Nos diste el pan del cielo, que contiene en sí toda delicia.
Oh Dios, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en
nosotros el fruto de tu Redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
Imagen
del Divino Niño del Milagro Eucarístico de Eten.
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