Presuntas apariciones de la Virgen María a una
mujer en Costa Rica para revelarle un supuesto aceite que previene el
coronavirus son criticadas por expertos en el tema; y no hay indicios de
aprobación de su uso para este fin por alguna autoridad de la Iglesia Católica.
A propósito de que se ha vuelto viral unas presuntas revelaciones de la
Virgen María a una mujer costarricense sobre el uso de aceites esenciales para
prevenir la infección por el coronavirus. ¿Qué
deben hacer los católicos con revelaciones como estas?
El 3 de junio de 2016, Luz de María de Bonilla, una presunta “vidente” que asegura que la Virgen María le dio
un mensaje con instrucciones sobre el uso de una mezcla de aceites esenciales,
que llamó el “Aceite del buen samaritano”, señaló
que debía ser utilizado para prevenir brotes infecciosos.
La mujer también dijo que en la visión se le habría recomendado que las
personas ingieran un diente de ajo crudo todas las mañanas o que usen aceite de
orégano, porque "estos dos son excelentes
antibióticos".
El 28 de enero de 2020, se dice que la Virgen María se habría revelado
una vez más a Luz de María de Bonilla para darle un mensaje que señalaba una
supuesta plaga producida por un virus y un presunto remedio.
“Grandes pestilencias, plagas generadas por virus
desconocidos están avanzando sobre la humanidad. Use el ‘Aceite del buen
samaritano’ como protección, frente al caso de una enfermedad altamente
contagiosa donde vives: la cantidad de la cabeza de un alfiler en los lóbulos
de las orejas será suficiente. Si aumenta el número de infectados, debe
colocarlo en ambos lados del cuello y en las muñecas de ambas manos…”, decía el supuesto mensaje.
El “Aceite del buen samaritano” está
compuesto por canela, clavo, romero, limón y eucalipto y es la misma receta de
una popular mezcla de aceites esenciales conocida como "Aceite
de ladrones", que está asociada con la leyenda de cuatro ladrones
que robaron los cuerpos de las víctimas de la peste bubónica, pero lograron escapar
de la infección mientras usaban estos ingredientes.
Dichos aceites se han utilizado durante siglos en la brujería para "protección" y son promocionados por
distribuidores de aceites esenciales que afirman que mejoran el sistema
inmunitario y protegen a las personas de infecciones como la gripe y los virus.
Dar credibilidad a los supuestos mensajes es un imprimatur dado por el Obispo de Estelí
(Nicaragua), Mons. Juan Abelardo Mata Guevara, quien aprobó los mensajes
recibidos por esta vidente entre 2009 y 2017. Sin embargo, no hay indicios de
que Mons. Mata, o cualquier otra autoridad de la Iglesia haya aprobado el mensaje
del 2020 recomendando estas alternativas para su uso contra el COVID-19.
Aunque la Iglesia no ha tomado ninguna decisión sobre la naturaleza
sobrenatural de las revelaciones, los mensajes se han vuelto virales en
Internet, y muchos católicos exageran los aceites como un método "aprobado por la Iglesia" para
protegerse contra el coronavirus.
Por más convincente que parezca, estas revelaciones están causando
sorpresa porque parecen contradecir la enseñanza de la Iglesia Católica que se
encuentra en las Directivas Éticas y Religiosas para los Servicios de Cuidado
de la Salud.
Las Directivas, presentes en la carta encíclica de San Juan Pablo II
sobre el valor y la inviolabilidad de la vida humana Evangelium vitae,
establecen que una persona tiene la “obligación
moral” de utilizar medios ordinarios u “objetivamente
proporcionados a la perspectivas de mejoría” para preservar su vida.
Esto es particularmente cierto en el caso de enfermedades potencialmente
mortales o transmisibles.
El Ph.D. Kevin Rickert, profesor asociado de filosofía en la Universidad
de Santa María de Minnesota señaló a National Catholic Register (NCR) que "el quid de este problema es la distinción entre
cuidado ordinario y extraordinario", asunto explicado en su
artículo titulado “Medicina
alternativa y el deber de emplear medios ordinarios".
Los medios “ordinarios” son aquellos
tratamientos que comúnmente se consideran ordinarios para la preservación de la
vida humana, como son los alimentos, un refugio, el evitar peligros corporales
innecesarios y el uso de intervenciones médicas aceptadas cuando sea necesario.
La medicina alternativa, como los aceites esenciales, generalmente se
define como tratamientos que no han sido probados científicamente o que no han
cumplido con los estándares de lo que se considerarían intervenciones médicas
aceptadas. Esta es la razón por la que la supuesta recomendación de la Virgen
de usar aceites esenciales para prevenir el contagio es sospechosa.
La investigación en curso sobre el uso de aceites esenciales para el
cuidado de la salud ha hallado que algunos productos son útiles para el
bienestar general, pero incluso los expertos de la industria admiten que no hay
evidencia científica que respalde su uso en la forma en que la Virgen María
presuntamente prescribió.
En marzo de 2020, en nombre del Dr. Russel Osguthorpe, médico de
enfermedades infecciosas y director médico de doTERRA, compañía que vende
aceites esenciales, Kevin Wilson señaló a Salon,
revista digital estadounidense sobre asuntos políticos y culturales, que “doTERRA reconoce que los aceites esenciales tienen
beneficios profundos para la salud y el bienestar, pero no afirmamos que
nuestros productos previenen, tratan o curan afecciones o enfermedades,
incluido el COVID-19”.
Si este es el caso, ¿por qué Nuestra Señora
nos instruiría a usar algo que no esté científicamente probado ni de acuerdo
con la política local de salud pública para protegernos durante una emergencia
de salud pública grave? o ¿por qué daría
mensajes que no incluyen al menos una recomendación para obedecer la política
de salud local o buscar un consejo médico sólido?
Expertos en el tema como Michael O'Neill, autor de "Virgen, Madre,
Reina", un libro sobre las apariciones de la Virgen
María reconocidas por la Iglesia Católica en todo el mundo, y creador del sitio
web “MiracleHunter”,
tienen dudas de que la Santísima Virgen María haya dado estas
instrucciones.
"Si bien Santa Bernardette señaló a las aguas
de Lourdes por la Virgen María, típicamente María no recomienda remedios
naturales o no presta atención médica. Esto parece ser una solicitud no
estándar de María en una aparición y, por ello arroja algunas dudas sobre la
validez de estas apariciones", dijo
O'Neill a NCR.
En cuanto al imprimatur,
O'Neill explica que un imprimatur no
significa que haya ocurrido un evento sobrenatural. Simplemente, esta
declaración generalmente dada por el ordinario de un lugar donde se está
produciendo una supuesta aparición mariana, establece que los mensajes están
libres de errores doctrinales.
Debido a que Luz de María de Bonilla, nacida en Costa Rica, vive
actualmente en Argentina, no está claro por qué un obispo de Nicaragua le dio
un imprimatur.
Los intentos de obtener una aclaración de Mons. Mata y las autoridades de la
Iglesia en Argentina están en curso, añadió.
"Involucrarse en cualquier aparición no
aprobada puede causar grandes desafíos a la fe de uno y es importante recordar
que la centralidad de nuestra fe se debe encontrar en las palabras y obras de
Jesucristo en los Evangelios, no en las supuestas apariciones", afirmó O’Neil.
Asimismo, O’Neil aconsejó que “si los fieles
encuentran que los mensajes los ayudan a acercarse a Cristo, los mensajes
ciertamente pueden proporcionar un gran beneficio espiritual, pero
probablemente no sean pociones secretas para protegerse de los virus”.
Este consejo es de sentido común para la mayoría de los católicos,
entonces, ¿por qué estas revelaciones están
afectando tanto a la población católica?
Podría deberse a un movimiento entre algunos católicos para considerar
la atención médica “natural” como mejor por
ser “regalos de Dios”. Sin embargo, como
advierte el Dr. Rickert, esta noción es “un truco” porque
“todo lo que existe proviene de Dios”, incluida
la ciencia.
Otra posible razón para adoptar métodos alternativos para prevenir el
COVID-19 podría ser la ansiedad natural causada por la pandemia.
“Incluso para las personas religiosas, las
'revelaciones' divinas que prometen curación a través de aceites esenciales u
otras fórmulas, pueden parecer dar paso a ‘soluciones mágicas’ y una forma de
‘mantener el control’, en lugar de enfrentar nuestros miedos y entrar en una
aceptación espiritual más profunda del Plan Divino, un plan que puede incluir
pasar por el valle de la muerte”, dice el
P. Tadeusz Pacholczyk, Ph.D. y Director de Educación en el Centro Católico Nacional
de Bioética.
“Con respecto al COVID-19, necesitamos confiar en
estudios de investigación realizados adecuadamente, en lugar de reclamos de
visionarios, pues buscamos desarrollar medicamentos o tratamientos que ofrezcan
beneficios protectores o terapéuticos”, dijo el
P. Pacholczyk.
“Dios tiene la intención de que usemos la ciencia y
la medicina para hacer retroceder la enfermedad, pero siempre debemos moderar
nuestro impulso de supervivencia con una sobriedad sobre la finalidad, la
inevitabilidad y la imprevisibilidad de la muerte. La perspectiva del ‘Ladrón
en la noche’ debería llamar más nuestra atención que cualquier ‘Aceite de
ladrones’”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia
Pérez. Publicado originalmente en NCR.
Redacción ACI Prensa
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