sábado, 17 de diciembre de 2022

SANACIÓN

 AQUELLO QUE NO SANAMOS LO SEGUIMOS REPITIENDO E INCLUSO ESCOGIÉNDOLO EN NUESTRAS ELECCIONES DE PAREJA O DE AMISTADES.

Cuando Jesús nos dice que pongamos la otra mejilla, se refiere a precisamente a no seguir propagando el mal, ya que al hacer lo mismo que nos lastimó, propagamos estas mismas las heridas en otros.

Una herida es una ruptura en el amor, provocado por una carencia o incluso excedencia (como en el caso de la sobreprotección). Es por eso que solo el amor sana las heridas, depende de nosotros entregar a Dios aquello que nos duele para que Él lo transforme y podamos sanarlo, de esta manera estamos reduciendo esa falta de amor que hay en el mundo ocasionado por muchas heridas.

Si bien una herida no es pecado, hay heridas que nos hacen susceptibles a ciertos pecados, ya que nos llevan a refugiarnos en cosas o personas que buscan llenar el vacío provocado por la herida.

Dice San Juan de la Cruz: "Pon amor donde no hay amor y sacarás amor".

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