Las personas de 65 y más años superarán pronto a los niños menores de cinco años por primera vez en la historia. Lo dice un estudio publicado por la Oficina del Censo de Estados Unidos.
Por: Víctor Ruiz
| Fuente: ForumLibertas
24/07/2009
En 2040, más ancianos que niños: el problema no es el exceso de población
mundial sino su envejecimiento.
Un estudio estadounidense confirma lo que otros ya anunciaron antes, que “existe un desequilibrio entre el crecimiento de la
población y el de los recursos de subsistencia”.
“Las personas de 65 y más años superarán pronto a los niños
menores de cinco años por primera vez en la historia”. Lo dice un estudio publicado por la Oficina del Censo de
Estados Unidos y elaborado por dos de sus expertos, Kevin Kinsella y Wan He,
quienes fijan ese ‘pronto’ para el año 2040.
El informe advierte de que el envejecimiento tendrá una considerable
repercusión económica: “La reducción del porcentaje
de trabajadores respecto al de pensionistas y del número de personas que pasará
una mayor parte de su vida como jubilados incrementará los actuales impuestos
sanitarios y los sistemas de pensiones”.
Este estudio estadounidense no hace otra cosa que confirmar lo que otros ya
hicieron antes, y es que el problema no es el exceso de población mundial, sino
su envejecimiento.
Además, “existe un desequilibrio entre el
crecimiento de la población y el de los recursos de subsistencia”,
denuncia también Ángel Luis Toledano en su libro Hacia el equilibrio de la
población mundial. Toledano es licenciado en Teología por la Universidad
Pontificia Comillas de Madrid y Master en Doctrina Social de la Iglesia por el
Instituto Social ‘León XII’ de la Universidad Pontificia de Salamanca.
“TODOS LOS PAÍSES DE TODAS LAS REGIONES”
El proceso de envejecimiento se da tanto en los países desarrollados como en
los que están en vías de desarrollo, y el estudio de la Oficina del Censo
insiste en los efectos que esta evolución puede tener sobre la economía, en
especial sobre el coste de las pensiones, los gastos públicos en sanidad y la
evolución del producto interior bruto.
“El envejecimiento está afectando a todos los
países de todas las regiones del mundo”, declaró Richard Suzman, del
Instituto Nacional del Envejecimiento, el organismo que encargó el informe.
“Aunque hay importantes diferencias entre países
desarrollados y países en vías de desarrollo, el envejecimiento global está
cambiando la naturaleza social y económica del planeta y presentando retos
difíciles”, agregó.
Al mismo tiempo, el estudio señala que si la economía de los países evoluciona
favorablemente el incremento de la edad no tiene por qué ser perjudicial. No
obstante, cita datos de 2006 de la Comisión Europea según los cuales el coste
de las pensiones, de la sanidad y de los cuidados médicos a largo plazo
supondrá un incremento del gasto público y redundará en un descenso del
crecimiento del producto interior bruto de cada país. “A
falta de cambios políticos, el crecimiento potencial económico de la UE podría
reducirse a la mitad hacia 2030”, afirma el documento.
Esta cuestión también la planteaba en abril del pasado año un informe del Banco
Mundial, que revelaba que la evolución de la población en Europa, con una gran
disminución de nacimientos debida en gran medida al aborto, pone en serio
riesgo la sociedad del bienestar y los sistemas de pensiones.
“QUIEBRA DE LA NATALIDAD”
Todo ello conduce a la conclusión de que, a diferencia de quienes afirman que
el inconveniente es el exceso de población, el envejecimiento es el principal
problema a resolver; un envejecimiento que tiene en la caída de la natalidad una
de sus principales causas.
Así lo explica Toledano en Hacia el equilibrio de la población mundial: “El futuro del crecimiento o equilibrio de la población
mundial depende básicamente de la natalidad y la mortalidad”.
Según el teólogo, “el envejecimiento tiene dos
causas básicas: una, la quiebra de la natalidad desde hace años y, otra, los
bajos índices de mortalidad por enfermedad, accidentes, etc.”.
“Los países desarrollados en 1960 tenían el 30% de la población menor de 19
años mientras que en la actualidad (2004) apenas supera el 20%; mientras que en
el otro extremo de la estructura demográfica en 1960 los mayores se acercaban
al 15% de la población en la actualidad ya son más del 20% y en las próximas
décadas superarán el 30%” añade en su libro.
“El grupo que crece más rápidamente es el grupo de
personas mayores de más edad, es decir, los que tienen 80 años o más”, puntualiza.
Asimismo, este experto recuerda que “a causa de
este envejecimiento acelerado se ha suscitado el temor a la quiebra de la
seguridad social para las personas mayores en un futuro no lejano”.
Por otra parte, Toledano advierte de cuáles son las principales consecuencias
económicas de la inversión de la pirámide demográfica por el descenso de la
natalidad y el envejecimiento de la población.
“La disminución del consumo; la variación del tipo
de gasto aumentando la sanidad, la atención personal o el ocio para los
mayores; la disminución de la demanda de vivienda; la falta de mano de obra en
las empresas, que se cubrirá probablemente con la llegada de inmigrantes; la
riqueza estará en manos de las personas de más edad; la modificación de
ingresos y gastos públicos que comportará el envejecimiento de la sociedad”, concreta.
ESPAÑA, “EL PAÍS MÁS VIEJO”
En su libro, Toledano también apunta hacia España como uno de los países más
afectados por el envejecimiento: De acuerdo con un
informe de Naciones Unidas de 2002, “el país ‘más viejo’ en 2050 será España”.
“La población española esta encabezando las tasas
de natalidad más bajas del mundo, como ya se ha señalado, con lo que la
proyección de esta tendencia llevaría a la disminución de la población en las
próximas décadas”, agrega.
Otros informes anteriores insisten en este punto y, por ejemplo, datos del
Banco Mundial y de Eurostat prevén que España estará en el grupo de los países
de la UE con mayor tasa proporcional de jubilados con un 35,6% de la población
frente a un 52,9% de personas que estarán en edad de trabajar en 2050.
Por su parte, volviendo al libro de Toledano, la responsabilidad que surge ante
el envejecimiento de la población exige, según el autor, adoptar medidas “basadas en el desarrollo integral de los pueblos” y
una “propuesta de adecuadas políticas familiares,
de promoción de la mujer, de atención al desarrollo social de las áreas
rurales” y, en definitiva, de “acciones
concretas que favorezcan la evolución equilibrada de la población mundial”.
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