El Papa Francisco recibió hoy lunes 12 de septiembre a un grupo multitudinario de empresarios italianos, a quienes explicó 3 condiciones para entrar en el cielo: compartir la riqueza, tener vocación comunitaria y ser trabajador.
Ante los miembros de Confindustria -Confederación General de la
Industria Italiana-, el Santo Padre definió a los empresarios como el “componente esencial en la construcción del
bien común, un motor primordial del desarrollo y la prosperidad”.
Lamentó también que la crisis agravada por la pandemia y por la guerra
de Ucrania afecta al mundo empresarial, en el que, explicó, existen dos tipos
de empresarios: los mercenarios y aquellos empresarios
parecidos al buen pastor, “que sufren lo mismo que sus trabajadores, que no huyen
ante los numerosos lobos que les rodean”.
A continuación, explicó que “la vida de los
empresarios en la Iglesia no siempre ha sido fácil”, ya que muchas veces
se le ha asemejado con los vendedores que Jesús expulsó del templo.
“En realidad, se puede ser comerciante, empresario,
y ser seguidor de Cristo, habitante de su Reino. La pregunta es entonces: ¿cuáles
son las condiciones para que un empresario entre en el Reino de los Cielos?”,
dijo el Papa.
1. COMPARTIR
A partir de esta pregunta, el Papa Francisco habló de la primera
condición; compartir.
“La riqueza, por un lado, ayuda mucho en la vida; pero
también es cierto que a menudo la complica: no sólo porque puede
convertirse en un ídolo y en un amo despiadado que se lleva toda la vida día
tras día”, dijo a continuación.
Explicó además que una forma de compartir es a través de pagar
impuestos, los cuales deben de ser justos, y de la creación de empleo, sobre
todo para los jóvenes.
“Los impuestos no deben verse como una
usurpación. Son una forma
elevada de compartir bienes, son el corazón del pacto social” aseguró el Santo Padre.
En este sentido, el Papa subrayó que “es urgente apoyar a las familias
y la natalidad”.
2. VOCACIÓN COMUNITARIA
Además, el Papa señaló que “hay que destacar
el papel positivo que desempeñan las empresas en la realidad de la inmigración,
fomentando
una integración constructiva y potenciando unas competencias
imprescindibles para la supervivencia empresarial en el contexto actual”.
“Al mismo tiempo, es necesario reiterar con fuerza
el ‘no’ a cualquier forma de
explotación de las personas y de descuido de su seguridad”, defendió.
3. SER TRABAJADOR
Asimismo, el Papa explicó que “una de las
graves crisis de nuestro tiempo es la pérdida de contacto de los empresarios
con el trabajo: a medida que crecen, la vida transcurre en oficinas,
reuniones, viajes, convenciones, y ya no frecuentan talleres y fábricas. Se
olvida el ‘olor’ del trabajo”, aseguró.
“Todo trabajador depende de sus empresarios y
directivos, también es cierto que el empresario depende de sus trabajadores, de
su creatividad, de su corazón y de su alma: depende de su "capital"
espiritual”, dijo más tarde el Papa.
Por último, explicó que “los grandes retos
de nuestra sociedad no se superarán sin
buenos empresarios”.
“Sin nuevos emprendedores, la tierra no resistirá
el impacto del capitalismo, y dejaremos a las próximas generaciones un planeta
demasiado herido, quizás inhabitable. Lo que hemos hecho hasta ahora no es
suficiente: ayudemos
juntos a hacer más”, concluyó el Papa Francisco.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
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