Hay una señora en el hospital, a la que le llevo la comunión cada día, que es un verdadero gozo verla. Siempre está sonriente, como rodeada de una nube de buen humor. Tiene ochenta años, es aragonesa, hace bromas, es vital; es una delicia estar con ella. Su piel blanquita, sus ojos azules, su rostro: ofrece la imagen perfecta de la abuela risueña que mima a sus nietos.
Desgraciadamente,
los cristianos ortodoxos reciben a los capellanes católicos con un gesto seco
para advertirnos sin contemplaciones que no desean hablar con nosotros. El modo
en el que nos reciben deja claro cuál es el mensaje de sus sacerdotes hacia el
catolicismo. A veces, he intentado, de lejos, añadir que solo venía a desearle
que se pusiera bien, pero ese intento siempre viene seguido de un gesto que
reitera su voluntad de no seguir hablando con nosotros.
♣
♣ ♣
Hoy he
visitado a un gitano con el que he tenido una muy agradable conversación. No ha
sido obstáculo el que fuera evangélico. Y menos todavía porque le he dicho lo
bien que me llevaba con un pastor que ellos tenían. Un gitano que era un hombre
lleno de fe viva en Dios. Cada vez que nos veíamos nos dábamos un gran abrazo.
Una vez el Señor me dio un mensaje a través de él, sin que el pastor lo
sospechara. Me dijo una cosa que, en cuanto la escuché, al instante, sin
ninguna duda, supe que era Dios el que me hablaba a través de él. La luz se
hizo al momento en mi alma.
♣
♣ ♣
Los
musulmanes me suelen recibir bien. Algunos especialmente bien. Tampoco he
tenido problemas con los testigos de Jehová, nunca. Ya me he encontrado varias
veces con personas que al preguntarles por sus creencias, han respondido que
son paganos. Y más concretamente que creen en la religión nórdica. Con varios
de ellos he tenido largas conversaciones durante días.
P. FORTEA
No hay comentarios:
Publicar un comentario