Aquí la respuesta que dió el P. Gabriele Amorth
Por: n/a | Fuente: Religión en Libertad
Es una pregunta que se hacen miles de personas y
que produce mucha inquietud: ¿Hasta qué punto influye en
nuestras vidas los pecados cometidos por nuestros antepasados? Y sobre esta cuestión responde una autoridad en la
materia como el es Padre Gabriele Amorth,
paulino, recientemente fallecido, que hasta su muerte se convirtió en la referencia mundial de los exorcistas. Durante años fue el
exorcista oficial del Vaticano.
En una entrevista de Stefano Stimamiglio,
para Aleteia, el Padre Amorth responde con precisión sobre esta cuestión.
- ¿Es verdad que el árbol genealógico puede estar
espiritualmente "enfermo"? Algunas veces oímos hablar en el ámbito
carismático del “árbol genealógico”. ¿Qué puede decir usted al respecto?
- Esta es una cuestión controvertida. Hay
quien sostiene que las consecuencias de las culpas morales graves, las cuales
mancharon a los propios antepasados -como por ejemplo homicidios,
abortos, suicidios, prácticas mágicas, etc.-, se propagan a las
generaciones sucesivas.
Pero, atención, no es la culpa moral, que es siempre y solamente
personal, sino sus consecuencias, como
por ejemplo la tendencia innata a repetir los mismos actos pecaminosos de los
antepasados.
Una especie de “inclinación” espiritual, que llegaría a los hijos,
nietos, bisnietos y así descendería en el árbol genealógico. Como se
transmiten los caracteres hereditarios fijos en la transmisión de la vida, así
sería para aquellos espirituales.
Para librarse de esta tendencia, cada descendiente debería renunciar a
ellos con un estilo de vida cristiano. A través de un camino de
purificación, se lograría -una vez localizada la tendencia pecaminosa, que
puede bordear en lo compulsivo- enmendarse en ella.
Esto sería de cualquier manera la transmisión del carácter “enfermo” a los descendientes. La tesis está difundida
en el libro del psiquiatra inglés Kenneth McAll Hasta las raíces, el cual sostiene -citando
casos observados por él- que la causa de los males puede depender de cuestiones
de generación.
- Se habla también de misas de sanación del árbol
genealógico...
- Lo confirmo. Se celebran misas para
interceder por los difuntos que, a causa de sus pecados, aún
no gozan de la luz de Dios y están en el purgatorio.
El libro de McAll cita episodios en los que, tras esta misa carismática,
desaparecen los efectos negativos sobre los vivos como consecuencia de la
liberación de aquellas almas del purgatorio.
Sea lo que fuere, es siempre oportuno celebrar misas por nuestros
queridos difuntos, también por aquellos que nunca conocimos y que,
tal vez, vivieron hace siglos.
- ¿Qué piensan los exorcistas -y usted- sobre la
cuestión del árbol genealógico?
- No existe una posición uniforme. Cada
uno ha desarrollado una posición personal con base en la experiencia que ha
madurado.
Yo he tenido algunos casos en los que la persona que sufría una posesión
demoníaca tenía ascendientes que practicaban la magia y la
brujería. Aunque no me parece que estos episodios puedan representar
una razón suficiente de demostración de la tesis.
Se necesitan nuevas perspectivas teológicas. Además, mi maestro, el sacerdote Candido Amantini, tenía dudas sobre si los malos espíritus se difunden por vía de las
generaciones.
Publicado originalmente en Aleteia
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