El P. Eduardo Hayen Cuarón, director del semanario Presencia de la Diócesis mexicana de Ciudad Juárez, explicó el grave peligro de las supersticiones, como la que considera que el martes 13 es un día de “mala suerte”.
“Los actos de superstición nunca son inofensivos
sino que siempre producen efectos negativos”, dijo el
sacerdote este martes 13 a ACI Prensa.
“Poner en práctica estos actos y verlos como algo
ingenuo, como algo simpático o como parte del folklore de un pueblo, es expresar
confusión sobre el camino que conduce hacia Dios y sobre lo que nos aleja de Él”,
advirtió el P. Hayen.
El sacerdote resaltó asimismo que “las
supersticiones solo traen confusión en la vida espiritual y son peligrosas
porque pueden ponernos en contacto con fuerzas espirituales desconocidas como son
las del mundo demoníaco”.
“Nuestra cultura está marcada por una gran difusión
de prácticas religiosas desviadas y supersticiosas. Muchísimas personas que no
tienen una fe bien formada ni sólidas convicciones en su relación con Dios,
muchas personas que no tienen claro el sentido de su vida, contribuyen a crear un clima
de incertidumbre cuando recurren a prácticas supersticiosas”, indicó el sacerdote a ACI Prensa.
Entre las prácticas supersticiosas, el P. Hayen mencionó la adivinación,
la magia, los horóscopos, el espiritismo y “otras
que pueden ser verdaderamente aberrantes como el culto a la muerte y a los
demonios”.
Estos cultos o prácticas “son irracionales porque atribuyen poderes ocultos a objetos, eventos o
circunstancias que no lo tienen, como por ejemplo el creer que el martes 13 es un
día de mala suerte, o creer que nuestro destino depende de la
conjunción de los astros en el firmamento, o creer que abrir un paraguas bajo
techo traerá desgracias a la propia vida”, advirtió.
Para concluir, el sacerdote mexicano dijo que “una
persona católica con buena formación jamás desviará sus sentimientos religiosos
por el camino de la superstición, sino que será un adorador auténtico de Dios en
espíritu y en verdad”.
LA SUPERSTICIÓN Y LA
IGLESIA CATÓLICA
El numeral 2110 del Catecismo de la Iglesia Católica explica que el
primer mandamiento de la ley de Dios “prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se
ha revelado a su pueblo” y
rechaza la superstición.
“La superstición es la desviación del sentimiento
religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que
damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de
algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o
necesarias”.
El Catecismo explica también, en el numeral 2115, que la actitud
cristiana ante el porvenir debe ser la de
“entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere
al futuro y abandonar toda curiosidad malsana al respecto”.
“Todas las formas de adivinación deben rechazarse:
el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras
prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir”, explica el numeral 2116.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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