Cada 22 de febrero, la Iglesia celebra la fiesta de la Cátedra de San Pedro (Cathedra Petri), celebración que se remonta al siglo IV de la era cristiana, cuyo sentido es honrar el primado y autoridad del Apóstol Pedro, el primer Papa, y sus sucesores a lo largo de los siglos.
Esta celebración recuerda la potestad conferida por Cristo a quien es “cabeza de la Iglesia”, tal como consta en los
Evangelios: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre
ella" (Cfr. Mt 16, 18-19).
LA ‘CÁTEDRA’ O ‘SEDE’
La palabra ‘cátedra’ significa ‘asiento’ o ‘trono’;
proviene del latín ‘cathedra’, que es, a su
vez, un préstamo del griego. En español otros vocablos se derivan de ella, como
por ejemplo ‘catedral’.
El término ‘catedral’ designa a la iglesia o templo donde un obispo tiene un ‘trono' desde el cual gobierna y predica. Sinónimo
de ‘cátedra’ es también ‘sede’ (‘asiento’ o
‘sitial’); la ‘sede’ es el lugar
simbólico desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, llamamos “Santa Sede” a la ‘sede’
del “Obispo de Roma” -es decir, el
Papa-.
Sin embargo, al lado del aspecto simbólico, permanece la connotación más
literal del término. Hoy, la ‘cátedra’ o ‘sede’ como trono pontificio se conserva en la
Basílica de San Pedro, en Roma. Esta sede fue donada por Carlos el Calvo, rey
de Francia, al Papa Juan VIII en el siglo IX con motivo del viaje de su
coronación, en épocas en las que el Papa cumplía con la función de ratificar el
poder político.
En el caso de Carlos el Calvo, el Papa lo coronó emperador romano de
Occidente. Este trono se conserva como reliquia, integrando una magnífica
composición barroca, obra de Gian Lorenzo Bernini, quien la talló entre 1656 y
1665.
La obra de Bernini está enmarcada por cuatro pilastras. En el centro se
sitúa el trono de madera, con incrustaciones de bronce dorado, decorada con
relieves representando la “traditio clavum” o
"entrega de llaves". El trono se
apoya sobre cuatro estatuas de bronce, que representan a cuatro de los doctores
de la Iglesia.
En primer plano, San Agustín y San Ambrosio, por la Iglesia latina; y
San Atanasio y San Juan Crisóstomo, por la Iglesia oriental. Por encima del
trono aparece un sol de alabastro decorado con estuco dorado rodeado de
ángeles, que enmarca el célebre vitral en el que aparece la imagen de una
paloma de 162 cm, símbolo del Espíritu Santo. Es la única vidriera coloreada de
toda la Basílica de San Pedro.
LA ‘CÁTEDRA’, SÍMBOLO
DE LA DOCTRINA
En síntesis, la sede o trono que se conserva como objeto físico es en
realidad la expresión simbólica de la grandeza del poder espiritual de Dios en
la tierra que cada sucesor de Pedro representa. Por último, ese poder
espiritual representado por el Sumo Pontífice evoca la enseñanza de
quienes han sido Cabezas de la Iglesia y Guías del Pueblo de Dios a través del
sendero de la historia. “Cátedra” es por eso también sinónimo de “magisterio” o “enseñanza”.
Cuando el Papa habla, enseña, conduce, consuela, aclara, guía al rebaño
de Dios; y muestra a todos que la Iglesia continúa peregrinando hacia su
destino final: el encuentro con su Creador.
LA CELEBRACIÓN EN LA
BASÍLICA DE SAN PEDRO
Todos los años en esta fecha (22 de febrero), el altar monumental que
acoge la Cátedra de San Pedro en la Basílica permanece iluminado durante todo
el día con multitud de velas, y se celebra la santa misa de manera continua,
una tras otra, desde la mañana hasta el atardecer. La celebración concluye con
la Misa del Capítulo de San Pedro.
SAN PEDRO INTERCEDE POR
LA IGLESIA
Pidamos por intercesión de San Pedro por el Papa Francisco y por los
obispos, para que en todo permanezcan fieles al Evangelio y lo anuncien, libre
de toda mancha, al mundo entero. Pidamos también por la unidad de la Iglesia
que Cristo fundó.
Redacción ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario