“La adicción ¡Es un grito! Clama con angustia, clama pidiendo ayuda, la drogodependencia se ha ido extendiendo, profundizando y complejizando”, lamentaron los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires (Argentina).
La noche del miércoles 2 comenzaron a reportarse la muerte de personas
intoxicadas con drogas. Todas consumieron cocaína adulterada que habría sido
adquirida en villas de emergencia en la provincia de Buenos Aires.
Hasta la fecha van 23 fallecidos y más de 40 personas han sido
hospitalizadas por el mismo motivo.
En las declaraciones las personas coincidieron en que consumieron drogas
durante una reunión.
La investigación policial indica que la droga fue adulterada con
fentilicio, un opiáceo más potente que la heroína; y se indaga si la
manipulación fue un error de quienes la distribuyeron o fue un ajuste de
cuentas entre bandas de narcotraficantes.
En un comunicado este 4 de febrero, los obispos manifestaron su profunda
conmoción ante lo sucedido.
“No podemos permitirnos pasar por alto esta
tragedia y tantas otras que transcurren todos los días. Hay que hacer memoria y
aprender juntos a convivir con este dolor, allí donde hay heridas, que no van a
cerrar nunca”, expresaron.
“Es imprescindible asumir y hacer propio el dolor.
Siendo esta cuestión algo impostergable, es necesario cuanto antes una Ley de
Emergencia en Adicciones”, señalaron los obispos.
Al recordar el mensaje del Papa Francisco para la 56º Jornada Mundial de
las Comunicaciones Sociales 2022, los obispos de la Región de Buenos Aires
manifestaron que se puede “escuchar o también nos
podemos hacer los sordos. Podemos oír tantas noticias en torno a este gravísimo
hecho, así llamado ‘caso de la droga adulterada’, como si existiera una ‘droga
legítima’”.
“Muchos alzan sus opiniones diciendo que se
legalice la droga. Escuchando a tantos pibes y pibas de nuestros barrios, lo
que comenzó como un pasatiempo, una probada, termina siendo un espiral de
violencia, abandono escolar, situación de calle, muerte. La despenalización del
consumo, la legalización de las sustancias, solo traerá más consumo y
marginalidad. Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no
hacen daño: las drogas matan siempre”, recordaron.
Los obispos dijeron que cuanto esta noticia pase y vengan otras “nos desconectamos y naturalizamos todo tipo de
violencia, nada ya nos llama la atención”, así como la falta de servicios
básicos, de alimentos, vivienda digan o salud, los abuelos abandonados, la
trata de personas y “tantas otras injusticas con
las que nos enfrentamos a diario”.
En ese sentido, exhortaron a toda la sociedad a “trabajar
juntos fuertemente en la prevención de las adicciones”.
“Necesitamos ser una comunidad que asuma el dolor y
sane las heridas de los otros” a través del “método de las 3 C”, es decir “abriendo más espacios de
Capillas, Clubes y Colegios, dándole lugar al que no lo tiene, apoyando la Obra
de los Hogares de Cristo: centros donde se recibe la vida como viene, generando
un espacio comunitario para la contención, sanación y reinserción social”, precisaron.
También pidieron a las autoridades “que se
ocupen de ir detrás de los mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que
alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios,
comunidades, familias, hermanos”.
“Alentamos también la creación de mayores espacios
de contención e internación, para que las familias más pobres puedan llevar a
sus familiares adictos”.
“Lloremos juntos… ¡Y salgamos juntos de la droga!
Confiemos en que la Virgen María, desde Luján nos cuida a todos”, concluyeron los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires.
POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
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