La oleada de ataques y de incendios lleva
a los expertos a preguntarse las consecuencias.
En los últimos años han ardido, por unos motivos u
otros, numerosas catedrales e importantes iglesias francesas
Importantes catedrales como la de Nantes o París y no menos
importantes iglesias francesas han ardido en los últimos años, mientras otros muchos templos repartidos por toda
Francia han sido vandalizadas o igualmente han sido presa del fuego.
Ante
tantos sucesos tanto la Iglesia en Francia como algunos políticos han alertado
de esta oleada de ataques contra los templos de la hija
"primogénita de la Iglesia". Y
esto lleva a numerosos expertos a preguntar si hay algo más allá de tanto
'hecho aislado' y si durante estos últimos años se está queriendo "descristianizar" del todo un país
eliminando lo más visible que hoy queda de su fe, es decir, el enorme patrimonio religioso que conserva.
En este
artículo de Giulio Meotti en el Gatestone Institute
traducido al español por ElMedio se analiza de manera pormenorizada esta oleada de incendios y ataques a iglesias en Francia y el trasfondo
que podría haber tras ellos.
ARDEN
LAS CATEDRALES FRANCESAS, ¿LA 'FASE FINAL DE LA DESCRISTIANIZACIÓN'?
Un
destacado conservador del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, Keith
Christiansen, ha sido criticado por subir a Instagram un cuadro en
el que se ve a Alexandre Lenoir salvando monumentos de las turbas en plena
Revolución Francesa.
Alexandre Lenoir
(1769-1831) fue un arqueólogo francés que durante la Revolución Francesa se
consagró a salvar de la destrucción cientos de obras de arte.
Christiansen escribió: "Alexandre Lenoir hizo frente a
unos revolucionarios fanáticos obcecados en destruir las tumbas reales de Saint
Denis. Cuántas grandes obras de arte se han perdido por el afán de desprendernos
de un pasado que no aprobamos. Y qué agradecidos estamos a gente
como Lenoir, que comprendió que su valor –artístico e histórico– trascendía un
momento de cambio y turbulencias político-sociales".
Christiansen
criticaba la ola de profanación y eliminación de monumentos históricos que
estamos viviendo. No podía saber que, unas semanas más tarde, otra catedral francesa sería vandalizada y que un órgano que había sobrevivido a los
zelotes revolucionarios de Lenoir sería pasto de las llamas.
Se cree
que el incendio en la catedral de San Pedro y San Pablo de Nantes fue provocado. Sólo ha pasado un año
del incendio que casi destruye
por completo la catedral de Notre-Dame de
París. Posteriormente sufrieron también los embates del fuego la histórica iglesia de San Sulpicio de
París y la basílica de Saint Denis (la
misma que aparece en el cuadro que subió Christiansen
a Instagram).
"Tras el de Notre Dame, el incendio en la catedral de Nantes
debería hacer reflexionar a nuestras élites sobre el gran desorden, el gran
cambio que estamos viviendo; hay un proceso de des-civilización", manifestó el escritor y exministro francés Philippe de Villiers.
"En Francia se está produciendo la destrucción silenciosa de sus
raíces cristianas", afirma el filósofo Michel Onfray: "Todos los
días hay uno o dos actos anticristianos, pero se tiene que incendiar una catedral
para que se empiece a hablar de ello".
En el último año y medio ha habido incendios en seis catedrales e
iglesias francesas de importancia: Notre Dame, Nantes, Rennes, San Sulpicio, Lavaur y Pontoise. Quizá sea esta la razón por la que el historiador Rémi Brague afirmó que el incendio de Notre Dame fue "nuestro 11-S". El Observatorio del
Patrimonio Religioso listó un
total de 20 iglesias francesas que habían sido pasto de las llamas en sólo un
año.
Poco
publicitados y aún menos condenados, los ataques contra los lugares
cristianos de culto se están multiplicando en Francia y alcanzando
dimensiones preocupantes. El incendio de Nantes no fue sino el último de una
serie de devastaciones que se vienen produciendo desde hace años y que al parecer
no escandalizan a nadie.
Hace
cuatro años, la basílica de San Nicolás de Nantes quedó prácticamente destruida por un incendio. Había sido restaurada en
2014 y estaba en perfectas condiciones. Las primeras informaciones en
los medios franceses sobre vandalizaciones de iglesias se remontan hasta diez años. El año pasado, hubo
una semana en que se profanaron cuatro
templos.
El
cardenal Robert Sarah, prelado guineano de la
Iglesia católica, escribió: "Las profanaciones continúan creciendo en Europa.
Los recientes ataques a estatuas de la Virgen María en iglesias francesas
muestran hasta qué punto son fruto de un odio bárbaro. Hay que reaccionar. Los
católicos no pueden seguir callados". Y añadió: "Las profanaciones y vandalizaciones de iglesias
son el triste reflejo de una civilización enferma que ha caído en las redes del mal.
Los obispos, los sacerdotes, los hombres de fe deben tener fuerza y
coraje".
Algunas
personalidades laicas se han manifestado contra los ataques. "¡No toques mi iglesia", rezaba un llamamiento de
escritores, periodistas, políticos y profesores universitarios que demandaban
protección para los templos.
La
experta en asuntos religiosos Nina Shea ha escrito que
los atacantes son anarquistas, delincuentes, militantes de izquierdas,
satanistas e islamistas, que comparten el odio a Francia y a
la civilización occidental. El antisemitismo parece ir de la mano
del anticristianismo. En Francia, las sinagogas están protegidas "como fortines", los escolares judíos han sido víctimas de ataques terroristas y a los judíos en general se les aconseja no
lucir símbolos religiosos por su propia seguridad.
Los
incidentes anticristianos se han incrementado un
285% entre 2008 y 2019.
La Revue des Deux Mondes ha hablado de
"la tragedia de las iglesias francesas". Más de 5.000 templos se encuentran amenazados por problemas estructurales. En 2018
fueron vandalizadas 875
iglesias. En 2019, los actos anticristianos registrados fueron 1.052.
"Creo que hay una creciente
hostilidad en Francia contra la Cristiandad y contra sus símbolos", sostiene Ellen Fantini, directora
del Observatorio de la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos
en Europa, con sede en Viena.
"Todos los días se profanan al menos dos iglesias", declaró la diputada francesa Valérie Boyer a The Sun.
Gilbert
Collard,
diputado de la Agrupación Nacional, comparó el incendio de Nantes con la
reciente decisión de las autoridades turcas de convertir la
antigua catedral de Santa Sofía en una mezquita. "Los símbolos son pasto de las llamas", aseveró.
En los
últimos años, las iglesias francesas han sido objeto de una serie de
provocaciones y ataques islamistas.
Dalil Boubakeur,
rector de la Gran Mezquita de París y presidente del Consejo Francés de la Fe
Islámica, pidió que las iglesias vacías pasaran a ser
mezquitas. En Saint-Étienne-du-Rouvray, en el norte del país, dos terroristas
del Estado Islámico mataron al
padre Jacques Hamel durante una misa
matinal. La conmoción fue inmediata e inmensa. El islamismo también planeó
atentar contra Notre-Dame de París, y de hecho consiguió perpetrar un ataque a
lo ISIS contra el mercado navideño de Estrasburgo.
La
propuesta de Boubakeur refleja una comprensión realista del patrimonio
cristiano en Francia. "Abandonadas,
profanadas, transformadas, las iglesias se han convertido en salas de
espectáculos, discotecas, restaurantes, bodegas... Todo antes de la
demolición", informa la
periodista Marie
de Greef-Madelin en Valeurs Actuelles. A estas transformaciones a
veces se les llama "la segunda vida de las iglesias
francesas". "Al ritmo actual, para el año 2030 Francia habrá perdido
el 10% de sus iglesias y capillas", vaticina Édouard de Lamaze, presidente
del Observatorio del Patrimonio Religioso: "Serán
vendidas o destruidas".
La
basílica de Saint Denis, lugar de enterramiento de los reyes de Francia, es ya
un museo cristiano y un suburbio islamizado de París; y, antes del incendio, la
catedral de Notre-Dame se había convertido en un museo para turistas. "Hemos llegado a la fase final de la
descristianización", comenta el
analista político Jerome Fourquet; como si los
incendios en sus principales catedrales fueran el símbolo de cómo Francia ha
perdido su territorio, su historia y su identidad.
"Esto empeorará hasta donde decidan los propios
vándalos", dice Ellen Fantini. "¿Se detendrán en el incendio de
una iglesia vacía? ¿En la decapitación de estatuas?".
"Estamos en una encrucijada", afirma el filósofo Alain Finkielkraut. "Mientras sea posible, hemos de intentar cualquier
cosa para salvar nuestra civilización. Nuestra civilización es el
legado griego, romano y judeocristiano".
Europa no
es una construcción abstracta. Su identidad bebe de varias fuentes. El
cristianismo es obviamente la más importante. Si fracasa a la hora de
protegerlo, Francia tal como la conocemos dejará de existir y se convertirá en algo completamente distinto.
Publicado en Gatestone Institute.
Traducción de El Medio.
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