MARÍA, EL ACUEDUCTO DE LAS GRACIAS DIVINAS - MAYO 2023
Esta web describe los hechos acaecidos en San Sebastián de Garabandal
(Cantabria, España) a partir del año 1961, sin pretender suplantar el juicio
definitivo sobre lo que sucedió y que compete solo a la autoridad de la Iglesia
católica. A ese juicio nos sometemos.
Queridos Amigos:
Adentrándonos de nuevo en el mes de mayo, mes de
María, nuestro corazón se llena de alegría. Ella es nuestra alegría, lo decimos
en las letanías “causa de nuestra alegría”.
Nuestra mirada se vuelva a Ella a contemplarla y alegrarnos.
La carta a los Hebreos habla de cómo Cristo es el
mediador de una Alianza más excelente, fundada sobre promesas mejores (cf Heb
8,6), es “mediador de una Nueva Alianza entre Dios
y los hombres (Heb 9, 15). Siendo así, ¿necesitamos un mediador ante el mismo
Mediador? Es San Bernardo quien sale a darnos respuesta a esta pregunta: ... necesitamos un mediador ante el Mediador
mismo y María es la más capaz de cumplir este oficio de caridad. Por medio de
ella vino Jesucristo a la tierra y por ella debemos nosotros de ir a su divino
Hijo. Si tememos ir directamente a Jesucristo nuestro Dios a causa de su
infinita grandeza y de nuestra pequeñez o pecados, imploremos con filial osadía
la ayuda e intercesión de María, nuestra Madre”.
Quien
mejor que su propia Madre para hacer de mediadora entre nosotros y Cristo. El
que quiere ir a Jesús debe ir por María, y si queremos recibir algo de Jesús
será por María, así como quien desea encontrar a Jesús no lo encontrará sino
por medio de María.
**San Bernardo cuando habla de María como
medianera universal nos presenta una imagen preciosa, María es el
acueducto. **
María es llamada el acueducto, porque “Nada quiso Dios que tuviéramos, que no pasase por
manos de María”. Todas las gracias que recibimos sean grandes
o pequeñas todas ellas las recibimos por intercesión de María nuestra Madre.
Cristo Señor es la fuente de la vida, fuente de
vida eterna, esta fuente es el río que alegra la ciudad de Dios. Corre este
río, esta fuente hacia nosotros, pero ¿por quién
nos llega esta fuente? Dice San Bernardo que “este acueducto, recibiendo la plenitud de la misma
fuente del Corazón del Padre, nos la franqueó a nosotros, sino del modo que es
en sí misma, a lo menos según podíamos nosotros participar de ella”.
Es María este acueducto, Ella es la llena de gracia
que recibió en plenitud esta fuente y rebosando llega desde el Cielo a la
tierra. Por Ella llega a nosotros aquella vivísima fuente que llena el corazón
del hombre. Se preguntará San Bernardo, “¿cómo
llegó este nuestro acueducto a aquella fuente sublime?” y responde “¿Cómo?
Con la vehemencia del deseo, con el fervor de la devoción y con la pureza de la
oración, según está escrito: La oración del Justo penetra los cielos. A la
verdad, ¿quién será justo, si no lo es María, de quien nació para nosotros el
Sol de justicia?”. Ella que oró y que buscó halló lo que
buscaba, Dios llenó la llena de gracia. San Bernardo ánima que: “Con todo lo más íntimo, pues, de nuestra alma, con todos
los afectos de nuestro corazón y con todos los sentimientos y deseos de nuestra
voluntad veneramos a María, porque esta es la voluntad de aquel Señor que quiso
que todo lo recibiéramos por María” Ella “consuela
nuestro temor, excita nuestra fe, fortalece nuestra esperanza, disipa nuestra
desconfianza y anima nuestra pusilanimidad”.
Acaso por sentir nuestra miseria, nuestra pequeñez
no osamos acercamos a Dios, tenemos un mediador y abogado dignísimo en Jesús,
nuestro Hermano, pero acaso incluso ante él nuestra pequeñez nos hace
retroceder al ver su grandeza y majestad y pensar cuán indignos somos de
acercarnos a nuestro Señor, tenemos una abogada que es además Madre que se
inclina hacia sus hijos. “Oirá sin duda el
hijo a la Madre y oirá el Padre al Hijo”.
Exclama San Bernardo lleno de júbilo: “¡Oh, fieles amados, esta es la escala de los pecadores,
esta es mi mayor confianza, esta es toda la razón de mi esperanza!”.
Y así muchas cosas podríamos decir acerca de esta
Virgen Santa y Pura y como Ella es ciertamente el acueducto purísimo por quien
nos viene la gracia. No dudes y acercarte a Ella no solo para recibir sino
también cuando quieras ofrecer algo a Dios, nos aconseja San Bernardo: “Si quieres ofrecer algo a Dios, procura presentarlo por
las manos agradabilísimas y dignísimas de María, si no quieres ser rechazado”.
Que
todo esto lo vivamos con confianza y gratitud inmensa a Dios quien nos la dio
por Madre.
Dios os bendiga
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