Ante
el proyecto de ley sobre eutanasia y suicidio asistido
Mons. Jaime
Fuentes, obispo emérito de Minas (Uruguay), ha escrito una carta abierta a los
legisladores del país que están discutiendo un proyecto de ley sobre la
eutanasía y el suicidio asistido. Precisamente Uruguay es el país con mayor
tasa de suicidios de Hispanoamérica
(Fides) El obispo señala que es
sintomático que se debata una ley así en el momento actual:
«En el tiempo
pandémico que estamos viviendo, mientras nos cuidamos de un contagio mortal, el
proyecto de ley de eutanasia y suicidio aparece por demás sombrío. Hoy, más que
nunca, necesitamos en Uruguay un proyecto colectivo entusiasmante: nuestro
mayor problema es la falta de población».
EL PAÍS CON MAYOR
TASA DE SUICIDIOS DE IBEROAMÉRICA
Mons. Fuentes comprende que «aliviar el sufrimiento de las personas que, padeciendo
una enfermedad terminal, sufren dolores que pueden llegar a ser insoportables,
es un deseo generalizado», pero pregunta de si no es «un completo sinsentido» legalizar la eutanasia y
el suicidio, «en un país que tiene el mayor número de suicidios de América
Latina y uno de los mayores del mundo»
Tras recordar que los países
donde se ha aprobado el suicidio asistido, el número de personas que se han
quitado la vida ha aumentado esponencialmente, el prelado pregunta: «¿Queremos seguir por este camino, alentando a los
suicidas en potencia? Las leyes influyen, para bien o para mal, en
el conjunto del comportamiento social»
Después de poner de manifiesto
el «macabro el mensaje» que recibirán con
esta ley las ya pocas nuevas generaciones, Mons. Fuentes continúa: «Dicen que, con
la ley, se respetará la libertad individual de decidir cuándo acabar con la
propia vida. Pero ¿no vivimos en sociedad y somos inter dependientes? Si
alguien ve a una persona que intenta suicidarse, ¿no trata por todos los medios
de disuadirlo?» Con la ley que se propone, la sociedad se convierte
en individualista hasta el colmo, pero «se olvida que el fin no justifica los
medios. La vida humana posee la mayor de las dignidades y, por lo tanto,
reclama el mayor de los cuidados. Decidir cada uno por su cuenta cuándo darse
muerte, ¿es un derecho humano? ¿Quién lo dijo, dónde está escrito?».
Por último, Mons. Fuentes
reitera que el problema más grave de Uruguay es la falta de población, como en
otros países. Pero donde se han hecho planes concretos para incentivar la
natalidad se ven los resultados: «en nuestro
cercano y silencioso Paraguay, que en el año 2000 tenía 5 millones y pico de
habitantes, hoy son más de 7 millones y su PBI crecerá 4% en el 2021 (Banco
Mundial). Y nosotros, ¿no podemos hacer nada?»
La carta abierta termina con
una invitación:
«Señores
legisladores: estudien el problema y trabajen por un Uruguay mejor, es lo que
se espera de ustedes».
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