Hoy celebramos el cuarto domingo de Adviento y la Iglesia invita a mirar a María, la “Virgen del Adviento”, quien desde aquel “Sí” al ángel, por nueve meses preparó humildemente su casa y su corazón para tener en sus brazos al Salvador. Ella es quien abre las puertas de la Navidad.
En espera de su hijo, María sale al encuentro de su prima Isabel y aún
gestando acude en su ayuda.
Evangelio: Lucas 1, 39-45
39En aquellos días, se levantó María y se fue con
prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40entró en
casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41Y sucedió que, en cuanto oyó
Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó
llena de Espíritu Santo; 42y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita
tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43y ¿de dónde a
mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44Porque, apenas llegó a mis
oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. 45¡Feliz
la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del
Señor!»
Redacción ACI Prensa
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