Una vez más, este sábado 19 de septiembre, la sangre de San Genaro, patrón de Nápoles, volvió a licuarse de forma milagrosa en el día en que la Iglesia celebra la fiesta de este mártir italiano.
A las 10:02, hora de Italia, el Cardenal Crescenzio
Sepe, Arzobispo de Nápoles, anunció la repetición del milagro y destacó que, en
esta ocasión, la sangre se ha vuelto completamente líquida, sin grumos, como ha
sucedido en ocasiones anteriores.
“¡Sea alabado Jesucristo! Queridos amigos, queridos
fieles todos. Una vez más, con alegría, con emoción, os informo de que la
sangre de nuestro santo mártir patrón Genaro, se ha licuado. Completamente
licuado, sin ningún grumo, como sucedió en los años pasados, signo del amor, de
la bondad, de la misericordia de Dios y de la cercanía, de la amistad, de la
fraternidad de nuestro San Genaro. Se de gloria a Dios y veneración a nuestro
santo. Amén”, fueron las palabras del Cardenal
desde la Catedral de Nápoles.
LA LICUEFACCIÓN DE LA
SANGRE DE SAN GENARO
La licuefacción de la sangre de este santo es un fenómeno inexplicable
que se produce tres veces al año: el sábado anterior al primer domingo de mayo,
con motivo de la traslación de los restos del santo a Nápoles; el día de su
fiesta litúrgica, el 19 de septiembre; y el 16 de diciembre, aniversario de la
intercesión de San Genaro para evitar los efectos de la erupción del volcán
Vesubio en el año 1631.
En diciembre del año 2016 no se produjo el milagro, lo cual provocó
cierta preocupación entre los fieles. Aunque el hecho de que no se licúe se
suele interpretar como el anuncio de un desastre, esto no siempre es así.
De hecho, el proceso no siempre se produce del mismo modo: a veces tarda
varias horas, o incluso días, en licuarse. En otras, como en 2018, el milagro
se produce antes de la celebración litúrgica, y en otras ocasiones, por motivos
desconocidos, la sangre no se licúa.
El mismo Papa Francisco fue testigo del inexplicable fenómeno en marzo
de 2015. En aquella ocasión, la sangre se licuó delante de la mirada del mismo
Santo Padre fuera de las tres fechas indicadas. Por lo tanto, se trató de un
hecho extraordinario que también se produjo en 1848 delante del Papa Pío IX.
El milagro no sucedió durante las visitas de San Juan Pablo II en 1979,
ni de Benedicto XVI en 2007.
EL MARTIRIO DE SAN
GENARO
San Genaro, patrono de Nápoles, fue Obispo de Benevento. Durante la
persecución contra los cristianos fue hecho prisionero junto a sus compañeros y
sometido a terribles torturas. Un día, él y sus amigos fueron arrojados a los
leones, pero las bestias sólo rugieron sin acercárseles.
Entonces fueron tildados de usar magia y condenados a morir decapitados
cerca de Pozzuoli, donde también fueron enterrados. Esto sucedió
aproximadamente en el año 305.
Las reliquias de San Genaro fueron trasladadas a diferentes lugares
hasta que finalmente llegaron a Nápoles en 1497.
Redacción ACI Prensa
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