lunes, 21 de diciembre de 2020

7 RAZONES POR LAS QUE EL PAPA FRANCISCO NOS INVITA A CAMINAR EL NUEVO AÑO DE LA MANO DE SAN JOSÉ

 El papa Francisco ha convocado a un «Año de san José». Desde el ocho de diciembre de este año y hasta el ocho de diciembre del 2021 se celebra un año dedicado al patrono de la iglesia Universal, padre adoptivo y custodio de Nuestro Señor Jesús.

Debe ser esta una alegría grande para todo el pueblo católico y signo de los tiempos dedicar un año a la figura paterna, a un padre tan tierno y custodio como lo fue (y lo sigue siendo) san José.

«Con corazón de padre: así José amó a Jesús, llamado en los cuatro evangelios «el hijo de José». Son las palabras iniciales con las que en una hermosa carta llamada Patris Corde, el papa Francisco nos invita a abrir el corazón a este gran santo. 

¿QUIÉN ERA SAN JOSÉ?

El venerable Fulton Sheen afirmaba sobre San José: «Cuando se buscan razones por las que el arte cristiano ha representado a José como una persona mayor, descubrimos que ha sido para mejor salvaguardar la virginidad de la Virgen María.

De alguna manera, se escabulló la suposición de que la ancianidad era una mejor protectora de la virginidad que la adolescencia. El arte, entonces, inconscientemente hizo a José un esposo casto y puro por edad y no por virtud…

Hacer a José puro solo porque su carne había envejecido es como glorificar a un riachuelo que se ha secado. La Iglesia no ordenará a un hombre al sacerdocio que no tenga sus poderes vitales. Ella quiere hombres que tengan algo que domar, en lugar de aquellos que son domados porque no tienen la energía para ser salvajes…

José era probablemente un hombre joven, fuerte, viril, atlético, atractivo, casto y disciplinado. El tipo de hombre que se ve pastoreando ovejas, o piloteando un avión, o trabajando como carpintero. En lugar de ser un hombre incapaz de amar, debe haber estado inflamado de amor…

Entonces en lugar de ser un fruto seco para ser servido en la mesa del rey, era un capullo lleno de promesa y poder. No estaba en el atardecer de la vida, sino en su amanecer, burbujeante de energía, fuerza y templada pasión».

MARÍA Y JOSÉ SON NUESTRO MODELO DE MADRE Y PADRE 

No es un dato insignificante para nuestra fe esta reflexión. Siendo Jesús nuestro modelo nos invita también a ver como modelo aquella familia en la que Dios escogió traernos a su hijo. María y José son nuestro modelo de madre y padre. Hoy el mundo reclama un modelo de padre a quien mirar y el Espíritu Santo responde con san José.

En su carta, el papa Francisco nos comparte siete reflexiones personales sobre la figura de san José. Hemos querido tomar estas reflexiones y hacerlas nuestras. Interpretadas a nuestro estilo (sin faltar al documento original), esperamos puedan servir para iniciar un camino de mayor conocimiento a nuestro patrono a lo largo de este año, año de San José.

1. PADRE AMADO

San José, tan amado por nuestra Iglesia desde el inicio del cristianismo. Nos hace mirar la figura del padre, aquel que vela nuestro sueño desde el silencio de su esfuerzo y compromiso profundo.

San José también dio un «sí» rotundo. Su labor de custodio legal, protector y cabeza de la Sagrada Familia nos hace repensar el don hermoso de la paternidad.

Un servicio de amor doméstico que se entrega por completo al cuidado, formación y protección de toda la familia. Siempre de la mano de su esposa, María, a quien nunca robó protagonismo. Fue aquel cómplice y cooperador incondicional en una tarea desafiante, la más desafiante de todas.

2. PADRE DE LA TERNURA

«José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad.

Y nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia». Una mirada de ternura, un padre que nos acompaña en cada momento.

José fue el que enseñó a Jesús a dar sus primeros pasos, quien lo arropó y lo cargó primero que nadie. Solo estaba José en el alumbramiento de María, fue quien lo recibió y tal vez lo besó por primera vez. ¡José es escuela de ternura!

3. PADRE DE LA OBEDIENCIA

¡Qué difícil obedecer aquel mandato de Dios! Ser padre de un hijo que no es mío. Cuántas dudas de José, cuánta justificación para poder abandonarlo todo. Y aún así ¡qué fe tan grande y que obediencia tan magnífica!

Entregar su vida entera al servicio del Salvador. Postergar incluso el amor a su esposa, y expresarlo de una manera sublime y profunda. Cuando nos encontramos con pruebas grandes, con ganas de abandonarlo todo, san José querido intercede por nosotros.

4. PADRE EN LA ACOGIDA

El papa francisco nos recuerda el enorme corazón de José al acoger a María como suya. «Sin condiciones previas», obediente de las palabras del ángel que le anunciaba un misterio casi incomprensible.

Me pregunto cómo sería el mundo si tuviéramos la capacidad de acoger nuestras propias misiones con la misma acogida y fe de José, si compartiéramos nuestra vida entera en ellas.

Entendamos la preparación y la voluntad de José para haber cultivado una fe y una libertad tan grandiosas, porque toda esa acogida fue hecha en absoluta libertad.

5. PADRE EN LA VALENTÍA CREATIVA 

«José tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús». Creo que hoy más que nunca este acto cobra protagonismo tanto para hombre como para mujeres. La figura paterna no es algo de lo que podamos prescindir, al contrario, es necesaria para la formación de seres humanos seguros y prestos a salir a trabajar por un mundo mejor.

 Muchas veces no podemos siquiera asumir la propia responsabilidad para con nuestros hijos. Más aún cuando las situaciones se tornan por demás complicadas.

Miremos a José, que tuvo que esbozar y organizar primero un viaje de Nazaret a Belén, recibir el nacimiento de su hijo «a solas». Huir apresuradamente a Egipto para salvaguardar la vida de su familia, todo para volver a casa y establecerse nuevamente en Nazaret y empezar tal vez desde cero. 

¡Cuánta dificultad siendo el guardián del mismo rey del mundo! A veces parece que nos encontramos solos frente a todo lo que se nos viene, en José podemos ver esa acción valiente y confiada en un Dios que nunca abandona, incluso cuando no podamos escuchar su voz, cuando su silencio parece insoportable.

6. PADRE TRABAJADOR

San José siempre ha sido la imagen del hombre trabajador. Fue él quien enseñó su mismo oficio a Jesús. ¿Cómo habrán sido aquellas conversaciones entre padre e hijo?, ¿con qué atención Jesús habrá escuchado a José? Y, ¿con qué humildad y firmeza José habrá enseñado su arte al Salvador? ¡Qué hermoso debió ser el poder enseñarle a Dios algo nuestro!

Cada profesión, cada labor que realiza el ser humano lleva consigo la dignidad de ser colaboradores de Dios. No olvidemos que somos los administradores de su creación, a la cual hay que tratar con respeto y responsabilidad. 

¡Qué el pan de cada día fruto del trabajo digno del hombre, a imagen de san José, nos acompañe cada día en nuestra mesa!

7. PADRE EN LA SOMBRA

San José no fue el protagonista de la historia. Fue José el que introdujo a Jesús en la experiencia de la vida cotidiana. El que le enseñó las responsabilidades que un hombre debía de contemplar en su tiempo. Aquel que lo preparó para la vida que vendría, que le inculcó, junto a María, los valores de una familia al servicio de la humanidad.

José fue quien acompañó y cuidó los primeros pasos de Jesús, y proveyó de todo lo necesario a su pequeña gran familia. Estuvo al servicio de su esposa, la Virgen María en cada momento.

Él fue quien ideó y organizó los viajes, el que dijo «sí» aún habiendo considerado seriamente el «no». El que siguió firmemente los mandatos de Dios sin pedir para él nada a cambio.

«La felicidad de José no está en la lógica del auto-sacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino solo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza.

El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío, rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción» —Papa Francisco.

¡Qué estos siete puntos nos ayuden a confiar plenamente en José y a caminar de su mano sabiendo que en él encontraremos la fortaleza y la valentía necesaria para enfrentar los retos de este nuevo año! San José, ruega por nosotros.

Escrito por Silvana Ramos

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