Al recordar su reciente viaje apostólico a Budapest y Eslovaquia que realizó del 5 al 12 de septiembre, el Papa Francisco relató en la catequesis de la Audiencia General de este miércoles que un obispo eslovaco fue conductor de tranvías durante la dictadura comunista.
Como es habitual después de cada viaje internacional, el Santo Padre
destacó algunas de las principales etapas realizadas en la reciente visita
apostólica.
En esta línea, el Papa relató que uno de los obispos eslovacos, ya
anciano, le confió que fue “conductor de tranvía para
esconderse de los comunistas” y el Santo Padre reiteró que este obispo
bueno “en la dictadura, en la persecución, este
obispo era un conductor del tranvía y que después, a escondidas, realizaba su
‘oficio’ de obispo y ninguno lo sabía… Así es la persecución, la persecución”.
Por ello, el Santo Padre alentó a recordar el pasado porque “no hay oración sin memoria: la memoria de la propia
vida, de la vida del propio pueblo, de la historia, hacer memoria, recordar, esto
hace bien y ayuda a rezar”, afirmó.
Además, el Pontífice destacó que su viaje a Budapest y Eslovaquia
consistió que “una peregrinación de oración, una
peregrinación a las raíces, una peregrinación de esperanza”.
Al profundizar en el aspecto de la “peregrinación
a las raíces” el Santo Padre recordó los encuentros que tuvo con “los hermanos obispos, tanto en Budapest como en
Bratislava” en donde pudo “tocar con la mano
el recuerdo agradecido de estas raíces de fe y de vida cristiana, vívido en
el ejemplo luminoso de testigos de la fe, como los cardenales Mindszenty y Korec,
como el beato obispo Pavel Peter Gojdič”.
Se trata de “raíces que descienden en
profundidad hasta el siglo IX, hasta la obra evangelizadora de los santos
hermanos Cirilo y Metodio, que han acompañado este viaje como una
presencia constante”, añadió.
“En más de una ocasión insistí en el hecho de
que estas raíces están siempre vivas, llenas de la savia vital que es el
Espíritu Santo, y que como tales deben ser custodiadas: no como exposiciones
de museo, no ideologizadas e instrumentalizadas por intereses de prestigio y de
poder, para consolidar una identidad cerrada. No. ¡Esto significaría
traicionarlas, traicionarlas y esterilizarlas! Cirilo y Metodio no son para
nosotros personajes para conmemorar, sino modelos a imitar, maestros
de los que aprender siempre el espíritu y el método de la evangelización,
como también el compromiso civil”, indicó
el Papa.
POR MERCEDES DE LA
TORRE | ACI Prensa
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