Por
querer practicar la eutanasia a enfermos psiquiátricos
La Congregación
para la Doctrina de la Fe ha ordenado a los 15 hospitales psiquiátricos de
Bélgica que pertenecen a los Hermanos de la Caridad que dejen de identificarse
como instituciones católicas, después de que anunciaran su intención de
practicar la eutanasia a sus pacientes.
(CH/InfoCatólica) Los hospitales son administrados por una corporación civil sin fines de lucro con el mismo nombre que la
congregación religiosa de los Hermanos de la Caridad, que es la propietaria de los centros.
La decisión de la CDF se
comunicó en una carta de fecha 30 de marzo, en la que se afirmaba que, «con profunda tristeza», los
«hospitales psiquiátricos gestionados por la asociación provincial de los Hermanos
de la Caridad en Bélgica ya no podrán considerarse instituciones
católicas».
En una declaración, el
superior general de los Hermanos de la Caridad, el Hno. René Stockman, dijo
que. «con el corazón afligido», la congregación religiosa
«debe abandonar sus centros psiquiátricos en Bélgica».
Señaló que es «doloroso» que
los centros psiquiátricos de los Hermanos de la Caridad en Bélgica hayan
perdido su estatus de católicos, dado que ellos «estuvieron
entre los pioneros en el campo del cuidado de la salud mental en Bélgica».
Al mismo tiempo, Stockman
reconoció que «la congregación no tiene otra opción que
permanecer fiel al carisma de la caridad, que no puede ser reconciliado con la práctica de la
eutanasia en pacientes psiquiátricos».
La decisión del dicasterio
vaticano pone fin a tres años de conflicto entre los Hermanos de la Caridad y la corporación
que administra sus hospitales en Bélgica.
Todo empezó cuando en abril del 2017 se anunció que los hospitales de los Hermanos de la Caridad tenían intención de aplicar la eutanasia a pacientes
psiquiátricos. El Superior General de la congregación
religiosa, René Stockman, denunció el caso ante la Santa Sede. Los obispos belgas también manifestaron su oposición a
dicha práctica criminal.
En julio de ese mismo año, el Papa dio un ultimátum
a los responsables de los Hermanos de la Caridad en Bélgica, que fue rechazado al mes siguiente,
lo cual llevó a la Santa Sede a ordenar su comparecencia en Roma, donde se abrió un proceso
canónico.
El resultado del mismo ha sido
la sentencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comunicada por una
carta firmada por el Prefecto del dicasterio, el cardenal Luis Francisco
Ladaria Ferrer, y el secretario, el arzobispo Giacomo Morandi.
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