Eutanasia y Suicidio asistido en España
Según datos del
INE, aproximadamente 10 personas en el país se quitan la vida cada día. Esta
cantidad es más del doble que las muertes ocurridas por accidentes de tráfico.
(COPE/InfoCatólica) El pasado 04 de agosto,
monseñor Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, durante las Solemnes Vísperas
de la festividad de la Virgen Blanca, aprovechó la homilía de dicha celebración
para reflexionar sobre la creciente tasa de suicidios ocurridos en España.
Se trata de una gran
problemática que no se ha podido solucionar, y es que no es para menos: según
datos del INE, aproximadamente 10 personas en el país se quitan la vida cada
día. Esta cantidad es más del doble que las muertes ocurridas por accidentes de
tráfico.
El suicidio es considerado en
la Unión Europea como uno de los mayores problemas en cuanto a salud pública,
puesto que la proporción anual de casos aumentó a 13,9 de cada 100.000
habitantes. Asimismo, la OMS calcula un promedio de 800.000 casos de suicidios
al año, sin contar los numerosos intentos fallidos.
El obispo invitó a reflexionar
sobre el tema a quienes se encuentren considerándolo como una opción, dijo: «No lo hagáis. La vida merece ser vivida. Ante
la oscuridad, Cristo es la Luz».
El prelado también usó su
homilía, la cual escuchaban 160 personas incluidas algunas autoridades locales
y provinciales, para hacer un llamado a las instituciones públicas, educativas,
eclesiásticas y familias a «ayudar a quien
ha de saber que hay un plan de Dios para él y hay un nuevo comienzo».
Además, los invitó a luchar
contra este problema: «Apostando por la
vida, desde el primer instante de su concepción hasta el final natural, paliando el dolor, cuidando también al cuidador y velando
siempre por la dignidad de todos».
Mencionó especialmente los
casos de acoso escolar: «El bullying, que
causa un profundo dolor, es un mal que debemos erradicar de escuelas y centros de trabajo. No tenemos derecho a
arruinar la vida de nadie. El acoso escolar produce serios problemas, algunos
incluso acabando con la propia vida del joven».
Finalmente, monseñor Elizalde
recalcó la necesidad de hacer frente a la grave situación, pues «son muchos, jóvenes y adultos, que deciden poner fin a
su existencia» y cada vez se pierden más vidas y se arruinan muchas
otras.
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