La Policía italiana ha
anunciado ayer, 20 de julio, que ha desmantelado una “poderosa” secta
sospechosa de organizar la esclavitud sexual y abusar de menores de edad desde
su fundación en los años 80, tal como
informa RT. El líder de la organización con sede en la provincia de
Novara, de 77 años, conocido como “el Doctor”, lo decidía todo en la vida de las adeptas, según
contó una de las víctimas.
El grupo sectario utilizaba a psicólogos profesionales leales que aprovechaban la
fragilidad emocional de las “presas”, generalmente chicas jóvenes, incluso
adolescentes o niñas, para adoctrinarlas y someterlas a un verdadero lavado de
cerebro hasta tal punto que poco a poco se mostraban cada vez más abiertas a la
filosofía y las prácticas sexuales de la entidad, a menudo extremas y
dolorosas, sin cuestionar la violencia y abusos de todo tipo.
CÓMO OPERABA LA
SECTA
A las “elegidas”,
o “bestias”, como se llamaban entre
sí, las introducían a la filosofía de la secta y luego
comenzaban las “prácticas mágicas”, entre ellas sexuales, que
podrían compararse con verdaderas torturas,
mediante las cuales se buscaba apagar “el
yo pensante”, “encender el fuego
interior” y entrar en un “mundo
mágico, fantástico y sumamente secreto”.
La secta tenía una densa red de actividades comerciales relacionadas directamente con sus gerentes,
como dos escuelas de baile o una escuela llamada Espada Celta, varias
herboristerías, una tienda de artesanía e incluso una editorial, y a través de
todos estos negocios podía reclutar a las jóvenes desprevenidas para
adentrarlas en su mundo sectario.
La organización permaneció
totalmente impenetrable para las autoridades durante más de 30
años y terminaba por absorber todos los aspectos de la vida de
sus seguidoras, tanto en lo personal como en la cuestión de los estudios o la
familia.
En la práctica, o bien los familiares se incorporaban a la secta sometiéndose a la
voluntad de su líder o se les obligaba a las adeptas a cortar cualquier tipo de
relación con ellos.
La formación, por su parte,
casi siempre estaba vinculada con alguna de las actividades comerciales de la
secta con el fin de hacer a las seguidoras —obligadas a pagar también las
cuotas de membresía— depender de la entidad
delictiva no sólo a nivel emocional, sino también económico.
EL DESMANTELAMIENTO
Además de la provincia de
Novara, el grupo operaba en la zona de Milán y Pavía. Todo siguió hasta
que una de las víctimas que logró superar los traumas derivados de formar parte de este grupo
rompiera el silencio y los denunciara.
Durante la noche del 18 al 19
de julio los agentes llevaron a cabo una operación especial para poner fin a
sus actividades, y en la madrugada del 19 de julio efectuaron 26 registros
personales. Se estima que la secta reclutó a unas 50
mujeres, incluidas menores de edad, detalla
la agencia ANSA.
En la operación en las
provincias de Novara, Milán y Pavía participó no sólo la Policía de Novara,
sino también la Policía Estatal del país y las Escuadras Móviles de Turín,
Milán, Génova, Pavía, Alessandria, Asti, Biella, Vercelli, Verbania y Aosta.
De momento son 30 los sospechosos a
los que las autoridades van a llevar a la Justicia para que respondan por la
esclavitud y numerosos delitos del ámbito sexual, también en detrimento de los
menores, en el caso de que los declaren culpables.
Secretaría RIES
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