Michel Desmurget, doctor en Neurociencia del Instituto Nacional de Salud de Francia.
Michel Desmurget ha presentado un libro muy duro sobre el uso de pantallas por parte de los menores.
Michel Desmurget es un
firme opositor al uso, y sobre todo abuso, de los dispositivos digitales
en niños y adolescentes. Y lo afirma desde una posición que le permite conocer
gravemente los peligros que entrañan las pantallas, pues es doctor en Neurociencia y
director de investigación del Instituto Nacional de la Salud de Francia.
Acaba de
presentar en español su libro La fábrica de cretinos digitales
(Península), un título controvertido pero que asegura que está
totalmente justificado por los estudios y estadísticas. De este modo, en una
entrevista con el diario El Mundo explica
con contundencia que “las cifras son
dramáticas”.
“En los países occidentales los niños menores de dos años pasan
diariamente casi tres horas delante de una pantalla, entre los ocho y los 12
años están casi cinco horas al día, de los 13 a los 18 años su consumo roza las
siete horas diarias... Si sumamos todo el tiempo que un chaval pasa
entre los dos y los 18 años delante de una pantalla equivale a 30 años
escolares, a más de 15
años de empleo a jornada laboral completa, a casi 40.000 episodios de Doctor
House. Y eso sólo si medimos el uso de pantallas por motivos recreativos y
dejamos fuera el tiempo que las utilizan en el colegio o para hacer deberes”, señala este experto francés.
¿LA
GENERACIÓN MÁS ESTÚPIDA?
¿Las pantallas crean cretinos e idiotas como asegura el título? En opinión de Desmurget “es
hora de hablar claro, porque la
gente necesita despertar”.
Este
doctor en Neurociencia afirma que hay quien minimiza el efecto de las pantallas
cuando en realidad tienen un “efecto devastador”. De hecho, incide en que “la
inteligencia se basa en la capacidad de poder memorizar, y todo eso se ve
gravemente afectado por el uso de dispositivos digitales. Las pantallas afectan
a todo lo que nos hace humanos: al lenguaje, a la capacidad de pensar, de
razonar, de memorizar... Numerosos estudios así lo corroboran".
Y no sólo
los estudios. “Yo estoy en contacto –agrega- con
muchos profesores, logopedas y psicólogos infantiles que no leen la literatura
científica, pero que están en contacto con los niños. Y lo impresionante es que lo que
ven coincide plenamente con lo que dicen los estudios”.
Pone el
ejemplo de Mark Bauerlein, profesor de la Universidad Emory en Atlanta (EEUU)
que sostiene que esta es la “generación más estúpida que
haya habido nunca”. En este sentido, Desmurget
asegura que “los científicos están de acuerdo en
que el lenguaje, la capacidad de atención y la de memorización se han reducido
en esta generación. Hoy existe la idea de que no hay que memorizar nada porque
todo está en internet. Y sí, para hacer por ejemplo un algoritmo puedes ir a
Google y buscar cómo se hace, el problema es que en tu cabeza tienes que tener
todos los conocimientos anteriores.
UN
PROBLEMA DE ADICCIÓN
Además,
el director de investigación del Instituto Nacional de la Salud de Francia
sostiene que las pantallas no sólo están creando “cretinos”
sino también adictos. “Hay varios estudios que
sugieren con fuerza que con las pantallas se puede desencadenar el
mismo mecanismo cerebral que con otras adicciones. La mayoría de las investigaciones en
ese sentido señalan que entre el 3% y el 5% de los usuarios son adictos. Parece
una proporción pequeña, pero sólo un 1% en Francia supone medio millón de
personas. Pero incluso si no es una adicción, sigue siendo un problema”,
afirma.
Por otro
lado, Desmurget alerta de los efectos de las pantallas en los cerebros de los
menores. “Hay quienes dicen que hay que vivir con
los tiempos modernos. El problema es que el cerebro de los niños es
un cerebro viejo, fruto de muchos años de evolución, y no ha sido diseñado para
esa porquería”, afirma ante los que justifican que hay que
aceptar el avance tecnológico sin más.
Pero
advierte que “un cerebro tiene necesidades, necesita
interacción humana, necesita dormir, necesita actividad física (ahora sabemos
que la actividad física es importante para que un cerebro madure), necesita
estimulación y muchas otras
cosas. Y nada de eso se lo proporcionan las pantallas. Por supuesto que el
cerebro se puede adaptar. Pero que se adapte a una situación no quiere decir que
funcione mejor que en otra. Si usted sube a lo alto de una montaña de 6.000
metros, se adapta. Pero no funcionará tan bien como al nivel del mar. Y con el
cerebro es lo mismo: no funciona igual de bien en el ambiente para el que ha
sido construido que en otro ambiente”.
“¿Sabe qué es Baby Einstein?”, pregunta
este experto a la entrevistadora. Y él mismo explica que “son unos vídeos de Disney para bebés que se publicitaban
como educativos. Pero se demostró que los críos que los veían tenían problemas
de lenguaje, que su vocabulario era muy reducido. Un grupo de padres amenazó
con ir a juicio y, antes de que eso ocurriera, Disney decidió pagar un montón
de dinero y retirar la palabra educativo de esos productos. Las
pantallas estoy seguro de que van a ser el próximo gran problema de salud
pública. Pero hay mucho dinero por medio”.
“A mí no me gustaría que nadie viniera a mi casa y me dijera cómo tengo
que criar a mis hijos. Pero lo que me parece importante es que los
padres reciban la información correcta. Un padre, con los datos en la mano, dudo mucho que deje que su
hijo de 12 años esté todo el día con el iPad, y si lo decide estoy dispuesto a
aceptarlo, es asunto suyo. Pero lo que no soporto es que haya padres que, de
buena fe, crean que el iPad es estupendo para la educación de sus hijos, para
que aprendan, para su inteligencia... Las evidencias muestran que es justo al
contrario, pero creen eso porque están desinformados, porque hay supuestos
expertos que van por ahí diciendo que los videojuegos son buenos para el
rendimiento escolar y otras sandeces de ese tipo que sólo generan confusión”, concluye este experto en Neurociencia.
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