7 GESTOS DE SOLIDARIDAD DE LA IGLESIA HACIA LOS JUDÍOS DURANTE LA PERSECUCIÓN NAZI.
Por: María Ximena Rondón | Fuente: ACI Prensa
En medio de esta persecución, aparecieron gestos de
solidaridad de parte de la Iglesia Católica, encabezada por el Papa Pío XII y
que ayudaron a salvar a cientos de miles de sus “hermanos mayores en la fe”.
1.- EL PAPA PÍO XII
En 1939 el Cardenal Eugenio Pacelli fue nombrado Papa, tomando el nombre
de Pío XII. Durante su pontificado incrementó sus actividades de acogida a los
judíos. Se estima que con su obra se lograron salvar unos 800 mil judíos. El
Santo Padre los escondía en el Vaticano, sobretodo en Castel Gandolfo, la
residencia papal.
Incluso en su cama nacieron cerca de 42 niños, hijos de refugiados. Como
gratitud, varios fueron llamados “Eugenio”.
También entregó a Israel Zolli, el entonces Gran Rabino de Roma, un
considerable aporte en oro para completar los 50 kilogramos de este metal que
los nazis exigieron a la comunidad judía para no ser deportada.
Este y otros gestos de caridad hicieron que con el tiempo el rabino se
convirtiera al catolicismo, bautizándose con el nombre de Eugenio.
2.- SAN MAXIMILIANO
MARÍA KOLBE
Este santo polaco tuvo una visión de pequeño: la
Virgen se le apareció y le mostró una copa roja y otra blanca. La roja
significaba que sería mártir y la blanca la pureza. El niño las aceptó. Desde
entonces fue devoto de la Virgen y años más tarde ingresó a la Orden de los
Franciscanos.
En 1936, luego de un viaje a Japón, regresó a Polonia. Al estallar la
Segunda Guerra Mundial fue apresado con otros frailes y enviado a los campos de
concentración en Alemania y en Polonia. Sin embargo, fue liberado. En 1941 lo
volvieron a arrestar y fue llevado al campo de concentración de Auschwitz.
Los tratos inhumanos de los nazis y las duras condiciones de vida no
fueron un impedimento para seguir ejerciendo su ministerio ni disminuyeron su
preocupación por el prójimo.
El 3 de agosto de 1941 un prisionero escapó y en represalia el
comandante del campo ordenó escoger a diez cautivos para ser condenados a morir
de hambre. Entre los escogidos estaba el sargento polaco Franciszek
Gajowniczek. Este, al ser elegido, exclamó: “Dios
mío, yo tengo esposa e hijos”. Entonces el santo, que no estaba entre
los diez condenados, se ofreció a morir en su lugar. El cambio fue aceptado.
Durante los diez días del encierro, San Maximiliano animó y exhortó a
sus compañeros a seguir en oración. Todos murieron menos él. Cuando los nazis
vieron que seguía vivo, le colocaron una inyección letal. Partió a la casa del
Padre el 14 de agosto de 1941.
3.- EL CARDENAL
JULES-GÉRARD SALIÈGE
El Cardenal Saliège es considerado como un héroe porque durante la
Segunda Guerra Mundial se enfrentó a los nazis en Francia para defender a los
judíos, obedeciendo el mandato de Pío XII. Se empeñó en mejorar la situación en
los campos de detención en el sudoeste del país y redactó varios documentos a
favor del pueblo judío.
En 1941 escribió a las autoridades de Vichy para rechazar la política
antijudía. Al año siguiente, el Purpurado difundió una carta pastoral que fue
prohibida.
“Los judíos son hombres, las judías son mujeres...
No se les puede maltratar a discreción... Pertenecen a la especie humana. Son
hermanos nuestros, como lo son tantos otros. Un cristiano no puede olvidar
esto”, expresó en
la carta.
En el año 2012, con ocasión del 70 aniversario de la redada que culminó
con la detención de 13 mil judíos parisinos, el Yad Vashem de Jerusalén añadió
una incisión sobre la Medalla de los Justos que entregó póstumamente en 1970 al
Cardenal para agradecerle su defensa de los judíos.
4.- EL BEATO ODOARDO
FOCHERINI
Odoardo Focherini fue un católico militante desde su juventud y es
recordado por su empeño en salvar a los judíos durante la Segunda Guerra
Mundial, sabiendo que arriesgaba su vida.
Se casó a los 23 años y tuvo siete hijos. A los 27 años se convirtió en
el presidente de la Acción Católica en Italia, donde se dedicó a captar jóvenes
antes de que fueran reclutados por el fascismo. Además, fue director del
periódico católico L’Avvenire.
Junto a otros, en 1943 ayudó a más de 100 judíos a huir a Suiza. En 1944
fue arrestado por los nazis mientras atendía a un judío en un hospital. Lo
llevaron a un campo de concentración en Hersbruck donde las condiciones de vida
eran precarias. Sin embargo, el periodista nunca se quejó y se mantuvo firme
hasta el final. Murió ese mismo año a causa de una septicemia por una infección
en la rodilla.
5.- EL SACERDOTE
ITALIANO OTTAVIO POSTA
Este sacerdote italiano realizó una gran hazaña: en la noche del 19 de junio de 1994, con ayuda de un grupo de
pescadores, atravesó el lago Trasimeno para rescatar a los judíos que estaban
prisioneros en el castillo de la Isla Mayor a causa de las leyes raciales.
Al llegar a la isla el P. Posta hizo que los habitantes llevaran a los
judíos a la orilla, donde los ingleses esperaban. También acompañó a los
libertos mientras cruzaban el lago. Todo ello en medio de los disparos de las
ametralladoras.
En una carta escrita en 1944, los rescatados señalaron que “don Ottavio Posta, párroco de la Isla Mayor en el (lago)
Trasimeno, durante el período de nuestra prisión en la isla por las leyes
raciales, fue para nosotros de gran ayuda y consuelo".
En septiembre del año 2011 se le concedió el título de “Justo entre las naciones”, la condecoración más
alta concedida por Israel a los no judíos.
6.- EL VENERABLE
ARZOBISPO UCRANIANO ANDREY SHEPTYSKY
El Arzobispo Andrey Sheptysky fue un líder de la Iglesia greco-católica
en Ucrania desde 1900 a 1944 y que, a costa de su propia vida, salvó a cientos
de judíos durante la ocupación nazi.
En 1901 fue nombrado Arzobispo Metropolitano de la Eparquía Ucraniana de
Lviv, convirtiéndose en la cabeza de la Iglesia greco-católica ucrania. Su
mandato estuvo marcado por el conflicto y la persecución de los sucesivos
gobernantes de Ucrania, incluyendo al Imperio Ruso, la Segunda República
Polaca, la Alemania Nazi y la Unión Soviética.
Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo en contra de la política nazi
hacia los judíos y animaba a sus fieles a tratarlos bien, tal como lo menciona
en una carta pastoral escrita en 1942. También alentó a sus sacerdotes y abades
locales a refugiar a los judíos. En esta labor fue ayudado por su hermano, el
Beato Klymentiy Sheptysky, archimandrita de monjes estuditas de la Iglesia greco-católica
ucraniana.
Además usó sus recursos para crear una clínica gratuita y ayudar a las
víctimas de la guerra.
En julio de 2015 el Papa Francisco autorizó el decreto que reconoce sus
virtudes heroicas.
7.- FLORENCIA: LAS
HERMANAS SIERVAS DE MARÍA SANTÍSIMA DOLOROSA
En otoño de 1943, Magdalena Cei, la superiora del convento de las
Hermanas Siervas de María Santísima Dolorosa acogió y escondió a 12 niñas
judías que huían de la persecución nazi en Polonia, Bélgica y Francia.
Este gesto fue una respuesta al llamado que hizo el entonces Cardenal de
Florencia, Mons. Elia Dalla Costa, de proteger y acoger a los judíos. Terminada
la guerra casi todas las niñas se reencontraron con sus padres, menos dos. El
13 de enero de 2016 el convento fue reconocido como “Casa
de la Vida” por la Fundación internacional Raoul Wallenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario