martes, 4 de mayo de 2021

«CAITLYN JENNER REABRE DEBATE SOBRE NIÑAS TRANS EN DEPORTES». ¿Y ESTO QUÉ TIENE QUE VER CON MI FE?

 En los últimos días hemos visto una vez más este tema entre los titulares, especialmente porque Caitlyn Jenner (fmr. Bruce Jenner) en una entrevista informal se pronunció en contra de incluir a las mujeres trans en los equipos de deporte femeninos en las escuelas norteamericanas.

«Esta es una cuestión de justicia. Yo me opongo a que chicos biológicos (nacidos varones), que hicieron su transición, compitan (en deportes) contra mujeres. Es simplemente injusto».

Estas declaraciones han levantado gran polémica. Jenner es una actual y muy activa defensora de los derechos de las comunidades transexuales por lo que sus declaraciones han dejado a muchos desconcertados.

LA POSICIÓN DE CAITLYN JENNER

En una posterior entrevista otorgada a CNN, Jenner reafirma lo dicho:

«No esperaba que me fueran a preguntar sobre esto a la hora que iba por mi café matutino de los sábados, pero tengo una posición clara sobre lo que apoyo.

Esto es un asunto de justiciar y necesitamos proteger el deporte de las mujeres jóvenes en nuestras escuelas».

Tratando de entender, aclarar y tratar con justicia este tema que está en juego no solo en los EEUU sino en algunos países latinoamericanos, exponemos tres puntos a propósito de las declaraciones de Jenner y la presente controversia.

Y además, este video de Noticias Telemundo que resume lo sucedido.

1. DIFERENCIAS BIOLÓGICAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES. UN DATO CIENTÍFICO

Las posiciones dentro de esta controversia son dos. La primera, defendida por la posición LGTB afirma que no existe evidencia científica confirmada que confirme que las jóvenes mujeres trans (atletas nacidos varones que han hecho su transición hacia el género femenino) tengan una ventaja comparativa sobre las mujeres.

Y que la cantidad de testosterona en una joven trans (varón biológico sometido a tratamiento hormonal) no tendría un efecto relevante que signifique ventaja sobre el rendimiento deportivo de las mujeres nacidas e identificadas con su sexo biológico. Lo relevante, afirman, es el nivel de entrenamiento y rendimiento personal.

La posición contraria, conservadora, por el otro lado, sustenta que sí existe esta evidencia científica sobre esta ventaja. Que no solo se trata del nivel de testosterona, sino de una serie de rasgos fenotípicos ligados a su estructura corporal masculina.

Como el metabolismo, sistema endocrino, cerebral, capacidad pulmonar, estructura ósea, entre otros que sí proporcionaría una ventaja sobre las mujeres genéticamente femeninas.

¿QUÉ DICEN LOS ESTUDIOS CIENTÍFICOS?

Los estudios científicos llevados a cabo hasta el momento, sostienen esta última posición. De hecho, el Journal of Medical Ethics se pronunció al respecto proponiendo una recategorización más balanceada en los deportes de alto rendimiento.

Que significaría una categorización ya no por sexo (masculino y femenino) sino por rangos de rendimiento y características corporales. Más allá de considerar una recategorización en los deportes de alto rendimiento, lo que debería quedar en claro es que sí hay una diferencia que parece apuntar hacia una ventaja consistente entre las mujeres trans y las mujeres genéticamente femeninas.

2. EL SUFRIMIENTO DE LOS SERES HUMANOS. ENTENDIENDO LA COMUNIDAD LGTB

Por otro lado, no podríamos negar el sufrimiento de miles de adolescentes que afirman no estar identificados con su sexo biológico.

Además atraviesan un duro tratamiento hormonal para conseguir la «anhelada transición» y aunque traten, no pueden desplegarse en los ámbitos que tanto sueñan, uno de ellos, el deporte.

El sufrimiento es real, y sin embargo, nos preguntamos si la transición hormonal o las nuevas regulaciones impuestas disminuyen realmente estos sufrimientos y buscan honestamente un encuentro real y personal con la verdadera identidad de cada una de estas personas. 

Sin temor a que muchos nos juzguen, la Iglesia católica ha puesto sobre el tablero no solo el respeto y la no discriminación hacia cualquier persona (digna solo por el hecho por ser persona), sino también la verdad científica.

Que hasta el momento el ser humano conoce y la ciencia va reafirmando, sobre la identidad masculina y femenina. Sobre unas diferencias que son innegables y complementarias entre sí.

CADA SER HUMANO ES DUEÑO DE SUS PROPIAS DECISIONES

Someterse a un tratamiento hormonal para pasar de un sexo al otro, no es algo ligero. Es duro y conlleva consecuencias grandes, pero no deja de ser algo que «mimetiza», que hace parecer al otro, pero que no lo cambia en su totalidad. 

Es un hecho innegable, y solo aceptando este hecho como una verdad, es que las personas podrían tomar decisiones correctamente informados que van a impactar en su vida de una manera honda.

3. ¿DÓNDE TENDRÍA LUGAR LO JUSTO?

Se habla de un desequilibrio injusto en la alta competencia deportiva. Tanto por el lado de las deportistas genéticamente femeninas que se enfrentan a mujeres trans (varones bajo tratamiento hormonal), como por el lado de los varones trans (mujeres bajo tratamiento hormonal) que compiten contra deportistas varones.

Un varón trans se encontraría en desventaja frente a un deportista genéticamente masculino. El enredo con esto de la identidad de género no es menor, y solo estamos hablando del ámbito deportivo de alto rendimiento.

La justicia trata de dar a cada uno lo que le corresponde, lejos de dar a todos lo mismo. La legislación en nuestros días se mueve, pareciera, más por movidas políticas que por un genuino interés por la persona humana y su realidad concreta. 

Se critica la posición conservadora tildándola de anticuada, discriminadora e intolerante y los conservadores (en su mayoría) satanizamos la posición LGTBI sin entenderla muy bien.

4. ¿Y DÓNDE QUEDA LA FE EN TODO ESTO?

Creo que la controversia y el alejamiento entre ambas partes es grande. El sufrimiento de las personas tanto en el lado conservador como el el lado LGTI es real.

Como cristiano ¿dónde me ubico?, ¿cuál es el rol que me corresponde?, ¿cómo podría actuar si me encontrara en una situación tal con mis hijos, hermanos, amigos?

Es difícil tomar parte, muchas veces nos radicalizamos hasta que nos encontramos cara a cara con la situación. Y muchas veces terminamos apoyando ideologías más por sentimiento que por convicción, razón y mucho menos por fe. 

Recurrir a la ciencia en estos casos, es importantísimo, y recurrir a la justicia también. Pero creo que falta un factor aún más importante. 

En este sentido, me atrevería a decir que Cristo, que es el camino, la verdad y la vida misma tiene la respuesta. Para muchos que me lean, no debería estar mezclando la cuestión científica con la fe (lo he escuchado tantas veces).

Pero creo que para un católico practicante es imposible no hacerlo. Porque no es que el cristianismo sea un estilo de vida, sino que es nuestra vida.

Cristo que es el amor mismo es el único que tendrá la última palabra. Por medio de su acción y la de su espíritu de sabiduría, quien es capaz de iluminar nuestras decisiones, nuestras posturas, posturas que deberían apuntar en primer lugar a su lado, es que necesitamos embarcarnos a buscar la verdad. 

Una verdad que nos impulse a amar al otro, a amarlo con verdad y con caridad. Con ternura y a la medida de lo que el otro necesita. 

Y que quede subrayado que esto no significa tratar al otro desde un sesgo religioso o sintonizar con su sentimiento y abandonar todo lo que la fe me pueda haber enseñado al respecto.

Sino, que en primer lugar necesitamos abrirnos a descubrir a Cristo realmente. Solo Él dará luz al conocimiento que vayamos adquiriendo sobre las ciencias y la realidad misma.

Y desde ahí poder actuar en un mundo que es complicado, que nos presenta situaciones tan enredadas, donde discernir el bien no es tan sencillo. 

Escrito por Silvana Ramos

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