«No podemos tener una versión especial australiana o alemana de los Diez Mandamientos»
El cardenal
George Pell ha pedido a la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) que
reprenda públicamente a dos de los obispos más destacados de Europa por lo que,
según él, es un «rechazo total y explícito» de la enseñanza de la Iglesia sobre
la moral sexual.
(NCRegister/InfoCatólica) En una declaración publicada
el 15 de marzo, el cardenal Pell pidió al dicasterio doctrinal
del Vaticano que «intervenga y emita un juicio» sobre las declaraciones del cardenal Jean-Claude Hollerich,
relator general del Sínodo del Vaticano sobre la Sinodalidad, y del obispo
Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
El cardenal Pell anunció su
decisión unos días antes, en una entrevista concedida a la agencia de
televisión católica alemana K-TV el 11 de marzo.
El cardenal jesuita Hollerich,
de Luxemburgo, y el obispo Bätzing, de Limburgo, han
pedido en recientes entrevistas que se modifique la doctrina de la Iglesia
sobre la homosexualidad.
El cardenal Hollerich, que
preside el Sínodo sobre la Sinodalidad que se celebra hasta octubre del año que
viene, afirmó el mes pasado que la enseñanza actual era «errónea» y que el «fundamento sociológico-científico» de esa
enseñanza, sobre el que «antes se condenaba como sodomía... ya no era correcto».
El obispo Bätzing argumentó en
una entrevista el 4 de marzo que las relaciones entre personas del mismo sexo
eran permisibles y no constituían un pecado, y que el Catecismo debía modificarse parcialmente para
reflejarlo.
Los dos prelados también se
comprometieron a no despedir a ningún sacerdote o empleado laico homosexual activo
de sus diócesis. «Nadie tiene que tener miedo a
perder su trabajo» por razones de homosexualidad, dijo el obispo Bätzing. «Cómo viva alguien su intimidad personal no es asunto
mío».
El cardenal Pell dijo que esa
enseñanza era «errónea», ya que «no sólo rechaza las antiguas doctrinas judeocristianas
contra la actividad homosexual, sino que socava y rechaza la enseñanza sobre el
matrimonio monógamo, la unión exclusiva de un hombre y una mujer.»
El cardenal australiano dijo
que reconoce los retos a los que se enfrenta la disminución del número de
fieles en los países de habla alemana y en otros lugares, pero añadió que la
única respuesta posible debería ser «redescubrir
las promesas de Jesús» y abrazar más estrechamente el «depósito intacto de la fe».
Subrayó que la solución es «no seguir los cambiantes dictados de la cultura secular
contemporánea», y añadió que, «como
señaló el Papa Pablo VI hace muchos años, éste es un camino de autodestrucción para la
Iglesia.»
RUPTURA SINODAL
El cardenal, que fue el primer
prefecto de la Secretaría para la Economía de 2014 a 2017, también criticó la «asamblea sinodal» de la Iglesia en Alemania,
donde estos controvertidos cambios están siendo votados por participantes
seleccionados.
El cardenal calificó como excelente la reciente carta abierta
de la conferencia de obispos nórdicos a monseñor Bätzing expresando
su profunda preocupación por el proceso, añadiendo que era «un ejemplo del rechazo casi unánime de los obispos de
todo el mundo a estas innovaciones.»
La Iglesia católica, dijo, «no es una federación suelta en la que diferentes sínodos
o reuniones nacionales y líderes prominentes pueden rechazar elementos
esenciales de la Tradición Apostólica y permanecer imperturbables».
«Esto no debe
convertirse en una situación normal y tolerada», continuó. «La unidad católica en torno a Cristo y a su enseñanza exige
la unidad sobre los principales elementos de la jerarquía de las verdades».
«Este
rechazo es una ruptura, no compatible con la antigua enseñanza de la
Escritura y del Magisterio, no compatible con ningún desarrollo doctrinal
legítimo», dijo.
El cardenal Hollerich, que
también es presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la UE
(COMECE), se mostró el año pasado abierto a cierto tipo de bendición de las
uniones del mismo sexo, aunque descartó la bendición nupcial, a pesar de que la
CDF descartó definitivamente este tipo de ceremonias hace un año.
En la cumbre del Vaticano
sobre abusos sexuales de 2019, el cardenal también defendió a los sacerdotes
homosexuales, rechazando cualquier afirmación de que la homosexualidad pudiera
ser una causa de los abusos, a pesar de que la gran mayoría de los abusos
tienen precisamente como elemento esencial el hecho de que se cometen sobre
adolescentes varones.
La petición del cardenal Pell
también se produce después de una misa celebrada por el cardenal Reinhard
Marx, de Múnich, «que marca 20 años de culto y pastoral queer». En su
homilía, el ex presidente de la conferencia episcopal alemana dijo que quería «una Iglesia inclusiva», una Iglesia que «incluya a todos los que quieran recorrer el camino de Jesús.»
Una Iglesia sinodal, dijo,
consiste en cuestionar «lo que tenemos que decir
sobre la sexualidad y lo que tenemos que decir sobre las relaciones de las
personas». También dijo estar «escandalizado»
por el hecho de que los cristianos sigan discriminando a la comunidad
homosexual.
El cardenal Pell dijo en su
declaración que «ninguno de los Diez Mandamientos es opcional», que todos son «para
ser seguidos, y por los pecadores», y «no
podemos tener una versión especial australiana o alemana de los Diez Mandamientos».
«Tampoco podemos
seguir a Bertrand Russell, el filósofo ateo inglés, que sugirió que los Diez
Mandamientos podrían ser como un examen, en el que sólo hay que responder a
seis de las diez preguntas».
«Cristo acogió y
se mezcló con los pecadores, pero nos llamó al arrepentimiento», dijo el cardenal Pell. «Así que una Misa para grupos especiales puede ser algo
bueno, siempre que la enseñanza de Cristo se presente regularmente, se predique
la necesidad de arrepentimiento y se disponga regularmente del sacramento de la
penitencia, la reconciliación».
El cardenal concluyó
reiterando su petición de que el Vaticano intervenga.
El Register
se puso en contacto con el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, el cardenal Luis Ladaria, para ver si piensa responder al llamamiento del
cardenal Pell, pero aún no ha respondido. El Register también se puso en
contacto con otro alto funcionario de la CDF, pero declinó hacer comentarios.
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