Braco no habla en sus espectáculos ni concede entrevistas. Un aura de misterio muy provechosa. Su maestro fue un espiritista.
Braco sale al escenario, mira fijamente a los espectadores y se va. La entrada
no ha sido costosa, en el entorno de los 10 euros, pero la asistencia es
nutrida y hay muchos países esperando. Quienes reciben el
impacto de sus ojos afirman en muchos casos que sus
problemas se resuelven, que su salud mejora, que "se
han descubierto a sí mismos" y que hay algo de "energía divina" en él. Un lenguaje
muy reconocible: el de la Nueva Era.
Hay una película sobre él, de
2017, El poder del silencio, que
cautivó a muchos famosos. "Cuando estaba
bajo su mirada, algo me llenaba, no sé, me subía hasta aquí", dice,
arrobada ante su protagonista, la modelo Naomi Campbell. Y añade la escritora Laura Esquivel,
autora del bestseller internacional Como agua para chocolate: "Es una actividad realmente sanadora, liberadora, es un
momento muy especial en el que, a través de la mirada, uno
se conecta con la Luz, más allá de cualquier forma".
Braco The Gazer [Braco,
el que te mira] es croata, tiene 55 años y desde hace veinte no abre la boca en
público ni concede entrevistas. Es parte de su marketing.
Todo reside en su mirada triste, comprensiva, escrutadora. "Cuando nos buscamos a nosotros mismos",
dice su teoría, "necesitamos un espejo, para
poder presentarle a nuestra conciencia lo que realmente somos, pero no
reconocemos". Él es ese espejo, para quienes le siguen.
Un espectáculo de
Braco. Él mira al público, que se siente transportado. No hay más.
"Todo esto
demuestra hasta qué punto está confundida esta generación. La gente vive
en la oscuridad", comenta John Esseff,
sacerdote desde hace 65 años, más de cuarenta de ellos como exorcista: "No son conscientes de dónde puede venir todo esto,
de que podría tener una fuente diabólica. Solo hay una fuente de luz y de
sanación, que es Dios".
El padre Esseff hace estas
apreciaciones a requerimiento de la periodista Patti Maguire
Armstrong, quien se muestra
asombrada en el National Catholic Register ante
el éxito de Braco. A pesar de que las apariencias hacen pensar en "un chiste", señala, "no se trata de ninguna broma", siquiera
sea porque sirve de pábulo para las ideas New Age.
Pero la razón de acudir a un
exorcista era saber si puede haber algo más. Esseff fue consejero espiritual de
la Madre Teresa de Calcuta y conoció al Padre Pío.
Es fundador y presidente del Instituto Papa León XIII, que forma a exorcistas y ayuda a llevar a Cristo a personas que han sufrido ataques diabólicos.
Para él no hay duda de que no se debe frivolizar con estas cosas, porque
puede no tratarse solo de una cuestión de credulidad o de pérdida masiva del
sentido común.
De hecho, el mentor de Braco fue un espiritista, Ivica Prokic (1950-1995), quien habría descubierto sus 'talentos' y anunciado que su discípulo superaría
los suyos, antes de morir de forma misteriosa que ha dado lugar a numerosas
especulaciones. Nada mejor para alimentar el aura que rodea a este singular personaje que, previo pago, "te mira".
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