Papá no gesta, pero protege desde el vientre.
Papá no sufre los achaques del embarazo, pero acompaña, cuida y procura
cuando mamá lo requiere.
Papá no puede parir, pero sostiene la mano de mamá para infundirle valor y
se queda allí, esperando ansioso y sin dormir.
Papá
se preocupa en silencio y reza por las vidas de su
esposa e hijo.
Papá
baña, carga, alimenta, faja de ser necesario y sí,
también cambia pañales.
Papá
tampoco amamanta, pero ayuda a comer a mamá si ella
no puede y es experto en sacar “airecitos” reparadores.
Papá
sabe abrazar, jugar, bailar y consolar cuando se
necesite.
Papá
tiene un trabajo igual de importante y valioso que
mamá porque el día que nace el bebé también nace un padre que teme no hacerlo
bien, pero que está dispuesto a dar lo mejor de sí.
Papá
es Papá, el que también sabe amar.
Lic. Tomas Mosso
Dominguez.
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