¿Por qué es importante que los resultados de unas elecciones se ofrezcan de inmediato? Porque si alguna vez se pusiera en marcha una conjura (ojo, no es este el caso), cuanto más tiempo tengan los conjurados para conocer la situación más posibilidades tienen de actuar. Pongo un ejemplo, si las papeletas de un condado se guardan en un determinado lugar, y ese condado resulta decisivo para que un candidato pierda un estado entero, y es seguro que va a perder, alguien podría decidir volar por los aires ese lugar donde se guardan.
En ese
caso, las elecciones se repetirían en ese condado, pero el que iba a perder
seguro ya tendría una nueva posibilidad. Es un ejemplo entre varios tipos de
maniobras posibles. Si los resultados oficiales de toda la nación se dan una
hora después de votar, como es el que caso de España, hay poco tiempo para
hacer nada en ninguna parte.
En el
caso de Estados Unidos, las leyes son unos reinos de Taifas. En Pensilvania se
pueden contar votos por correo hasta tres días después de las elecciones. En
otros lugares, los votos de los que murieron después de votar, pero antes del
día de las elecciones, no se cuentan. Y así podríamos seguir y seguir. Es el
mejor escenario para que una conjura pueda cambiar los votos en algún lugar.
Ojo, repito, no es el caso actual de estas elecciones. No hay ninguna conjura,
solo la intención de llevar a los tribunales todos los casos, hasta los
remotamente dudosos.
En algo
tan serio como es la credibilidad de una democracia, resulta llamativo que
nadie haya pensado que el sistema era muy deficiente.
En mi
libro La decadencia de las columnas jónicas propongo dos ideas de mi cosecha. La primera es
que las votaciones tengan lugar solo desde las 10:00 de la mañana hasta las
2:00 o las 3:00 de la tarde. Pongamos un ejemplo: si
se necesitan 8 horas para votar en 2000 colegios electorales; si disponemos
4000 colegios electorales, se puede hacer lo mismo en la mitad de tiempo.
Es más
cómodo para los que están en la mesa. Si hubiera algún problema, se puede
resolver todo a lo largo de la tarde, no en mitad de la noche, con el cansancio
de todo un día de votación.
La
segunda medida que propongo en mi ensayo es la votación escalonada. Dividir el
censo electoral en 8 partes. Cada medio año votaría una parte. Esas partes no
serían territoriales, sino poblacionales. En todo el país, una mañana, votaría
una octava parte del electorado. Medio año después, otra octava partes.
Como cada
escaño de un congresista dependería de una votación concreta, el congreso se
iría renovando siempre paulatinamente. Nunca habría grandes bandazos, todo
sería más progresivo. Ahora es como una tortilla a la que se le da la vuelta.
Con este otro sistema, la tortilla se iría dando la vuelta gradualmente.
La
logística para organizar los colegios electorales de una octava parte del
electorado es muchísimo más sencilla que la del 100% del electorado. Y si
hubiera grandes problemas (por ejemplo, ataques terroristas a los colegios), no
es lo mismo que eso afecte a una elección parcial de este tipo que a una
elección íntegra. No es igual de fácil que las fuerzas de seguridad protejan
1000 colegios que no 8000 colegios. Puedes proteger cada lugar de votación con
un número de fuerzas ocho veces superiores.
Y eso en
el caso de que dividas el censo en 8 partes, lo puedes dividir en 16 partes,
con lo cual todo se hace el doble de fácil respecto a la opción de una octava
parte. Si en un colegio electoral hay dos policías, de esta manera puedes
colocar a más de treinta. La diferencia de seguridad creo que no requiere
explicaciones.
Pero la
seguridad no es solo la de los policías. Todo el sistema de revisión,
inspección y supervisión electoral no es lo mismo que se aplique en una ratio
de 1 en vez de 16, eso resulta evidente.
Post
data 1:
Todas estas ideas las podría usar
para el mal. Ayer cierto villano me ofreció una villa en Italia si le ayudaba a
hacer una conjura para ganar las elecciones. Le dije: No va a ser fácil, pero deme un poco de tiempo.
Entonces
el contratante dijo esa frase que es la mejor frase que se puede oír: El dinero no es problema.
Post data 2: Yo después pregunté lo típico de estas situaciones: ¿Pero nadie saldrá herido? Y el villano, como siempre, respondió: Por supuesto.
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