martes, 15 de septiembre de 2020

COMITÉ DEL PARLAMENTO DE AUSTRALIA OCCIDENTAL RECOMIENDA PRESERVAR SECRETO DE CONFESIÓN

Un comité de la cámara alta del Parlamento de Australia Occidental, un estado de Australia, recomendó que no se le exija a los sacerdotes violar el secreto de confesión para denunciar casos de abuso sexual infantil.

“Recomendación 17: Los ministros de religión serán eximidos de responsabilidad penal solo cuando el fundamento de sus creencias se base únicamente en la información divulgada durante la confesión religiosa”, señala el reporte número 44 del Comité Permanente de Legislación, publicado el 10 de septiembre.

El reporte se publicó en relación al debate sobre el Proyecto de Ley de Enmienda para Niños y Servicios Comunitarios de 2019 que, en su forma actual, requeriría que los sacerdotes violen el secreto de confesión para denunciar el abuso sexual infantil, conocido o bajo sospecha.

El texto del comité también recomienda al Gobierno de Australia Occidental que “consulte con los ministros de religión sobre las disposiciones no legales que facilitarían el uso eficaz de la información recibida durante la confesión”.

El proyecto de ley de 2019 está destinado a implementar algunas recomendaciones hechas por el informe de 2017 de la Royal Commission - Comisión Real sobre Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil. Buena parte del proyecto de ley se centra en la protección infantil para los aborígenes y los isleños del Estrecho de Torres.

Se presentó en noviembre de 2019 y completó una tercera lectura en la Asamblea Legislativa (Cámara baja del Parlamento) en mayo, momento en el que pasó al Consejo Legislativo de Australia Occidental (Cámara alta del Parlamento).

Durante la investigación para el proyecto de ley, el Comité Permanente de Legislación recibió 606 presentaciones públicas.

“El proyecto de ley especifica que los ministros de religión estarán sujetos a requisitos obligatorios de presentación de informes y que la información obtenida durante la confesión religiosa no debe proporcionar una exención. Esto ha atraído la oposición de los interesados católicos y ortodoxos en varios motivos, entre ellos que los sacerdotes corren el riesgo de excomunión por romper el secreto de la confesión, y las víctimas que acceden al confesionario valoran su absoluta confidencialidad”, indicó el comité en su reporte.

También se indica que si bien la confesión en la Iglesia Ortodoxa se realiza cara a cara, la confesión anónima sigue siendo una práctica común dentro de la Iglesia Católica, lo que significa que los sacerdotes no pueden identificar fácilmente a los penitentes.

“Normalmente eso significa que habría algún tipo de separación, lo que significa que el sacerdote y el penitente en realidad no se ven, por lo que el único contacto es el de la voz”, comentó a la comisión el Arzobispo de Perth, Mons. Timothy de Costelloe.

Varios sacerdotes escribieron para decirle al comité que no violarían el secreto de confesión, y numerosos sacerdotes señalaron que la ley no se haría cumplir ya que las confesiones generalmente se hacen de forma anónima.

El P. Mark Baumgarten, de la Arquidiócesis de Perth, dijo a la comisión, en julio de este año, que un efecto al tipo de legislación que se ha propuesto “sería que muchas parroquias probablemente eliminarían por completo la confesión cara a cara para proteger al sacerdote”.

“Este tipo de legislación tampoco se puede hacer cumplir (…) la única forma de atrapar a un sacerdote en esto sería intentar atraparlo con penitentes falsos armados con dispositivos de grabación, lo que sería un curso de acción particularmente malicioso”, agregó.

“Nosotros los sacerdotes hacemos compromisos solemnes ante Dios, y estoy mucho más preocupado por cómo me juzgará Dios que por cómo soy visto por los poderes de este mundo. Claro que iría a la cárcel o enfrentaría cualquier otra sanción civil antes que romper el sigilo sacramental, y sospecho que todos los sacerdotes, independientemente de su ideología, dirían lo mismo”, concluyó el sacerdote.

El Arzobispo de Perth indicó al comité el 6 de agosto “que apoya la introducción de informes obligatorios para los ministros de religión, con la excepción de la confesión”.

“La ley propuesta haría que los sacerdotes que permanezcan fieles a las obligaciones que asumieron en el momento de su ordenación, es decir, que simplemente estuvieran ejerciendo un aspecto esencial de la práctica de la fe católica, estarían sujetos a enjuiciamiento y condena como criminales por ser fieles a sus compromisos. Hacer ilegal la práctica libre de una parte esencial de la fe católica me parece algo que las sociedades seculares modernas siempre han entendido que está más allá de los límites de su autoridad”, precisó.

También dijo que en el caso de escuchar una confesión de abuso sexual infantil “sería responsabilidad del sacerdote hacer todo lo posible para convencer al perpetrador de que esto tiene que terminar, que posiblemente la única manera de que esto termine es que el perpetrador se entregue a las autoridades y le asegure a la persona que la acompañará para ayudarla a hacerlo, todo eso”.

“No puede forzar a la persona, pero puede ejercer mucha presión moral sobre la persona. Un sacerdote estaría fallando en sus responsabilidades si no hiciera eso”, aseguró.

Finalmente dijo que “está muy claro que el sacerdote tiene la responsabilidad fundamental de hacer todo lo que pueda sin romper el secreto de la confesión para asegurar, en la medida de lo posible, que este abuso cese, absolutamente”.

Victoria, Tasmania, Australia del Sur, Queensland y el Territorio de la Capital Australiana han adoptado leyes que obligan a los sacerdotes a violar el secreto de confesión, mientras que Nueva Gales del Sur lo ha mantenido.

La semana pasada, los obispos de Australia entregaron al gobierno federal las observaciones del Vaticano a 12 de las recomendaciones realizadas por la Royal Commission, tras el reporte que esta publicó en 2017 sobre abusos sexuales en instituciones del país. En su texto, la Santa Sede defendió el secreto de confesión y reiteró que este es inviolable.

EXCOMUNIÓN AUTOMÁTICA

El Código de Derecho Canónico establece en el canon 983 que el sigilo sacramental o secreto de confesión “es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”.

Asimismo, el canon 1388 señala que “el confesor que viola directamente el sigilo sacramental, incurre en excomunión latae sententiae (automática) reservada a la Sede Apostólica”. Es decir que solo el Papa puede levantar la pena de la excomunión en este caso.

Redacción ACI Prensa

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