Santa María Goretti fue una chica que por no dejarse violentar fue asesinada. Ella tenía claro la belleza de la castidad, la había vivido desde chica. Fue beatificada el 27 de abril de 1947 y canonizada el 24 de junio de 1950.
La pureza es posible aún en
estos tiempos tan erotizados. La oración es una fuente de fuerza que nos ayuda
a conseguirla. Como dice san Josemaría: la santa
pureza la da Dios cuando se pide con humildad.
En su homilía, el Santo Padre
Papa Pío XII la llamó «la pequeña y dulce mártir de
la pureza» y subrayó que, si bien «no todos
estamos llamados a sufrir el martirio», sí estamos llamados a buscar y
conseguir la virtud cristiana, que exige un diligente y continuo esfuerzo hasta
la muerte.
En 2003, San Juan Pablo II
dijo que, si bien en esta época se exalta el placer, egoísmo y la inmoralidad «en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad», la
santa recuerda a los jóvenes que la «auténtica
felicidad exige valentía y espíritu de sacrificio, rechazo de todo compromiso
con el mal y disponibilidad para pagar con el propio sacrificio, incluso con la
muerte, la fidelidad a Dios y a sus mandamientos».
El
6 de julio celebramos la memoria de Santa María Goretti y nos acordamos de su
lucha por vivir la virtud de la castidad. Son muchas las personas que
tienen este mismo interés, pero que lastimosamente en su interior llevan una
colección de imágenes o de eventos del pasado que se han ido acumulando en la
memoria.
Que de vez en cuando se
presentan, molestan como tentaciones. ¿Cómo vivir
la Santa Pureza
cuando te acompañan estos recuerdos?
SANTA MARÍA GORETTI AYÚDANOS A DEFINIR LA PUREZA
Primero definamos el término
pureza, creo que podemos estar de acuerdo en que es el estado en el
que los deseos y comportamientos sexuales se encuentran en perfecta armonía con
tus ideales más altos. Por lo
tanto, la impureza sería, el estado en que los deseos y acciones traicionan
esos ideales altos.
No es posible tener es este
sentido una «pureza 100% perfecta», ya que
sería imposible evitar absolutamente todos los deseos contrarios a nuestros
ideales. Sin embargo, es posible alcanzar la virtud de la pureza como un rasgo estable del carácter, lo que significa que los ideales guiarán continuamente
los comportamientos, y
que los impulsos más rebeldes serán breves y no muy fuertes.
EDUCAR LOS SENTIMIENTOS
La castidad no es una represión de las tendencias sexuales
sino la virtud que hace que la persona pueda integrar rectamente la sexualidad
en sí misma y en las relaciones con los demás, ordenándose al amor verdadero. Y
es que la gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona.
La castidad es un gran «sí» al significado verdadero del sexo, a la
bondad de ser creado como masculino y femenino en la imagen de Dios. La
castidad no es represiva. Al contrario, libera totalmente. Evita la tendencia
egoísta de utilizar los otros para la gratificación personal y nos permite amar
a los otros como Cristo nos ama.
La impureza hace que vayamos hacia atrás
en nuestra vida cristiana, ya que no nos permite orar. La pureza se
adquiere por la oración. Dice san Pedro en su primera epístola: “Sed, pues, sensatos y sobrios para daros a la oración”.
San Juan Pablo II recordando a
Goretti decía: «La pureza de corazón, como toda
virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante
interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración».
Es necesario luchar por
concentrarse, para vivir el recogimiento necesario para poder hacer la oración,
pero nos encontramos con los dos extremos. De forma contundente lo explica san
Josemaría en esta homilía que puedes leer aquí .
El tema de fondo permanece: es necesaria la oración
para la pureza y que la pureza nos abre el camino a la oración. ¿Por cual
comenzar?
DOS ELEMENTOS QUE SE AYUDAN ENTRE SÍ
La pureza es fundamental para
la vida de oración. Los que han cultivado una vida disipada les es difícil
lograr concentración, con relativa facilidad se dejan llevar por las
sensaciones o pensamientos de lo más variado, que les alejan de la actitud
contemplativa. Incluso, con alguna frecuencia les asalta la tentación con
recuerdos de imágenes.
El recurso a la oración nos va
dando esa sensación de lo divino, que hace que tengamos más ánimos para luchar
contra la impureza. Es en la oración donde buscamos la ayuda del Espíritu
Santo, así leemos en Camino «Quítame, Jesús, esa
corteza roñosa de podredumbre sensual que recubre mi corazón, para que sienta y
siga con facilidad los toques del Paráclito en mi alma».
CUSTODIAR LOS SENTIDOS
Para crecer en la virtud de la
santa pureza un recurso importante es la custodia de los sentidos,
principalmente de la vista. Nos asegura la escritura que los ojos son el espejo del alma. Podemos afirmar que lo que entra por la
puerta de los ojos lo tenemos grabado en la mente; de la mente, pasa a los
sentimientos; de los sentimientos, al corazón.
El corazón es sede de la
voluntad y de la toma de decisiones, es de donde brotan los actos; que a su vez
por la repetición se transforman en hábitos: los
buenos hábitos se llaman virtudes y malos, vicios. Los hábitos, buenos o
malos, forman la personalidad y finalmente nuestro destino eterno. Las malas
imágenes causan estragos en el ser total, ¡sus
efectos son perniciosos!
Por lo cual debemos mantener
una vigilancia sobre nuestros sentidos, principalmente los ojos. ¿Qué permitimos que entre? Esta vigilancia será el
escudo de la pureza y viviremos una vida santa, noble y pura.
DORMIR PARA MEJORAR
Muchos neurocientíficos
aseguran que el cerebro se limpia a sí mismo cuando se duerme. Sus
células cerebrales se reducen hasta en un 60% para crear espacio a sus
jardineros, células gliales. Estos eliminan los residuos podando su
cerebro, las conexiones sinápticas.
Lo que es fascinante es que
solo el 10% del cerebro funciona cuando estás despierto, y el 90% funciona
cuando no lo estás. Es por eso que es tan importante dormir. ¿Alguna vez te has despertado pensando más agudamente que
la noche anterior? Tus células gliales han estado trabajando en la
limpieza de toda la basura.
LLENAR EL CEREBRO DE BUENAS COSAS
Compensa evitar contenidos
sensuales ya sea en imágenes, letras de canciones (reguetón y trap), novelas de
romance, o series sugerentes, que activan el líbido de la persona.
Pero cuando has pasado mucho
tiempo llenando la cabeza de porquerías es importante dedicar tiempo a
limpiarlo. Si bien es cierto que dormir ayuda, se necesitan muchas más herramientas.
Cómo dicen los salmos, es
importante llenar la mente todos los días con la Palabra de Dios. Meditar en
las enseñanzas de la Biblia con regularidad limpiar ayuda a purificar la mente.
Cuando mantenemos a la mente
hambrienta de Dios y desechando los impulsos de la sensualidad, con un poco de
esfuerzo el cerebro irá eliminando los pensamientos no deseados. Es muy
probable que tome tiempo, pero vale la pena.
BUSCAR LA AYUDA DE DIOS EN ORACIÓN
Dios es el primer interesado
en que salgamos de este «hueco», por eso será fundamental ir confiadamente ante
Él y recibir de su fuerza y auxilio cada día. ¡Sin desesperar! Dios nos conoce
completamente. A Santa María Goretti, también podemos pedirle su intercesión en
esta lucha por conquistar la pureza, ella es ejemplo de aquel que permanece en
Jesús.
Para permanecer en Jesús
necesitamos Su ayuda, para querer el bien y aborrecer el mal que hay dentro
nuestro. Esta meditación
nos ayudará a comprender más esta realidad.
Nos compensa repetirle, como
nos recuerda también Camino: ¡Señor! si quieres,
puedes curarme. ¡Qué hermosa oración para que la digas muchas veces con la fe
del leprosito cuando te acontezca lo que Dios y tú y yo sabemos! No tardarás en
sentir la respuesta del Maestro: quiero, ¡sé limpio!
Escrito por Padre Juan Carlos Vásconez
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