El Papa Francisco presidió este miércoles 4 de
diciembre en la Plaza de San Pedro la Audiencia General en la que advirtió que
la magia y la adivinación son incompatibles con la fe cristiana.
En su catequesis subrayó “la
incompatibilidad de la fe en Cristo y la magia. Si eliges a Cristo no puedes
recurrir a un mago: la fe implica un abandono confiado en las manos de un Dios
confiable que se da a conocer no por medio de las prácticas ocultas, sino por
medio de la revelación y del amor gratuito”.
A continuación, el texto completo de la catequesis
del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El viaje del Evangelio a través del mundo prosigue sin pausa en el libro
de los Hechos de los Apóstoles y atraviesa la ciudad de Éfeso, mostrando toda
su fuerza salvadora. Gracias a Pablo, alrededor de doce hombres reciben el
bautismo en el nombre de Jesús y experimentan la efusión del Espíritu Santo que
los regenera (cf. Hch 19,1-7).
Diversos son además los prodigios que suceden por medio del Apóstol: los
enfermos sanan y los obsesos son liberados (cf. Hch 19,11-12). Sucede porque el
discípulo se parece a su Maestro (cf. Lc 6,40) y lo hace presente comunicando a
los hermanos la misma vida nueva que recibió de Él.
El poder de Dios que irrumpe en Éfeso desenmascara a los que quieren
usar el nombre de Jesús para hacer exorcismos sin tener la autoridad espiritual
para ello (cf. Hch 19, 13-17), y revela la debilidad de las artes mágicas, que
son abandonadas por un gran número de personas que eligen a Cristo y abandonan
las artes mágicas (cf. Hch 19, 18-19). ¡Una
auténtica sacudida para una ciudad, como Éfeso, que era un centro famoso para
la práctica de la magia!
Lucas enfatiza así la incompatibilidad entre la fe en Cristo y la magia.
Si eliges a Cristo no puedes recurrir al mago: la fe es abandono confiando en
las manos de un Dios fiable que se da a conocer no mediante prácticas ocultas,
sino por revelación y con amor gratuito. Quizás alguno de vosotros me dirá: "Ah, sí, esto de la magia es algo antiguo: hoy en
día, con la civilización cristiana ya no sucede". Pero ¡tened cuidado!
Yo os pregunto: ¿Cuántos de vosotros van a
que les lean el tarot?, ¿Cuántos de vosotros van a que les lean las manos las
adivinas o a que les echen las cartas? Incluso hoy en día, en las
grandes ciudades, los cristianos practicantes hacen estas cosas. Y a la
pregunta: "Pero, ¿por qué, si crees en
Jesucristo, vas al mago, al adivino, a toda esta gente? Responden. “Yo creo en Jesucristo pero para tener buena suerte voy
también allí”.
Por favor, ¡la magia no es cristiana! Estas
cosas que se hacen para adivinar el futuro o adivinar muchas cosas o cambiar
situaciones de la vida, no son cristianas. La gracia de Cristo te trae todo: reza y confíate al Señor.
La difusión del Evangelio en Éfeso perjudica el comercio de los
plateros, -otro problema- que fabricaban las estatuas de la diosa Artemisa,
haciendo de la práctica religiosa un verdadero negocio. Os pido que penséis en
esto.
Viendo disminuir esa actividad que producía mucho dinero, los plateros
organizaron una revuelta contra Pablo, y los cristianos fueron acusados de
haber llevado a la crisis el gremio de los artesanos, el santuario de Artemisa
y el culto a esta diosa (cf. Hechos 19:23-28).
Después Pablo va de Éfeso a Jerusalén y llega a Mileto (cf. Hechos
20:1-16). Aquí manda llamar a los ancianos de la Iglesia de Éfeso – a los
presbíteros, o sea a los sacerdotes- para que hacer una transferencia de
poderes "pastorales" (cf. Hch 20,
17-35).
Estamos en las últimas etapas del ministerio apostólico de Pablo y Lucas
nos presenta su discurso de despedida, una especie de testamento espiritual que
el Apóstol dirige a aquellos que, después de su partida, tendrán que guiar a la
comunidad de Éfeso. Y ésta es una de las páginas más hermosas del libro de los
Hechos de los Apóstoles: os aconsejo que toméis hoy el Nuevo Testamento, la
Biblia, capítulo XX y leáis la despedida de Pablo de los sacerdotes de Éfeso, y
lo hace en Mileto.
Es una manera de entender cómo se despide el Apóstol y también cómo los
sacerdotes deben despedirse hoy y cómo todos los cristianos deben despedirse.
Es una página preciosa.
En la parte de la exhortación, Pablo anima a los responsables de la
comunidad, que sabe que ve por última vez. ¿Y qué
les dice? "Tened cuidado de vosotros y de toda la grey”. Este es el
trabajo del pastor: estar en vela, velar sobre sí mismo y sobre el rebaño. El
pastor debe velar, el párroco debe velar, estar en vela, los sacerdotes deben
velar, los obispos, el Papa deben velar.
Velar para custodiar el rebaño, y también para velar sobre uno mismo,
para examinar la conciencia y para ver cómo se cumple este deber de velar. "Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en
medio de la cual os ha puesto el Espíritu Santo como vigilantes para pastorear
la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio hijo" (Hch
20,28), así dice San pablo. Se pide a los episcopi la
máxima cercanía al rebaño, rescatado por la sangre preciosa de Cristo, y la
prontitud a defenderlo de los "lobos" (v.
29).
Los obispos deben estar muy cerca del pueblo para custodiarlo, para
defenderlo, no separados del pueblo. Después de confiar esta tarea a los
responsables de Éfeso, Pablo los pone en manos de Dios y los confía a la "Palabra de su gracia" (v. 32), levadura
de todo crecimiento y camino de santidad en la Iglesia, invitándolos a trabajar
con sus propias manos, como él, para no ser una carga para los demás, para
ayudar a los débiles y para experimentar que "mayor
felicidad hay en dar que en recibir" (v. 35).
Queridos hermanos y hermanas, pidamos al Señor que renueve en nosotros
su amor por la Iglesia y por el depósito de la fe que custodia, y que nos haga
a todos corresponsables en la custodia de la grey, sosteniendo en la oración a
los pastores para que manifiesten la firmeza y la ternura del Divino Pastor.
Redacción ACI Prensa
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