Tú y yo tenemos un deseo grande de trascender, de dejar una huella. En el fondo todas queremos ser una mujer inolvidable, y este deseo es muy natural porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y por eso nos proyectamos de esa manera.
En este último tiempo, las
mujeres hemos sentido una necesidad más grande de decir en voz alta que queremos dejar nuestra huella y recuperar nuestra dignidad.
Hay que reconocer que
lamentablemente a lo largo de la historia, se nos ha otorgado un lugar poco
agradable y negativo. Pero a la vez, en este último tiempo, algunos movimientos
de mujeres han hecho mucho daño y también se han lastimado, al querer recuperar
ese lugar de la forma equivocada, queriendo borrar todas las cualidades que nos
caracterizan como mujeres.
Pero eso no va ser posible
porque es parte de nuestra esencia femenina. Y aunque no podemos ser todas
iguales, pues más bien somos únicas e irrepetibles, te voy a contar las siete cualidades que hacen a una mujer
inolvidable. ¡Aquí vamos!
1. CONOCES EL VALOR DE SER MUJER
Ser mujer es maravilloso y tú
debes reconocerlo y apreciarlo. Las mujeres tenemos una sensibilidad que nos
permite ver la vida con otros ojos y una capacidad de escucha que nos abre a
los demás.
Somos tiernas, cariñosas y
podemos estar pendientes de todos los detalles que hagan sentir bien a quienes
nos rodean. Y esas cualidades tan nuestras no nos hacen débiles o
frágiles, ¡al contrario! son
nuestra fortaleza y nos abren paso en la vida.
2. TE CONOCES PROFUNDAMENTE
Así como eres capaz de
escuchar a los demás y apoyarlos, tienes que escuchar también a tu mente y tu
corazón. Reconocer tus emociones para comprender tu forma de reaccionar y
relacionarte con el mundo, es importantísimo.
Tal vez, si estás pasando por
una época difícil, puede ser de gran ayuda buscar a un psicólogo o acompañante espiritual que te ayuden a identificar
lo que piensas y sientes.
Además, si profundizas en tu
vida espiritual, eso te ayudará a reconocerte como una mujer digna, amada por
Dios y los demás. Conocerte a ti misma, te dará claridad en tu
camino y una visión más positiva y esperanzadora de la vida.
3. SABES QUE TU BELLEZA NO VIENE DE FUERA
Sí, ya sé que las redes sociales nos hacen mucha presión y que es muy difícil no compararse con otras
mujeres más arregladas, más delgadas o más exitosas que nosotras.
Pero acuérdate que tener más o
menos maquillaje, unos kilos de más o de menos o algún logro académico o
profesional nunca han definido toda tu vida.
¿Sabes por qué? Porque tú eres hermosa por lo
que traes en el corazón y aunque a veces te cueste reconocerlo, esa es la única belleza que perdurará en el tiempo y es solo tuya.
¡Ojo! No estoy diciendo que no te
arregles o te cuides, ese aspecto es muy importante y te hace sentir bien. Lo
único que no puede pasar es que esa belleza sea más importante y más cuidada
que tu belleza interior.
4. ¡PUEDES HACER LO QUE TE PROPONGAS!
Las mujeres somos fuertes y
persistentes. Luchamos por lo que nos importa con todas nuestras fuerzas y por
eso somos capaces de lograr lo que nos propongamos. Estoy segura de
que tienes una fuerza interior que te ha llevado muy lejos.
Cuando las intenciones de
nuestro proyecto son buenas y auténticas, aunque el resultado no sea perfecto,
lo que debe preocuparnos es la honestidad y el esfuerzo con el que lo hagamos.
5. RECONOCES EL REGALO DE TU FEMINIDAD
Uno de los errores más grandes
en la lucha por los derechos de la mujer, es pretender borrar su feminidad.
Porque tú y yo sabemos que ser mujeres nos hace únicas y que nuestro mayor
valor está justamente en nuestra diferencia y complementariedad con los hombres.
Somos personas distintas con
cualidades únicas con las que aportamos como en un equipo multidisciplinario a
lograr el mejor resultado posible. Y en este caso, eso se ve reflejado en
nuestras dinámicas de pareja, familiares, de estudio y de trabajo.
Somos
las mujeres apoyando a los hombres y viceversa, los encargados de construir
juntos, con las mismas oportunidades y dignidad, un mundo más
humano.
6. ERES UNA MUJER MATERNAL
¿Qué significa
esto? ¿Que todas las mujeres deben ser madres para realizarse? ¡Pues no! Por su puesto que tener hijos
físicamente es una de las formas de realización más hermosas que puede
experimentar una mujer, pero no es la única.
Todas
las mujeres, solteras o casadas, laicas o consagradas, tenemos el don de acoger
y servir a los demás y por eso decimos que somos maternales.
Por ejemplo, una persona
religiosa tiene un papel de madre espiritual con las personas a quienes
acompaña o incluso con otros miembros de su comunidad religiosa.
7. AMAS APASIONADAMENTE Y NO NECESITAS DECIRLO
Sé que aunque quisieras
evitarlo, se te da naturalmente el estar pendiente de los demás y servirles sin
hacerlo notar. También sé que muchas veces el entregarse y servir a los demás
tiene una connotación negativa y nos hace ver como sumisas.
Pero la realidad es que todas
las personas fuimos diseñadas para relacionarnos, entregarnos y vivir en
comunión con los demás y las mujeres especialmente tenemos ese don.
Digan
lo que digan, de eso se trata el verdadero amor, de entrega y sacrificio sin
esperar algo a cambio. Valga la
aclaración, esto tiene límites y dentro de una familia, las
responsabilidades son compartidas.
De hecho muchas veces te
puedes sentir agotada e incluso invisible, como si nadie viera tu esfuerzo,
pero ten por seguro que ese servicio y entrega que haces con amor calan en lo
más profundo de los que te rodean y hay alguien que lo ve todo: Dios.
¿QUIERES SER UNA MUJER INOLVIDABLE?
Pídele a María, la mujer más
inolvidable de la historia, que te susurre unos consejos. Ella, la mujer más
dulce, fuerte y maravillosa que vino a darnos las lecciones más valiosas de
amor y humildad que nadie podrá superar.
Ella
que nos amó a ti y a mí desde que dio su «sí» para traer al Salvador del mundo
y ahora te acompaña en cada paso que das.
Si quieres conocer mejor la
figura de María, te recomiendo el curso online «Conocer a María para vivir en María». ¡Estoy segura de que te va a encantar! Déjanos
saber en los comentarios qué piensas de este artículo o qué fue lo que más te
gustó.
Escrito por Silvia Ordoñez
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