. Esta visión duró un
momento, y gracias a nuestra buena Madre del Cielo, que antes (en la primera
aparición) nos había prevenido con la promesa de llevarnos para el cielo. Si
así no fuese, creo que habríamos muerto de susto y pavor”.
SEGUNDA
PARTE: En seguida
levantamos los ojos hacia nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza: “Visteis el infierno, para donde van las almas de los
pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la
devoción al Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que digo, se salvarán muchas
almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios,
en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche alumbrada
por una luz desconocida, sepan que es la gran señal que les da Dios de que él
va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y
las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir
la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y a la comunión reparadora en
los primeros sábados. Si atendieran a mis pedidos, Rusia se convertirá y
tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y
persecuciones a la Iglesia, los buenos serán martirizados, el Santo Padre
tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas, por fin mi Corazón
Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y
será concedido al mundo algún tiempo de paz”.
TERCERA
PARTE: "Escribo en obediencia a Vos,
Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor
Obispo de Leiria y de la Santísima Madre vuestra y mía. Después de las dos
partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un
poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando
emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al
contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha
dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con
fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué
es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan
ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que
fuera el Santo Padre'. También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y
religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de
maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre,
antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio
tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las
almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del
monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo
de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del
mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y
religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y
posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos
con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los
Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios".
-¿QUÉ
FUE EL MILAGRO DEL SOL?
El 13 de octubre de 1917, en
Fátima, en Cova da Iria (Portugal), tuvo lugar el fenómeno que se recuerda como
la “Danza del Sol” o el “Milagro del Sol Danzante”. Que algo asombroso sucedió ante una multitud lo
recogen los periódicos portugueses de la época, especialmente el gran diario
portugués O Século, que era militantemente anticlerical. La
Virgen ya había anunciado en las apariciones anteriores que en octubre haría un
gran milagro para que todos creyeran en las apariciones.
El periodista que relató los
acontecimientos fue Avelino de Almeida, laicista, nada católico, que en todos
sus artículos previos se burlaba de la religiosidad de Fátima. Se presentó en
el prado porque según los videntes la Virgen de Fátima había anunciado “una señal”. Explica que allí se congregaron unas
70.000 personas. Y describe: “Ante los ojos
asombrados de la multitud, cuyo aspecto era bíblico, de pie, cabezas sin
sombreros, mirando con atención el cielo, el sol tembló, hizo
increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica, el sol
´bailó´ según la expresión de la gente”.
¿SE
APARECIÓ LA VIRGEN DE FÁTIMA TAMBIÉN EN ESPAÑA?
Las apariciones de Fátima tienen
una relación directa con España gracias a sor Lucía, una de las videntes, que
cuando se encontraba como novicia en
Pontevedra y Tuy tuvo nuevas apariciones con mensajes
realmente importantes.
En el convento de Pontevedra se
le aparecieron la Virgen y el Niño Jesús para pedirle que extendiera la devoción de los cinco primeros sábados de mes en reparación al
Inmaculado Corazón de María. En Tuy, por su parte, la Virgen se le volvió a
aparecer pero con el Corazón Inmaculado entre
sus manos para recordar a la
vidente la importancia de esta devoción de los cinco primeros sábados de mes.
-¿QUÉ
PAPAS HAN VISITADO FÁTIMA Y QUÉ HAN DICHO DE LAS APARICIONES?
Las apariciones de Fátima tienen
una clara vinculación con el Papado, y son varios los Pontífices que han
acudido a Cova da Iría a encontrarse con la Madre de Dios. El primero en rezar
en el lugar de las apariciones fue San
Pablo VI, que acudió a Fátima en 1967 en un complicado momento
histórico, con el mundo envuelto en plena Guerra Fría. Desde allí, lanzó este
mensaje: “Hombres […] procuren ser dignos del don
divino de la paz […] No piensen en proyectos de destrucción y de
muerte, de revolución […] piensen en proyectos de común consolación y de
solidaria colaboración. Hombres,
piensen en la gravedad y en la grandeza de esta hora, que puede ser decisiva
para la historia de la presente y de las futuras generaciones”.
Hasta en tres ocasiones acudió
allí San Juan Pablo II, el
Papa más vinculado a este santuario, pues precisamente el 13 de mayo de 1981,
en la fiesta de la Virgen de Fátima, fue víctima de un atentado que
casi le costó la vida. Justo
un año después, el 13 de mayo de 1982 visitó por primera vez el lugar, y quiso que la bala que lo había herido en el
atentado del 13 de mayo de 1981 fuera colocada en la corona de la Virgen.
Siempre dijo que fue María la que desvió la bala que debía haber impactado
contra su corazón. En 1991 y también en el 2000, año del gran Jubileo, visitó
San Juan Pablo II Fátima.
Sobre la Virgen y el atentado,
dijo este Papa durante una audiencia general: “Me he hecho
deudor de la Santísima Virgen y de todos los santos patronos. ¿Podría olvidar que el evento en la Plaza de San
Pedro tuvo lugar el día y a la hora en que, hace más de 60 años, se recuerda en
Fátima, Portugal, la primera aparición de la Madre de Cristo a los pobres niños
campesinos? Porque, en todo lo que me ha sucedido precisamente ese día, he
notado la extraordinaria materna protección y solicitud, que se ha manifestado
más fuerte que el proyectil mortífero”.
Posteriormente, Benedicto XVI también quiso ir a
Fátima. Lo hizo en 2010 y lanzó este mensaje: “Se
equivoca quien piensa que la misión profética de Fátima está acabada. Aquí
resurge aquel plan de Dios que interpela a la humanidad desde sus inicios:
“¿Dónde está Abel, tu hermano? [...] La sangre de tu hermano me está gritando
desde la tierra” (Gn 4,9). El hombre ha sido capaz de desencadenar una
corriente de muerte y de terror, que no logra interrumpirla... En la Sagrada
Escritura se muestra a menudo que Dios se pone a buscar a los justos para
salvar la ciudad de los hombres y lo mismo hace aquí, en Fátima, cuando Nuestra
Señora pregunta: “¿Queréis ofreceros a Dios para
soportar todos los sufrimientos que Él quiera mandaros, como acto de reparación
por los pecados por los cuales Él es ofendido, y como súplica por la conversión
de los pecadores?”.
Francisco ha sido el último Papa en peregrinar a Cova da Iría. Fue en 2017
para conmemorar el centenario de las apariciones. En su homilía en la gran
explanada aseguró: "Queridos Peregrinos,
¡tenemos una Madre, tenemos una Madre! Aferrándonos a ella como hijos, vivamos
de la esperanza que se apoya en Jesús, porque, como hemos escuchado en la segunda lectura, 'los que reciben a raudales el don gratuito de la
justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo' (Rm
5,17). Cuando Jesús subió al cielo, llevó junto al Padre celeste a la humanidad
―nuestra humanidad― que había asumido en el seno de la Virgen Madre, y que
nunca dejará. Como un ancla, fijemos nuestra esperanza en esa humanidad
colocada en el cielo a la derecha del Padre (cf. Ef 2,6). Que esta esperanza
sea el impulso de nuestra vida. Una esperanza que nos sostenga siempre, hasta
el último suspiro. Con esta esperanza, nos hemos reunido aquí para dar gracias
por las innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado en estos cien años,
y que han transcurrido bajo el manto de Luz que la Virgen, desde este Portugal
rico en esperanza, ha extendido hasta los cuatro ángulos de la tierra. Como un
ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a san Francisco Marto y a santa
Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de
Dios, para que lo adoraran. De ahí recibían ellos la fuerza para superar las
contrariedades y los sufrimientos. La presencia divina se fue haciendo cada vez
más constante en sus vidas, como se manifiesta claramente en la insistente
oración por los pecadores y en el deseo permanente de estar junto a 'Jesús oculto' en el Sagrario”.
-ORACIONES
A LA VIRGEN DE FÁTIMA.
Oh Virgen Santísima, Vos os
aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír
vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al
Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús
una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para
servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría
y Gloria.
Madre mía también os pido por mis
padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y
amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la
vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría
y Gloria.
Os pido de un modo especial por
la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que
nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día
conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría
y Gloria
Oh Madre mía, sé que escucharás,
y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que
tienes de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Madre mía, aquí
tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón
de María, sed la salvación mía!
ORACIONES
ENSEÑADAS POR LA VIRGEN A LOS PASTORCITOS
-¡Oh Jesús, es por
tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que
tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!
-¡Oh Jesús mío,
perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas
especialmente a las más necesitadas!
ORACIONES
ENSEÑADAS POR EL ÁNGEL A LOS PASTORCITOS
-¡Dios mío, yo
creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran,
no esperan y no te aman!
-Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con
los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús
y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
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