Sembrando Esperanza II. No dejes pasar las oportunidades, pues ellas serán la plataforma de tu vida feliz y llena de realizaciones.
Por: P. Dennis Doren LC | Fuente: Catholic.net
"A Dios rogando, pero
con el mazo dando."
Este antiguo refrán, siendo tan antiguo, no pierde en actualidad y realismo.
Dios siempre está presente para ayudarnos, pero también cuenta con nuestra
colaboración y trabajo; nuestra vida es una constante lucha llena de desafíos y
aventuras diarias, no tenemos cómo aburrirnos. Por eso, Dios que te creo sin
ti, no te salvará sin ti.
La respuesta la tienes en tus manos, nadie más que tú eres el artífice de esta
realidad. Respira profundo y comienza a correr, que nadie lo hará por ti, y al
final lo importante es que llegues a la meta con la satisfacción de haber
corrido bien. ¡Buena suerte y adelante!
Nadie alcanza la meta con un solo intento,
ni perfecciona la vida, con una sola rectificación. Ni alcanza altura con un
solo vuelo.
Nadie camina la vida sin haber pisado en
falso muchas veces. Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores, enterrar
muchas semillas y abonar mucha tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas
ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al
puerto sin remar muchas veces.
Nadie siente el amor sin probar sus
lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie hace obras sin golpear sobre su
edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo.
Nadie llega a la otra orilla sin haber ido
haciendo puentes para pasar.
Nadie puede juzgar sin conocer primero su
propia debilidad.
Nadie consigue su ideal sin haber pensado
muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta
pasa por su lado y la deja ir.
Nadie debe vivir sin cambiar, ver cosas
nuevas, experimentar otras sensaciones y tener la capacidad de corregir sus
errores.
Nadie tiene el derecho de consumir el amor o
la amistad de las personas si uno mismo no la produce.
Nadie puede intercambiar un apretón de manos
con el puño cerrado.
Por eso, vivir es una aventura que conlleva tener las ganas de correr, surcar
mares y subir montañas, lanzarse en bicicleta y ponerse unos patines, cruzar
ríos y deslizarse por la nieve. Nadie, sino tú, eres el protagonista de esta
aventura. No dejes pasar las oportunidades, pues ellas serán la plataforma de
tu vida feliz y llena de realizaciones. Sé que no todo será fácil, pero te
tocará a ti sacarles el provecho y orientarlas a que salga de ti lo mejor.
NO LO OLVIDES, NO ESTAS SOLO EN ESTA AVENTURA, DIOS VA
CONTIGO.
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