Este 24 de abril, día en que la Iglesia Católica celebrará el Domingo de la Divina Misericordia, los fieles tendrán la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria para ellos mismos o para un ser querido fallecido.
En sus apariciones a Santa Faustina Kowalska, Cristo, bajo la devoción
del Señor de la Divina
Misericordia, aseguró
varias gracias a los que se acogieran a su misericordia.
“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio
y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El
alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las
culpas y de las penas… Que ninguna alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados
sean como escarlata”, dijo el Señor en una de sus
apariciones a la santa polaca.
En junio de 2002, San Juan
Pablo II instituyó oficialmente la indulgencia
plenaria para esta fiesta que se celebra el segundo Domingo de Pascua.
Para ello publicó el “decreto sobre
las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia”,
un don que también puede alcanzar a los enfermos y los navegantes en altamar.
Este año tendrá lugar el 24 de abril, segundo domingo de Pascua.
La indulgencia plenaria se concede al fiel que participe en actos de
piedad realizados en honor de la Divina Misericordia, con las condiciones
habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las
intenciones del Papa.
Redacción ACI Prensa
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