martes, 19 de octubre de 2021

10 TESOROS QUE DESCUBRES CUANDO DECIDES FORMARTE EN LA FE

¡QUÉ IMPORTANTE ES LA FORMACIÓN EN LA FE!

Hace unos meses se me presentó la posibilidad de realizar un curso de formación con un profesor extraordinario sobre la misión de la Iglesia, pero la verdad es que mi agenda estaba muy ajustada y no sabía cómo organizarme para poder asistir.

Por suerte, acabé reservando espacio para este curso y, aunque a veces sufrí por los horarios y el trabajo, agradezco profundamente ese impulso santo que me animó a no dejar perder la ocasión.

Además de descubrir a un maestro fantástico, conocí muchas y nuevas referencias para mi apostolado. Me marcó especialmente conocer las reflexiones del, por aquél entonces, obispo auxiliar de Bangassou (República Centroafricana), Monseñor Jesús Ruiz.

UNA DE SUS BELLAS APORTACIONES SIGUE RESONANDO EN MI CORAZÓN:

«La fe en Jesús es como una mujer encinta que pone en riesgo su vida y la de su hijo si no da a luz. Así, la Iglesia es Misión, vive en y para ella… A una Iglesia sin Misión se le muere el Niño que lleva dentro».

Doy gracias cada día por haber dicho sí a la formación, en aquella ocasión y en otras. Por eso te animo a ti, si es que tienes el deseo de enseñar a otros, a que participes en la masterclass gratuita: «Claves para crear tu primer curso digital católico»

¡Estoy segura de que será de gran ayuda para tu apostolado! Anímate a compartirle esta oportunidad a tus amigos, familiares, grupos parroquiales, sacerdotes o catequistas.

Y ahora ¡vamos a ver cuáles son esos 10 tesoros que nos brinda la formación en la fe!

1. LUZ

Aprender de la mano de otros nos ilumina de forma integral. La doctrina de la Iglesia se asimila de forma más viva y animada en el curso de los comentarios, discusiones, objeciones y aclaraciones propias de los entornos de aprendizaje.

2. ALEGRÍA

Saber que tu mochila está bien equipada para la misión que se te encomienda ofrece seguridad y confianza, y de ahí nace también la alegría y la ilusión del que inicia un viaje apasionante.

3. ORACIÓN

Hablarás de cosas nuevas con Dios, le preguntaras sobre cuestiones que antes nunca le planteaste. La formación es un nuevo diálogo con tu Creador.

4. CRECIMIENTO PERSONAL

Pronto te darás cuenta de todo lo que te queda por saber. Identificarás temas o aspectos sobre los que te gustaría profundizar, y todo ello te ayudará a crecer y alcanzar tu mejor versión.

5. ACTUALIZACIÓN

Te beneficiarás tú y todos los que coincidan contigo en su camino de fe. Descubrirás recursos y fórmulas para llegar a otros, y ser eficaz instrumento de su amor.

6. RENOVACIÓN

¿Eres el mismo hoy que hace cinco años? Para tomarse en serio, y no en serie, nuestra vida de cristianos no podemos dar por hecho lo que nos reúne frente al altar. Formarse enriquece y llena de gracia nuestra experiencia de Dios.

7. COMPROMISO

No te dejará indiferente, la formación te removerá y te llevará por caminos que, seguro, te ayudarán a fortalecer tu compromiso con el Reino de Dios.

8. COMUNIÓN

La formación te ayudará a descubrir a otras personas, con diferentes experiencias de vida, con nuevas perspectivas que te ayudarán a entrenar tu capacidad para empatizar con el prójimo.

9. MISERICORDIA

Prepárate para darte cuenta de que quizás estabas equivocado, para derribar mitos o para detectar debilidades. Prepárate para llenarte de misericordia para contigo mismo y para con los que te rodean.

10. CONCIENCIA DE IGLESIA

Las nuevas perspectivas, las novedades y los descubrimientos que hagas te harán salir de ti mismo y te ayudarán a vivir poniendo el centro en Cristo. Y ese nuevo centro te hará alzar la mirada y sentirte Iglesia Católica, extendida de Oriente a Occidente.

EL ARTE DEL APOSTOLADO ES ARRIESGADO

Uno puede pensar que no necesita formarse, o bien entender que no se puede actuar sin haber recibido una intensa formación doctrinal.

Por eso somos enviados de dos en dos (Mc 6, 7-13), para sumar esfuerzos, para unir talentos, para ayudarnos a entender que la comunión es un instrumento eficaz.

El trabajo en grupo no dispensa del esfuerzo personal, de la reflexión solitaria, lo exige y lo provoca. Y así, el trabajo en grupo suprime el peligro del trabajo demasiado aislado.

Pablo VI animaba expresamente la necesidad de actuar hoy y con urgencia frente a las necesidades inmensas de nuestra sociedad.

Destacaba, en este sentido, el papel de los laicos. «Acción y formación van de la mano: no podemos permanecer ociosos, pero es indispensable saber con precisión qué debemos hacer y con qué ánimo.

Igual que una madre encinta es consciente de las decisiones que toma por el bienestar de su hijo, y prepara prudentemente su cuerpo y su corazón para lo que ha de venir, la formación permite alumbrar un apostolado que ame la verdad e invite a la esperanza».

Artículo elaborado por Blanca Serres. 

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