martes, 14 de marzo de 2023

TERAPIA PARA PERDONAR DE CORAZÓN

5 claves para poder perdonar de corazón

Por: P. Adolfo Güémez, L.C. | Fuente: www.padreadolfo.net

Mucha gente piensa que no ha perdonado de corazón porque sigue sintiendo dolor, coraje, rabia o impotencia frente a una ofensa que ha recibido. ¿Es correcto esto?

No lo creo. Perdonar no significa que ya no me duela algo. De hecho, la mayor parte de las veces, cuando la ofensa ha sido profunda, el dolor podrá acompañarte por una larga temporada, incluso por toda la vida.

No es el dolor lo que mide si perdonaste o no. Lo que lo determina es la voluntad de aceptar que el otro se equivocó –como yo también me puedo equivocar–, y que merece mi compasión.

De hecho, el Diccionario define el perdón como la «remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente». Es decir, perdonar consiste en no exigir compensación por algo que tal vez lo merezca.

Si yo me someto a una intervención quirúrgica de ligamento de rodilla, saldré de la sala de operaciones con un dolor que me podrá acompañar varios días y semanas. Eso no significa que no esté curado, sino que debo de trabajar para rehabilitarme de manera completa.

Asimismo, perdonar me sana, porque extrae de mí un tumor que de otra manera terminará por carcomerme. Pero no basta con echarlo fuera, ahora tengo que trabajar para fortalecerme. ¿En qué puede consistir esta terapia?

1. Elige el amor, no el rencor: el rencor es como un ácido que poco a poco carcome el alma. Es como tragarse pedazos de vidrio. Si no se saca, terminará por destruirte por entero.

Elegir el amor es aceptar al otro como es, con sus defectos y sus cualidades. Sin dejar que sus errores empañen sus aciertos.

2. Elige la compasión, no la venganza: ser compasivo es ponerse en el lugar del otro, es intentar experimentar su propio arrepentimiento, o, en su defecto, su debilidad.

La venganza no sana el corazón, más bien lo envenena más profundamente. Porque la ofensa que alguien nos hace será siempre desde fuera, pero la venganza la creamos nosotros en nuestro interior.

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