Dios, en su
libertad, podría haber creado otras criaturas inteligentes y ellas serían
también parte de la creación.
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Este miércoles, 22 de febrero de 2017, la NASA
anunció el descubrimiento de un sistema solar con planetas similares a la
Tierra, y en la redes sociales surgió la interrogante sobre cómo el eventual
hallazgo de vida extraterrestre podría cambiar el cristianismo y su visión del
universo.
Según informó la NASA, el nuevo sistema solar está
a 40 años luz de la Tierra y posee siete planetas con una masa similar al
nuestro. Además, tres de estos se encuentran en una zona habitable y podrían
albergar océanos de agua en la superficie, aumentando la posibilidad de que
puedan acoger vida.
Ya en el año 2012 el entonces director del
Observatorio Astronómico del Vaticano, el jesuita argentino José Gabriel Funes,
afirmó que si bien hay grandes probabilidades de que exista vida fuera del
planeta Tierra, esto no cambia la visión cristiana del universo. “No veo ninguna
dificultad para la fe católica”, aseguró.
En declaraciones a ACI Prensa, el sacerdote
señaló que de haber vida extraterrestre, “los católicos no
tenemos necesidad de cambiar nuestra visión del universo”, pues “Dios, en su
libertad, podría haber creado otras criaturas también inteligentes y poder ser
parte de la creación”.
Según el P. Funes, estos seres "se podrían relacionar con Dios, así como lo hemos
hecho nosotros" y su existencia no estaría lidiada con la
existencia de Jesucristo.
El sacerdote explicó que todo se reduce a
probabilidad. Considerando que el universo está hecho de cien mil millones de
galaxias y "si dividimos las galaxias por la
población mundial, a cada uno le tocarían 14 galaxias, cada una estas galaxias
están hechas de unos cien mil millones de estrellas".
Es posible, entonces, "que
cada una de estas estrellas tengan planetas que giran alrededor de otras
estrellas, como lo hacen alrededor del Sol. Y por lo tanto, sería posible la existencia
de vida en el universo".
"Es mucho lo que
sabemos, porque podemos reconstruir la historia del universo desde los primeros
instantes hasta la formación de la tierra, de los planetas, esto no está en
contradicción con la fe. Lo que aprendemos del mensaje bíblico, y también con
la reflexión teológica. Lo que sabemos por la fe, y también por la
razón, no solo por la fe, es que Dios es el creador, un Padre bueno, que nos
sostiene en el ser, en el existir", dijo.
Dentro de este marco, recordó que el universo "existe gracias a la voluntad de Dios, y como dice
la Biblia, "cuando al terminar de crear vio Dios que era bueno...",
también nos tiene que ayudar a nosotros viendo la bondad del universo, mirar
también con ojos de bondad en la historia de la humanidad y también nuestra
propia historia en la tierra".
"De todos modos, por
ahora, no tenemos ningún resultado. No hay ninguna evidencia de que exista vida
fuera de la Tierra. Este
descubrimiento podría suceder mañana. Tal vez dentro de mil años, o tal vez jamás
suceda", y "que alguna
vez tengamos una evidencia de que haya vida, depende de la ciencia, si no, es
inútil especular", señaló.
El P. Funes se licenció en Astronomía en el año
1985, posteriormente ingresó en la Compañía de Jesús, y después de su
ordenación sacerdotal, se doctoró en astrofísica en la Universidad de Padua,
Italia. Posteriormente, los superiores de su congregación lo destinaron como
astrónomo al Observatorio Vaticano, y en el año 2006, el Papa Benedicto XVI, lo
nombró director del organismo.
El P. Funes señaló entonces que el Observatorio "trata de hacer de puente, un puente entre la
Iglesia Católica y los científicos, en particular los astrónomos. Es un desafío
que entusiasma, que también permite llegar a más público, porque hay temas muy
interesantes, el origen del universo, la posibilidad de vida
extraterrestre".
En este sentido, explicó que la relación entre
ciencia y fe ocupa un lugar muy importante para el Santo Padre, "se puede ver en sus homilías, en sus discursos...en
particular, para el Observatorio Vaticano y para los otros observatorios
también en el mundo, 2009 fue una época muy importante, porque fue el año
internacional para la astronomía, durante ese año, el Papa (Benedicto XVI) se
refirió varias veces a la astronomía en particular, y en ese año, el Papa
inauguró las nuevas instalaciones del observatorio".
Se puede afirmar que el origen de Observatorio
Vaticano, como se le conoce hoy, se puede fijar al año 1891, cuando el Papa
León XIII quiso demostrar que la Iglesia no se opone al desarrollo científico y
que, por el contrario, promueve la ciencia de gran calidad.
Hoy en día, el Observatorio Astronómico del
Vaticano se divide en dos grupos, uno con una sede histórica en los jardines
pontificios de Castel Gandolfo, y otro en Monte Graham, Tucson, Arizona
(Estados Unidos), donde los investigadores, principalmente sacerdotes jesuitas,
tienen su telescopio más importante. Es uno de los centros astronómicos más
importantes del mundo.
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