miércoles, 9 de marzo de 2022

EL AYUNO: ¡EXPLÍCAMELO!

 “Yo sufro, es verdad, para que Él me perdone; yo me castigo para que Él me socorra, para que yo sea agradable a sus ojos, para gustar su dulzura”

San Agustín, “la utilidad del ayuno”

En estos días cuaresmales libros como el que reseño son especialmente útiles. Todos los años la misma pregunta ¿por qué no comes carne los viernes de cuaresma? Y la supuesta sesuda diatriba sobre el sacrificio, el marisco y otras ideas inteligentísimas de gente que no entienden que alguien pueda hacer sacrificios voluntariamente.

“El Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo, y todos los viernes, sobre todo los de Cuaresma, son días que los fieles viven a tope cuando se respetan las tres preciosas y fundamentales indicaciones del evangelio de Mateo (6,1-6.16-18) que escuchamos el primer día del tiempo cuaresmal: oración, ayuno, limosna.”

Decía San Ignacio en sus ejercicios espirituales, “La primera manera (de hacer penitencia) es acerca del comer; a saber, cuando quitamos lo superfluo, no es penitencia, sino temperancia; penitencia es cuando quitamos de lo conveniente, y cuanto más y más, mayor y mejor, solo que no se corrompa el sujeto ni se siga enfermedad notable.”

En el año 2009 Benedicto XVI hablaba del valor del ayuno, “En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una “terapia” para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios.”

El autor se muestra tajante sobre aspecto externos del ayuno y la abstinencia. “La abstinencia de carne representa también una señal distintiva para los cristianos, que en estos tiempos corremos cada vez más peligro de desaparecer, nos arriesgamos a caer en la insignificancia. Hoy, en los comedores escolares, en los aviones e incluso en algunos restaurantes se ofrecen menús especiales para judíos, musulmanes, vegetarianos… ¡Pero no para nosotros los cristianos!” “Pensemos en signos exteriores como el ayuno y la abstinencia en Cuaresma; pensemos también sin más en la señal de la cruz antes de comer. No lo son todo, es cierto, pero, si los descuidamos y olvidamos, ¿qué signos nos ofrecemos a nosotros mismos, y a nuestros hijos, a nuestras familias, a las nuevas generaciones, al mundo? Se abandonan con rapidez, se eliminan, pero en su lugar tampoco se hace nada. O, peor, otros signos otras iniciativas o costumbres los suplantan, los reemplazan.”

VIVIANI, G.

¿Por qué ayunar si no lo entiendo?

Palabra, 2014

Urko

No hay comentarios:

Publicar un comentario