Mons. Mario Iceta, Obispo de Bilbao y presidente de
la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española presentó
el documento “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la
etapa final de la vida”.
Según explicó, el título “Sembradores de
esperanza” hace referencia a “sembrar
esperanza en aquellos enfermos en situación terminal y sus familias”,
así como “aliviar el dolor y el sufrimiento,
acompañar en la soledad que tienen los enfermos, fomentar la esperanza y la
compasión”.
El Obispo de Bilbao también afirmó que el objetivo es “dar una mirada esperanzada sobre los momentos que
clausuran nuestra etapa vital en la tierra, ayudar con sencillez a buscar el
sentido del sufrimiento, acompañar y reconfortar al enfermo y llenar de esperanza
los últimos compases de la vida y sostener a las familias e iluminar la tarea
de los profesionales de la salud”.
El documento de la CEE, que se ha elaborado durante dos años y que se ha
presentado hoy, está dividido en siete partes que explican el debate social
sobre la eutanasia, el suicidio asistido y la muerte digna; el cuidado de los
enfermos; la medicina paliativa ante la enfermedad terminal, así como la
ilicitud de la obstinación terapéutica; o propuestas para fomentar la cultura
del respeto a la dignidad humana, entre otros.
Mons. Iceta recordó que hace menos de un mes la Asociación Médica
Mundial “se opone firmemente a la eutanasia y al
suicidio con ayuda médica” porque, según destacó el Obispo, la “eutanasia no
ofrece ni calidad de vida ni calidad de muerte”.
El Obispo de Bilbao dijo que “se echa de
menos una ley de cuidados paliativos”, ya que hay una “insuficiente instauración” de ellos en
España.
“No existe una demanda social de la eutanasia, pero
sí de ser aliviado en las dificultades. Esa demanda social sí existe, sí existe
una demanda de paliativos y no de eutanasia, que puede ser más minoritario”, señaló.
Mons. Iceta insistió en que hay una “gran
confusión terminológica, porque nadie se quiere morir, no hay una demanda de
morirse. Pero sí que uno sea ayudado en las dificultades que tenga, en la
enfermedad y muerte. Ayudado a aliviar el cansancio, el sufrimiento, la
soledad, el dolor, la incapacidad física…”
Redacción ACI Prensa
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