El Catecismo de la Iglesia Católica señala que el purgatorio es una “purificación final” que deben atravesar para llegar al cielo todos aquellos “que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación”.
Sin embargo, esta realidad necesita ser mejor
explicada, y por esa razón, ACI Prensa presenta siete datos que debes conocer
sobre su propósito.
1. SU EXISTENCIA ES
MENCIONADA EN LA BIBLIA
En diversos pasajes de la Biblia se encuentran referencias al
purgatorio, como en los evangelios de Mateo (12, 32); Lucas (12, 59), y en la
Primera Carta de San Pablo a los Corintos (3, 15).
2. SE PUEDE OFRECER UNA
INDULGENCIA POR UN ALMA DEL PURGATORIO
La Indulgentiarum Doctrina señala en su
norma 15 que un católico puede obtener una indulgencia plenaria por un difunto “en todas las iglesias, oratorios públicos o —por parte
de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos” y siguiendo las
condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración
por las intenciones del Papa.
Cada 2 de
noviembre se celebra la Fiesta de los
Fieles Difuntos y ese día se puede obtener una indulgencia plenaria para el
alma de un ser querido, familiar o amigo.
10
RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS MÁS COMUNES SOBRE LAS INDULGENCIAS PLENARIAS
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En un artículo publicado por el SIAME, la
licenciada Alejandra María Sosa Elízaga respondió a 10 de las preguntas más
comunes sobre el papel de las indulgencias.
Aquí sus 10 respuestas.
1. ¿Qué es una
indulgencia?
Una gracia que concede la Iglesia, por los méritos de Jesucristo, de
María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como
consecuencia del pecado.
2. ¿La indulgencia
borra los pecados?
No. La indulgencia aplica a pecados ya perdonados.
3. ¿Por qué si el
pecado ha sido perdonado, queda una pena?
Para entenderlo, cabe poner este ejemplo: Un
niño desobedece a su papá que le pidió no jugar pelota en casa, y rompe la
ventana. Arrepentido, pide perdón. Su papá lo perdona, pero queda una
consecuencia: debe pagar el vidrio roto. La
mamá y hermanos del niño deciden ayudarle, con permiso del papá, a pagar la
deuda.
Así también, el pecado confesado es perdonado, pero
queda una pena que hay que expiar, y es la que nuestra Madre la Iglesia nos
ayuda a pagar con las indulgencias.
4. ¿Cuántas clases de
indulgencias hay?
Dos: “parcial” que perdona sólo parte
de la pena, y “plenaria”, que la perdona
toda.
5. ¿Por quién puedo
aplicar la indulgencia obtenida cada día?
Por ti o por un difunto. También puedes encomendarla a María, para que
Ella la aplique por el alma que quiera ayudar. Solo aplica a las almas que
están en el Purgatorio; las que están en el Cielo, no la necesitan, y las que
están en el Infierno no la aprovechan pues ya no saldrán de ahí. Como no
sabemos si las almas de nuestros difuntos ya están en el cielo, conviene seguir
ofreciendo indulgencias plenarias por ellas.
6. ¿Puedo aplicar la
indulgencia plenaria por otra persona viva?
No.
7. ¿Qué efecto produce
la indulgencia plenaria en el alma?
Aplicada por ti, te libra de la pena temporal de pecados confesados y
perdonados, desde el momento de tu Bautismo hasta la fecha en que obtengas la
indulgencia plenaria.
Aplicada por un difunto, es gran obra de misericordia, pues lo libra de
la pena de sus pecados perdonados, lo cual podría ayudarle a salir del
Purgatorio e ir al cielo. Decía Santa Catalina de Siena, que las almas que
ayudes así te estarán eternamente agradecidas, orarán siempre por ti, y al
llegar al cielo harán valla para venirte a recibir.
8. Si una persona que
se ha confesado y ha obtenido indulgencia plenaria, muriera, ¿iría al cielo?
Sí, siempre y cuando no tenga ya nada que purificar, en el sentido de
apegos, pecados veniales no confesados (y por lo tanto no perdonados).
9. ¿Cuántas
indulgencias puedo obtener?
Una por día.
10. ¿Cómo puedo obtener
la indulgencia plenaria?
Debes estar en gracia de Dios y tener total rechazo al pecado
(habiéndote confesado); asistir a Misa completa; comulgar, orar por las
intenciones del Papa (por ejemplo: Padrenuestro, Avemaría y Credo), y realizar
lo que la Iglesia pida para conceder esa indulgencia.
Por ejemplo, orar media hora ante el Santísimo expuesto; o leer y
meditar la Palabra de Dios durante media hora; o participar devotamente en un
Viacrucis, o participar del rezo del Santo Rosario en una iglesia, o, en este
Año Santo de la Misericordia, atravesar el umbral de una Puerta Santa.
Se abrieron varias, en Basílicas, Catedrales, parroquias y otros
lugares, y se cerrarán, en todo el mundo, el domingo 13 y en san Pedro en el
Vaticano, cuando el Papa clausure el Jubileo el domingo 20 de noviembre.
3. LAS ALMAS DEL
PURGATORIO PUEDEN SER INTERCESORAS
Santa Catalina de Siena decía que las almas del purgatorio que han sido
libradas de sus penas nunca se olvidarán de sus benefactores en la tierra e
intercederán por ellos ante Dios. Además, cuando esa persona llegue al cielo,
ellas saldrán a recibirlo.
Además, sus plegarias protegen a sus amigos de los peligros y los ayudan
a superar dificultades. Santa Catalina de Bologna dijo en una ocasión: "He recibido muchos y grandes favores de los Santos,
pero mucho más grandes de las Santas Almas (del purgatorio)".
San Juan Masías era otro santo que tenía una gran devoción por las almas
o ánimas del purgatorio y con sus oraciones, especialmente el Rosario, logró
liberar a un millón cuatrocientas mil según él mismo afirmaba tras una
revelación divina.
Como retribución, obtuvo extraordinarias y abundantes gracias y ellas lo
consolaron en su muerte.
4. LOS SANTOS
ESCRIBIERON ORACIONES POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
San Nicolás de
Tolentino es conocido como el patrono de las almas del purgatorio porque en vida los fieles le
pedían que rezara por los difuntos debido a las conversiones que obtenía.
ORACIÓN
A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
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¡Oh glorioso Taumaturgo y Protector de las almas
del purgatorio, San Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te
ruego que interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas,
consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y sus
penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores, vayan a gozar
en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo,
alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad
hacia aquellas almas queridas. Amén.
Otros santos que escribieron plegarias para obtener la liberación de las
almas del purgatorio fueron San Agustín y Santa Brígida.
ORACIÓN
DE SAN AGUSTÍN POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
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Dulcísimo Jesús mío, que para redimir al mundo quisiste
nacer, ser circuncidado, desechado de los judíos, entregado con el beso de
Judas, atado con cordeles, llevado al suplicio, como inocente cordero;
presentado ante Anás, Caifás, Pilato y Herodes; escupido y acusado con falsos
testigos; abofeteado, cargado de oprobios, desgarrado con azotes, coronado de
espinas, golpeado con la caña, cubierto el rostro con una púrpura por burla;
desnudado afrentosamente, clavado en la cruz y levantado en ella, puesto entre
ladrones, como uno de ellos, dándote a beber hiel y vinagres y herido el
costado con la lanza. Libra, Señor, por tantos y tan acerbísimos dolores como
has padecido por nosotros, a las almas del Purgatorio de las penas en que
están; llévalas a descansar a tu santísima Gloria, y sálvanos, por los méritos
de tu sagrada Pasión y por tu muerte de cruz, de las penas del infierno para
que seamos dignos de entrar en la posesión de aquel Reino, adonde llevaste al
buen ladrón, que fue crucificado contigo, que vives y reinas con el Padre y el
Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
ORACIONES
DE SANTA BRÍGIDA POR 12 AÑOS
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Promesas:
1. El alma que las reza no sufrirá ningún
Purgatorio.
2. El alma que las reza será aceptada entre los mártires como si hubiera
derramado su propia sangre por la fe.
3 El alma que las reza puede (debe) elegir a otros tres a quienes Jesús
mantendrá luego en un estado de gracia suficiente para que se santifiquen. (*)
4. Ninguna de las cuatro generaciones siguientes al alma que las reza se
perderá.
5. El alma que las reza será consciente de su muerte un mes antes de que
ocurra.
(*) Escribir los tres nombres (personas vivas) en un papel y guardarlo.
Los nombres no se pueden cambiar.
Oración inicial
Oh Jesús, ahora deseo rezar la oración del Señor
siete veces junto con el amor con que Tú santificaste esta oración en Tu
Corazón. Tómala de mis labios hasta Tu Sagrado Corazón. Mejórala y complétala
para que le brinde tanto honor y felicidad a la Trinidad en la tierra como Tú
lo garantizaste con esta oración. Que esta se derrame sobre Tu santa humanidad
para la glorificación de Tus dolorosas heridas y la preciosísima Sangre que Tú
derramaste de ellas. Amén
1. La circunsición
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, Te ofrezco las primeras heridas, los primeros dolores y el
primer derrame de Sangre como expiación de los pecados de mi infancia y de toda
la humanidad, como protección contra el primer pecado mortal, especialmente
entre mis parientes.
2. La agonía de Jesús
en el Huerto de los Olivos
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, te ofrezco el intenso sufrimiento del Corazón de Jesús en el
Huerto de los Olivos y cada gota de sudor de sangre como expiación de mis
pecados del corazón y los de toda la humanidad, como protección contra tales
pecados y para que se extienda el amor divino y fraterno.
3. La flagelación
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, te ofrezco las muchas miles de heridas, los terribles dolores
y la preciosísima sangre de la flagelación como expiación de mis pecados de la
carne y los de toda la humanidad, como protección contra tales pecados y la
preservación de la inocencia, especialmente entre mis parientes.
4. La coronación de
espinas
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, te ofrezco las heridas, los dolores y la preciosísima sangre
de la sagrada cabeza de Jesús luego de la coronación de espinas, como expiación
de mis pecados del espíritu y los de toda la humanidad, como protección contra
tales pecados y para que se extienda el reino de Cristo aquí en la tierra.
5. Cargando la cruz
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, te ofrezco los sufrimientos en el camino a la cruz,
especialmente la santa herida en su hombro y la preciosísima sangre como
expiación de mi negación de la cruz y la de toda la humanidad, todas mis
protestas contra tus planes divinos y todos los demás pecados de palabra, como
protección contra tales pecados y para un verdadero amor a la cruz.
6. La crucifixión de
Jesús
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, por medio de las manos inmaculadas de María y el Sagrado
Corazón de Jesús, te ofrezco a Tu Hijo en la cruz, cuando lo clavaron y lo
levantaron, las heridas en sus manos y en sus pies y los tres hilos de la
preciosísima sangre que derramó allí por nosotros, las extremas torturas del
cuerpo y del alma, su muerte preciosa y su renovación no sangrienta en todas
las santas misas de la Tierra, como expiación de todas las heridas contra los
votos y normas dentro de las Órdenes, como reparación de mis pecados y los de
todo el mundo, por los enfermos y moribundos, por todos los santos sacerdotes y
laicos, por las intenciones del Santo Padre por la restauración de las familias
cristianas, para el fortalecimiento de la Fe, por nuestro país y por la unión
de todas las naciones en Cristo y su Iglesia, así como también por la diáspora.
7. La llaga del costado
de Jesús
Padre Nuestro, Avemaría, Gloria
Padre Eterno, acepta como dignas, por las necesidades de la Santa
Iglesia y como expiación de los pecados de toda la humanidad, la preciosísima
sangre y el agua que manó de la herida del Sagrado Corazón de Jesús. Sé
misericordioso para con nosotros. ¡Sangre de Cristo, el último contenido
precioso de su Sagrado Corazón, lávame de todas mis culpas de pecado y las de
los demás! ¡Agua del costado de Cristo; lávame
totalmente de las penitencias del pecado y extingue las llamas del Purgatorio
para mí y para todas las almas del Purgatorio! Amén.
5. UNA SANTA PUDO VER
EL PURGATORIO
Santa Faustina
Kowalska recibió la gracia de ver el purgatorio, el cielo y el infierno. Ella cuenta que una noche su ángel de la guarda le pidió que la
siguiera y se encontró en un lugar lleno de fuego y almas sufrientes.
Ella les preguntó qué era lo que más las hacía sufrir y las almas le
contestaron que era sentirse abandonadas por Dios. Cuando salió, escuchó que la
voz del Señor que le dijo: “Mi Misericordia no
quiere esto, pero lo pide mi Justicia”.
6. LA VIRGEN MARÍA
CONSUELA A LAS ALMAS QUE ESTÁN ALLÍ
En su visión sobre el purgatorio, Santa Faustina Kowalska notó que la
Virgen María visitaba a las almas que estaban allí y escuchó que estas la
llamaban “Estrella del Mar”.
Por otro lado, la Madre de Dios le
reveló a Santa Brígida que
“no hay pena alguna en el Purgatorio que, mediante mi auxilio, no se vuelva más
suave y más fácil de soportar”.
7. EXISTE UN MUSEO QUE
RECOGE 15 PRUEBAS SOBRE LA EXISTENCIA DEL PURGATORIO
En Roma (Italia), cerca del Vaticano, se encuentra el
Museo de las Almas del Purgatorio que está dentro de
la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio. Fue creado en 1897 por el P.
Víctor Jouët, un sacerdote francés misionero del Sagrado Corazón.
Allí se exhiben 15 testimonios y objetos, como libros y vestimentas, que
probarían las “visitas” de estas almas a sus
seres queridos para pedirles que recen por ellas.
Redacción ACI Prensa
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