Cuando no desayunamos, cuando descuidamos el cabello, la cara, las manos.
Cuando has llegado tarde a la escuela, al trabajo, a una cita.
Cuando no comes lo que te nutre, cuando no duermes lo suficiente… cuando
incluso tu vestimenta grita derrota, solemos decir: Estoy muy ocupado, no me da
tiempo, surgió algo importante.
Es
mentira.
No es el
tiempo ni las circunstancias ni el dinero.
Somos nosotros
mismos descuidándonos, no queriéndonos, abandonándonos descaradamente.
Somos
nosotros mismos rompiendo la promesa más importante: Amarte, valorarte y
cuidarte a ti mismo.
No te
permitas sabotearte.
Cumple contigo y después puedes si gustas, salvar al mundo.
Lourdes Lirangui
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