La abogada e investigadora Martha Patricia Molina publicó un detallado informe sobre las torturas que sufren los presos en las cárceles de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
ADVERTENCIA: Las descripciones de torturas
podrían herir la sensibilidad del lector.
El informe de
diciembre de 2021 da cuenta de las torturas que sufren los presos, y que
también podrían sufrir los sacerdotes católicos retenidos en el Nuevo Chipote
o Chipote, la cárcel de la dictadura en Managua, a la que
envían a los críticos del gobierno.
Entre los sacerdotes que están actualmente en el Chipote figuran el P. Oscar Benavidez, de la Diócesis de Siuna; el P. Ramiro
Tijerino, P. José Luis Diaz, P. Sadiel Eugarrios y P. Raúl González; los
seminaristas Darvin Leyva y Melquín Sequeira; y el camarógrafo Sergio Cárdenas,
de la Diócesis de Matagalpa.
A excepción del P. Benavidez, todos los demás fueron detenidos en la
madrugada del viernes 19 de agosto en el Obispado de Matagalpa, cuando la
policía de la dictadura de Ortega secuestró a Mons. Rolando Álvarez, ahora en
prisión domiciliaria en Managua.
Martha Patricia Molina explica en su informe que los 38 métodos de
tortura descritos fueron recopilados a partir de las denuncias y testimonios de
las víctimas o sus familiares.
A continuación, algunos de los métodos de tortura
mencionados en el informe de 26 páginas:
· “Con tenazas levantan las uñas y las
arrancan”.
· Violación sexual de mujeres y aborto.
· Asfixia con bolsas plásticas.
· A los hombres les introducen rifles por el
ano.
· 24 horas con luz eléctrica para evitar que
duerman.
· Los obligan a defecar sobre la mano.
· Aislamiento total.
· Colgarlos para golpearlos.
· Obligar a los hombres a desnudarse, los
tocan y los amenazan con violación.
· Bombas lacrimógenas y gas pimienta.
· Acuchillamiento.
· Prohibición de la Biblia y artículos
religiosos.
· Dormir en lugares con heces, orina, pulgas
y cucarachas.
· Quemaduras con pistolas de electricidad y
cigarrillos.
· Golpes con alambres de púas.
· Golpes hasta producir hematomas y sangrado
interno.
· Los atan a una silla y los golpean hasta
hacerlos vomitar.
· Poca comida y agua.
· Los obligan a comer alimentos podridos,
con vidrio e insectos.
· No proporcionan medicinas o aparatos
médicos a presos políticos que padecen enfermedades crónicas como diabetes.
· No brindan atención médica a los heridos.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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