¿En el cielo habrá locos y cuerdos?
A
lo mejor nos volvemos todos locos por la impresión del cambio.
La
verdad es que empezar a comprender el misterio de Dios tiene que suponer dar la
vuelta total al calcetín de todas nuestras categorías mentales adquiridas en la
tierra.
Si
el cielo es empezar a conocerlo todo después de haberlo ignorado todo, ese
vuelco total tiene que resultar una especie de locura mental generalizada.
¡Cuántas misteriosas locuras de la tierra serán predisposición y
anticipo para la cordura del cielo!
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