Cada 23 de septiembre iniciamos la novena a los ángeles custodios o ángeles de la guarda, los seres espirituales que nos acompañan en la vida cotidiana, y a quienes podemos acudir pidiendo su intercesión.
“Invoca a tu Ángel de la Guarda, que te iluminará y
te conducirá. Dios te lo ha dado por este motivo. Por tanto válete de él”, decía San Pío de Pietrelcina,
quien durante su vida tuvo una gran cercanía con su
ángel custodio.
Primer
Día de la Novena a los Ángeles Custodios
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Primer día
¡Oh buen Ángel custodio! ayudadme a dar gracias al Altísimo por haberse
dignado destinaros para mi guarda.
Os pido que por intercesión de María, me alcancéis de Dios un fervoroso
espíritu y la práctica de una oración constante para agradecer a Dios todos sus
beneficios, y especialmente el de teneros por celestial custodio mío.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!, también
sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y
pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Segundo día
¡Oh Príncipe celestial!, dignaos obtenerme el perdón de todas las
ofensas que he hecho a Dios y a Vos, despreciando vuestras amenazas y vuestros
consejos.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios un verdadero
dolor de los pecados, que me obtenga el perdón de todas las faltas y caídas de
la vida pasada.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Tercer día
¡Oh mi Tutor amoroso!, infundid en mi alma un profundo respeto hacia
Vos, de tal manera que jamás tenga el atrevimiento de hacer cosa alguna que os
desagrade.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios el recuerdo
de la presencia divina y el respeto a vuestra presencia continua, las cuales
han de guardarme del pecado.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Cuarto día
¡Oh Médico compasivo!, enseñadme el remedio y dadme el auxilio para
curar mis malos hábitos y tantas miserias como oprimen mi alma.
Os pido que, por intercesión de Maria, me alcancéis de Dios un verdadero
espíritu de mortificación, con el cual domine mis malas pasiones y la
sensualidad, y obtenga la paz y la libertad de espíritu, juntamente con las
demás virtudes.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo,
alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta
vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Quinto día
¡Oh, mi Guía fiel!, alcanzadme fuerza para vencer todos los obstáculos
que se encuentren en el camino de la existencia y para sufrir pacientemente las
tribulaciones de esta miserable vida.
Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios una
verdadera paciencia y conformidad en todas las contrariedades y penas de la
vida que Dios pueda permitir para mi santificación.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también
me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Sexto día
¡Oh Intercesor eficaz cerca de Dios!, alcanzadme la gracia de seguir
prontamente vuestras santas inspiraciones y de conformar, en todo y para
siempre, mi voluntad a la de Dios.
Os pido que, por la intercesión de María, me alcancéis de Dios una
obediencia absoluta a todos mis superiores, la cual me santifique por el
cumplimiento de la voluntad divina en ella manifestada.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado
a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Séptimo día
¡Oh Espíritu purísimo, encendido todo en amor de Dios!, alcanzadme este
fuego divino, y al mismo tiempo una verdadera devoción a vuestra augusta Reina
y buena Madre mía, la Virgen Santísima.
Os pido que, por intercesión de María, me obtengáis de Dios la caridad
perfecta y la devoción a María, que sean para mi fuente abundantísima de
méritos, camino segurísimo de salvación y el más dulce consuelo en la hora de
la muerte.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Octavo día
¡Oh invencible Protector!, asistidme a fin de corresponder dignamente a
vuestro amor y a vuestros beneficios, y para trabajar con todas las fuerzas en
promover vuestro culto y vuestra devoción.
Igualmente os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios
un celo fervoroso para la práctica del bien y una fervorosa devoción angélica,
que sean mi propia santificación y la del prójimo.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A LOS ÁNGELES CUSTODIOS
Por la señal de la Santa cruz, de
nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y
Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Oración para cada día
de la novena
A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor.
Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la
miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón. Vos sabéis el
deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; mas, ¡ay!,
también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas
y pecados. Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el
maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y
compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente
en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.
Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena,
para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no
son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.
Noveno día
¡Oh bienaventurado ministro del Altísimo!, alcanzadme de su misericordia
infinita que llegue yo a ocupar un día uno de los tronos que dejaron vacíos los
ángeles rebeldes.
Os pido que, por intercesión de Maria, me obtengáis de Dios la gracia de
una santa muerte, confortada con los Santos Sacramentos, que me abra las
puertas de la gloria eterna.
(Se dicen las intenciones de la novena)
Oración a la Santísima
Trinidad
Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la
Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por
mediación de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la
Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:
Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos
y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al
Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los
cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria
al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Ángel de mi Guarda
Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame. Amén.
Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de
día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal.
Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
Redacción ACI Prensa
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