¿Qué de malo tiene recurrir a la fecundación in
vitro, también conocida como fecundación asistida, y por qué no “ayudar” a
parejas que realmente quieren tener hijos y no pueden? Esto explica un
sacerdote mexicano.
En un reciente video de su canal Teología para Millenials, el P. Mario
Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de
Roma, señaló que se debe “considerar la persona
como un valor intangible, como un valor que no puedo supeditar a otro tipo de
intereses”
“Nadie tiene derecho a tener hijos, los hijos son
un don de Dios”, precisó, por lo que “no debo ver la vida como puedo ver un
carro, un refrigerador, una casa, algo a lo que tengo derecho”.
El sacerdote, actualmente catedrático de la Universidad Panamericana en
Ciudad de México, lamentó que se han dado casos “de
personas que demandan a la compañía que les hizo el trabajo porque llegó el
producto ‘defectuoso’”, como si se tratara de “una computadora o un carro”.
“Más grave es si tengo que recurrir a vientres de
alquiler, porque estoy dañando el derecho del niño de tener una identidad
clara. Puede ser que una madre sea la que gesta, otra la que dona el óvulo y
otra la que lo manda a hacer. El niño puede tener tres madres”, señaló.
“Eso claramente daña el derecho a tener un origen y
se aprovecha de la miseria en la que se encuentran algunas mujeres para
funcionar como vientres de alquiler”,
criticó.
El P. Arroyo señaló además que “para elegir
el embrión que se va a implantar, el médico elige aquel que ve con más
posibilidades, es una elección técnica entre varios. Cualquiera podría haber
sido el elegido y el médico con unos criterios objetivos dice tú sí y los demás
a la congeladora”.
“Y esos seres humanos fecundados que están en el
refrigerador van a estar ahí hasta que mueran”, lamentó, y señaló que “terminan
tirándose a la basura cuando pierden su utilidad”.
Estos casos, indicó, evidencian las “dificultades
técnicas inherentes que dañan la dignidad de la persona” en la
fecundación in vitro.
El sacerdote mexicano criticó que en estos casos “se subvierte la idea de que la vida humana es un don que tenemos que
agradecer a Dios”, y explicó que si a alguien Dios no le dio hijos “entiendo que es una situación muy difícil y siempre se
puede recurrir a la adopción, y darle un hogar a los niños que no han podido
tenerlo”.
Redacción ACI
Prensa
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