Para muchos esta es una de las cuestiones de la Fe más difíciles de entender: Dios como uno y Trino
Por: n/a | Fuente: ReinaDelCielo.org
Hoy se nos presenta un interrogante que para muchos representa una de las
cuestiones de la Fe más difíciles de entender: Dios como uno y Trino. Hay quienes incluso sienten temor de intentar pensar
en ello, porque no saben por dónde empezar y creen que terminarán con más dudas
que respuestas. Incluso si nos ponemos a considerar la historia, este tema ha
sido motivo de muchas confusiones y herejías durante los primeros siglos de la
existencia de la cristiandad. Sin embargo, siendo una realidad
misteriosa, Dios nos ha mostrado de muchas maneras su identidad
como Santísima Trinidad, comunión de amor y nos proporciona muchos
elementos que nos ayudan a acercarnos con nuestra comprensión a lo que
verdaderamente significa, además de darnos muchas luces para nuestro propio
conocimiento y para nuestra vida.
El Catecismo resalta la
importancia que tiene Dios como Trinidad: “El misterio de la Santísima
Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana” (Nº 234). En orden de importancia es el principal y de allí se derivan
las demás verdades de Fe. Este aspecto lo podemos ver reflejado en la oración
que rezamos del Credo. Además, el Catecismo nos proporciona elementos claves
para aproximarnos a este dogma de la Fe, por ejemplo diciendo que la Trinidad
es una, no son 3 dioses, sino un Dios en tres personas, cada una distinta una
de la otra, cada una enteramente Dios, y que tienen entre sí un vínculo, una
relación de comunión de amor. (Ver Catecismo 253 – 255)
UNA EXPLICACIÓN
PRÁCTICA Y SENCILLA
Dios uno y trino, tres personas
divinas y un solo Dios verdadero
12 CLAVES PARA
COMPRENDER EL DOGMA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
1. LA PALABRA TRINIDAD
NACE DEL LATÍN
Proviene
de la palabra latina “trinitas”, que
significa “tres” y “triada”.
El equivalente en griego es “triados”.
2. FUE UTILIZADA POR
PRIMERA VEZ POR TEÓFILO DE ANTIOQUÍA
El primer
uso reconocido del término fue el dado por Teófilo de Antioquía alrededor del
año 170 para expresar la unión de las tres divinas personas en Dios.
En los tres primeros días que preceden a la creación del sol y de la luna, el Obispo ve imágenes de la Trinidad: “Los tres días que preceden a la creación de los cuerpos luminosos son símbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría”. (Para Autólicus 2:15)
3. TRINIDAD SIGNIFICA
UN SOLO DIOS Y TRES PERSONAS DISTINTAS
El
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (CCIC) lo explica así: “La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo
Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas
son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única
e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por
sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por
el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo”. (CCIC, 48)
Sí, y el Compendio lo explica de esta forma: “El
4. LA TRINIDAD ES EL MISTERIO CENTRAL
DE LA FE CRISTIANA
misterio
central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima
Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo”. (CCIC, 44)
5. LA IGLESIA DEFINIÓ
DE FORMA INFALIBLE EL DOGMA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
El dogma
de la Trinidad se definió en dos etapas, en el primer Concilio de Nicea (325
D.C.) y el primer Concilio de Constantinopla (381 D.C.).
En el
Concilio de Nicea se definió la divinidad del Hijo y se escribió la parte del
Credo que se ocupa de Él. Este concilio fue convocado para hacer frente a la
herejía arriana, que afirmaba que el Hijo era un ser sobrenatural pero no Dios.
En el
Concilio de Constantinopla se definió la divinidad del Espíritu Santo. Este
concilio combatió una herejía conocida como macedonianismo (porque sus
defensores eran de Macedonia), que negaba la divinidad
del Espíritu Santo.
6. LA TRINIDAD SE
SUSTENTA EN LA REVELACIÓN DIVINA DEJADA POR CRISTO
La
Trinidad solo puede probarse a través de la revelación divina que Jesús nos
trajo. No se puede demostrar por la razón natural o únicamente desde el Antiguo
Testamento. El CCIC explica:
“Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el
Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye
un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel,
antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este
misterio ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás
misterios”. (CCIC, 45).
Aunque el
vocabulario utilizado para expresar la doctrina de la Trinidad tomó tiempo para
desarrollarse, se puede demostrar los distintos aspectos de esta doctrina con
las Sagradas Escrituras.
7. LA BIBLIA ENSEÑA QUE
EXISTE UN SOLO DIOS
El hecho
de que solo hay un Dios se puso de manifiesto en el Antiguo Testamento. Por
ejemplo, el libro de Isaías dice:
“Ustedes son mis testigos, dice Yahvé, y son mi servidor, que he
elegido; sépanlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue
formado antes de mí, y ningún otro existirá después”. (Is. 43:10)
“Así habla el rey de Israel y su redentor, Yahvé de los Ejércitos: ‘Yo
soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí’. (Is. 44: 6).
8. EL PADRE ES
PROCLAMADO COMO DIOS NUMEROSAS VECES EN EL NUEVO TESTAMENTO
Por
ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios de toda consolación (…)”.
(II Cor. 1: 3).
“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de
todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. (Ef. 4: 5-6)
9. LA BIBLIA TAMBIÉN
DEMUESTRA QUE EL HIJO ES DIOS
Esto es
proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al comienzo del
Evangelio de San Juan:
“En el principio era la Palabra, y la
Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios (…) Y la Palabra se hizo carne,
puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe
del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad”. (Jn. 1: 1, 14)
También:
“Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu
dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y
cree’. Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios’”. (Jn. 20: 27-28)
10. EL
ESPÍRITU SANTO ES DIOS Y ASÍ LO AFIRMAN LAS ESCRITURAS
En el
libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina que
habla y que a la que no se le puede mentir:
“Mientras celebraban el culto del
Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Separadme a Bernabé y a Saulo para
la obra a la que los he llamado’”. (Hechos
13: 2)
“Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué
has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte
del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu
propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has
hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios’”. (Hechos 5: 3-4)
11. LA DISTINCIÓN DE
TRES PERSONAS DIVINAS SE DEMUESTRA CON LA BIBLIA
La
distinción de las Personas se puede demostrar, por ejemplo, en el hecho de que
Jesús habla a su padre. Esto no tendría sentido si fueran una y la misma
persona.
“En aquella ocasión Jesús exclamó:
‘Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido
ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente
sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las
cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre
sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer”. (Mt. 11: 25-27).
El hecho
de que Jesús no es la misma persona que el Espíritu Santo se revela cuando
Jesús -que ha estado funcionando como Paráclito (en griego, Parakletos) de los
discípulos- dice que va a orar al Padre y el Padre les dará “otro Paráclito”, que es el Espíritu Santo. Esto
demuestra la distinción de las tres Personas: Jesús que ora; el Padre que
envía; y el Espíritu que viene:
“y yo pediré al Padre y les dará otro
Paráclito, para que esté con ustedes para siempre, el Espíritu de la verdad, a
quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero ustedes lo
conocen, porque mora con ustedes”. (Jn.
14: 16-17)
12. EL HIJO PROCEDE DEL
PADRE Y EL ESPÍRITU PROCEDE DEL PADRE Y DEL HIJO
“Es ciertamente de fe que el Hijo procede del Padre por una verdadera
generación. Según el Credo Niceno-Constantinopolitano, Él es “engendrado antes
de todos los siglos”. Pero la procesión de una Persona Divina, como el término
del acto por el cual Dios conoce su propia naturaleza, es propiamente llamada
generación” (Enciclopedia Católica).
El hecho de
que el Hijo es generado por el Padre está indicado por los nombres de esas
Personas. La segunda persona de la Trinidad no sería un Hijo si no hubiera sido
generado por la primera persona de la Trinidad.
El hecho
de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo se refleja en otra
declaración de Jesús:
“Cuando venga el Paráclito que les
enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre,
dará testimonio de mí”. (Jn. 15: 26)
Esto
representa al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo (“que yo os
enviaré”). Las funciones exteriores de las Personas de la Trinidad reflejan sus
relaciones mutuas entre sí. También puede decirse que el Espíritu Santo procede
del Padre por medio del Hijo.
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